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DE ANDA ALANÍS, Enrique X., Candela 1910-1997. El dominio de los límites. Taschen. Colonia, 2009.


p.89. " Construido en apenas 18 meses, este edificio fue diseñado para la celebración de los Juegos Olímpicos de la Ciudad de México en 1968. Puede ser considerado el "Testamento de Candela" en México sobre todo teniendo en cuenta que tres años después, en 1971, partió a los Estados Unidos donde fijó su residencia hasta el día de su muerte. Testamento porque Candela ya no volvió a construir como profesional independiente, dedicándose solo a la docencia y a la consulturía privada para otros grupos profesionales, pero sobre todo, por la calidad de la solución estructural del edificio, siempre dentro de los másgenes éticos que el maestro estableción para la definición de su arquitectura. Hacía muchos años que había determinado que las membranas de hormigón encontraban su límite económico y de lógica estructural en los 30 m de amplitud; hacerlas más grandes era posible pero escapaban a la sensatez y a la lógica de la resistencia de los materiales. Por esta raón, en la estructura del palacio no propuso hormigón armado, sino arcos de acero. 


Los problemas que planteaba el edificio eran por un lado, de tiempo y economía, por tro, la enorme capacidad reqierida para los usuarios, lo dilatado de las dimensiones y el deseo político de la permanencia fisica del inmueble. La Olimpiada de "Mexico 68" ofreció al país una gran oportunidad de demostrar al mundo la madurez arquitectónica a la que había llegado 20 años después de la construcción de la Ciudad Universitaria de la UNAM, obra que rápidamente se convirtió en paradigma de una arquitectura de la modernidad en Latinoamérica. Algunos edificios de   la ciudad se adpataron para ser escenarios olímpicos y otros, como el palacio mismo, se construyeron ex profeso. Como la mayoría de las obras de Candela, este conjunto, por su monumentalidad y presencia plástica pasó a ser un tema obligado enla historiografía de la modernidad. El proyecto se sometió a concurso conexigencis especificas; capacidad para 22.000 espectadores sentados,  una cancha central de 80 m de diámetro y una altura máxima en el centro de 40 m. Se presentaron varios proyectos a concurso, pero el de Candela y sus asociados, fue el único que, por la lógica estructural y la economía de los materiales, garantizaba la construcción en los 18 meses de plazo. Años después recordaría: "Me fui una noche a casa y dibujé la estructura como se hizo, sin mas". Todo el proyecto arquitectónico se tuvo que resolver en 15 días.


La solución consistió en alojar el espacio dentro de un casquete esférico rebajado, formado por dos ejes de arcos con distintos radios. Los arcos de celosía miden 5 m de altura y los entrecurzamientos se producen cada 14 m, dejando -en palabras de Candela- "... paneles que no son rectangulares. En el centro tenemos ángulos rectos, en las esquinas los ángulos sonde 120 grados, todos los paneles son distintos y están cubiertos con paraboloides hiperbólicos". Se trataba de un uso poco común de hypar orientado por la lógica geométrica ante el problema de la diversidad.


Además, y de acuerdo con el pensamiento de Candela, fue la solución que integró la estética con la estructura, ya que el lomo del casquete formado por hypars recubiertos con una lámina de cobre es el elemento estético predominante en el exterior del edificio: una gran coraza "quelónida" adianzada con columnas de hormigón al frágil subsuelo de la Ciudad de México. Para Candela el tema no era difñicil de explicar: "Volvemos a mi vieja afirmación de que el diseño estructural tiene mucho más de arte que de ciencia". 


Las dimensiones finales del edificio dieron como resultado un conjunto superlarivo para su época, incluso comparándolo con casos análogos en otros países. Los arcos tuvieron que salvar claros de 190 m en unsentido y 132 m en el otro, y la solución estructural de la cubierta constituye una de las características que le han dado singularidas al edificio. Si bien es cierto que en muhcas de las membranas de Candela se había puesto de manifiesto la levedad virtual del edificio, en el Palacio de los Deportes domina la sensación contraria; el edificio parece estar sujeto a tierra con una fuerza extraordinaria, una impresión provocada no solo por los contrafuertes de hormigón, sino también por el rigor formal del muro de barro sobre el que descansa el perímetro de la semiesfera. La geometría de hypar se prestó para irlo adecuando a las variaciones métricas de cada espacio; pero haste ese momento no solo era inédito el uso de hpars a modo de plementería, sino también la forma como se construyeron; un tejido tetraédico con barras de aluminio forman el lecho del hypar, y después de la base, una capa dobre de chapa de madera, uncompuesto de impermeable y al final lámica de cobre en franjas de 39,1,20 m. El resultado fue una brillante superficie de cobre de 20.000 m2 que, en su momento, fue la más grande del mundo en este material.


La obra sigue siendo ejemplar hoy en día, tanto por la impecable recionalidad de las formulaciones matemáticas que dieron lugar a la estabilidad de la forma, como por ser un testimonio de la congruencia del pensamiento de su autor. Candela supo crear un volumen en el que la estructura desempeña el papel de protagonista en la difinición de la forma; lejos de ocultarse, se manifiesta como elemento de identidad y determina la cualidad estética del edificio. 


Un año después del éxito undial que significó el Palacio de los Deportes, Candela mostraba ya los efectos personales de la inconformidad social en la que vivía y que finalmente le llevóa a dejar Méxcico. En una conferencia pronunciada en 1969 en la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM dijo a sus alumnos: "...tengo cerca de sesenta años, me he pasado casi 20 como constructor y diseñador de estructuras, conozco el oficio del arquitecto tradicional razonablemente bien, y no encuentro mercado ni uso para unas habilidades que me ha costado muchos años conseguir". 

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