Imprimir
Portada de la publicación

Manifiesto de la Alhambra

  • CHUECA GOITIA, Fernando
  •  
  • Dirección General de Arquitectura
  • Madrid, 1953.

BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Pág. 813-941. "La segunda posguerra en Europa"


6.-España.


En el ambiente cultural castellano también se producirá este esfuerzo de replanteamiento, el cual, a partir de 1951, se canalizará a través de las Sesiones Críticas de Arquitectura que se celebrarán mensualmente en Madrid (salvo excepciones como la de Granada o la de Barcelona). En dichas sesiones se tratarán desde temas básico como el problema de la vivienda, la relación entre la arquitectura y el paisaje, la enseñanza de la arquitectura o la vigencia de las arquitecturas populares, hasta temas más (sanatorios, rascacielos, etc.), de carácter técnico (Origen e historia del vidrio) o de carácter biográfico (como la sesión dedicada a Gaudí). Las actas de las sesiones irán apareciendo reproducidas en las páginas de la Revista Nacional de Arquitectura. El arquitecto Carlos de Miguel, director de la revista y organizador de las Sesiones Críticas, será el principal coordinador del esfuerzo cultural de este período. Estas sesiones, a las que asistirán las figuras más representativas de la arquitectura del momento, tendrán su punto álgido en el esfuerzo de reflexión que estos arquitectos madrileños de generaciones ya maduras plasmarán en el Manifiesto de la Alhambra, de enero de 1953:


¿A qué la necesidad de un Manifiesto, vocablo que, casi por definición significa escrito de tipo dogmático y revolucionario, en el que se rompe con el pasado haciendo pública declaración de un nuevo credo? Sencillamente porque la realidad, cuyos inequívocos signos no dejan lugar a dudas, nos está demostrando que la última postura tradicionalista que adoptó la arquitectura española después de la guerra de Liberación no se puede ya sostener y sus postulados se resquebrajan. Los supuestos formales y estéticos sobre los que se fundó no representan ya nada para los jóvenes que hoy en día se forman y salen de las escuelas, y que están en trance de dar una peligrosa zambullida en el vacío. Nuestro Manifiesto nace de la inminencia de esta revolución que se avecina y quiere anticiparse a ella en un intento de  encauzarla desde arriba; y decimos desde arriba porque la mayoría de los que firmamos este documento pertenecemos a una generación central, equidistante entre los que llegan y los que se van.


 Aunque la actitud de ruptura no está tan presente como en el Grupo R, en el Manifiesto aparece un esfuerzo de autocrítica, dejando totalmente fuera de juego a la arquitectura clasicista y tradicionalista, y deduciendo, a partir de una magistral lección de saber ver la arquitectura - que se basa en la afirmación de la propia disciplina y de sus valores estéticos y espaciales permanentes-, toda una serie de valores arquitectónicos de la Alhambra didácticos para la arquitectura moderna: concepción del espacio en referencia constante al modelo humano; unidad y elementalidad global, por un lado, y carácter propio de las partes, por otro: sinceridad y coherencia estructural; utilización arquitectónica de la decoración; relación entre arquitectura y naturaleza. Este desplazamiento del modelo formal escurialense al modelo formal de la Alhambra, aún comprometido con la mentalidad neoimperial y nacionalista, significa la apertura, sin compromisos de tendencia, a un amplio espectro de opiniones.


Grupo R y firmantes del Manifiesto toman referencias diferentes. Los primeros, el procedente del GATCPAC como actitud de modernidad, de preocupación civil y de énfasis en los temas técnicos, económicos y sociológicos. Los segundos, aún con un cierto lastre, toman el precedente de la Alhambra que les ha de permitir reflexionar desde unos criterios básicamente disciplinares y formales. Diferentes actitudes de principio que pueden explicar, en parte, corrientes diversas en las décadas posteriores.

Subir