Hasta los años 1930 la arquitectura mayoritaria en el mundo occidental era la arquitectura tradicional, que en su lucha con la modernidad fue instrumentalizada por los regímenes autoritarios y menospreciada por el nuevo zeitgeist unificador (espíritu de los tiempos) del Movimiento Moderno. Esa arquitectura tradicional y con raíces históricas, formó parte de la primera formación de arquitectos tan paradigmáticos como Wright, Le Corbusier y Mies van der Rohe, como se puede apreciar a través de sus primeras obras. Pero fue apartada y vilipendiada por la crítica especializada en la batalla por un relato, que la olvidó a pesar de que hoy en día se puede afirmar que existe una más que destacada Arquitectura Tradicional Moderna correspondiente a aquellos años. Arquitectos como J. Plecnik, E. Lutyens, E.G. Asplund. E. Mendelsohn, … llevaron a efecto destacadas y creativas obras. La misma ciudad de New York, durante estos estos años se convirtió en un paisaje histórico de ensueño, con la construcción de destacados edificios Art Déco, obras que sin renegar de la tradición, no dejan de ser modernas. Pero este tipo de arquitectura,  no tuvo igual fortuna en ejemplos franceses o británicos, cayendo en muchos casos en la imitación insulsa. De una forma reflexiva, todos estos aspectos, son puestos de relieve en el presente capítulo.