MONTANER, Josep María., Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Gustavo Gili. Barcelona, 2008.
Uno de los embriones de este espacio onírico, fluido y entrelazado radica en las obras de Frederick Kiesler (1890-1965), empezando por sus montajes de exposiciones surrealistas y culminando en la Casa sin fin (1953-1959), una casa suspendida, en forma de nube, con unos límites indefinidos, unos suelos, paredes y techos continuos hechos de formas curvas, orgánicas y rugosas. Kiesler fue el primero en experimentar las formas de un espacio onírico: sin tiempo ni límites, curvo, suave y blando, biomorfo, fluido y sensual. Kiesler escribió: “la casa original fue el útero”, reivindicando las formas orgánicas como las más adecuadas para los seres humanos.
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La Casa sin fin es una obra conceptual del arquitecto austríaco-estadounidense, Frederick Kiesler. Donde expresan conceptos de "conectividad", "correalidad" y "biotécnica". El arquitecto quería inventar una nueva tipología de vivienda donde mezclaba lo espiritual con lo práctico.
Para Kiesler, “la composición es un fenómeno de tensión.” La Casa sin fin se llama así porque todos los lados se unen sin solución de continuidad, donde la idea de esquina desaparece. Esta última presenta dos características formales constitutivas: el esferoide rebajado como cubierta auto portante de una habitación sin soportes y el espacio dividido por combinaciones libres y volúmenes interrelacionados fluidamente. Para el arquitecto, el proyecto es un símbolo de universalidad cósmica, la erradicación de la idea de espacio tridimensional y la inexistencia de la división entre espacios interior y exterior.
Estos son los principios por los cuales las formas fluidas y los volúmenes de su diseño se combinan y vinculan libremente entre sí y para la búsqueda de una continuidad espacial que constituye el concepto mismo de espacio infinito. El espacio es dinámico y el flujo de todo lo que hay dentro de él está dictado por la acción humana. Como resultado, la distinción entre suelo, paredes y techo se difumina para crear un ambiente flexible y orgánico. Estas ideas se convirtieron en la base de su Manifiesto del Correalismo.
El proyecto de la Casa sin fin Endless House representa este espacio envolvente que se remonta a la idea de un refugio primitivo o una cueva. También, un concepto que trata Kiesler en su proyecto de Casa sin fin es la importancia de la luz. Para el: “La luz puede ampliar los límites de nuestros hogares y rodearnos de colores estimulantes y de brillo exuberante; o puede separarnos en espacios de trabajo claramente definidos”. Así que desarrollo una forma que permitiera que la luz llegara a todos los rincones de la habitación sin ser interrumpida por las esquinas y paredes interiores de un edificio convencional.
Justine MUÑOZ