pág.1273.... El muro cortina o la capa no-sustentante de vigas-parteluz y paneles de relleno colgadas del armazón estructural, comenzaron a tratarse caprichosamente, como envolturas de regalos. El paradigma del Crown Hall fue viciado en pabellones decorativos con pantallas en forma de parrilla y soportes verticales anémicos (Embajada de Estados Unidos en Nueva Delhi). Mientras que la investigación de Mies consistía en sustraer y destilar hasta llegar a una arquitectura que, como decía él, fuera "casi nada", y después perfeccionar y pulir la esencia que quedaba, sus imitadores buscaban la variedad. "No creo que cada edificio que levante tenga que ser diferente", dio Mies en una ocasión, puesto que siempre aplico los mismos principios. Para mí la novedad no tiene ningún interés, ninguno en absoluto". Pero esta filosofía ignoraba la realidad del capitalismo consumista que medra precisamente en la novedad, en cambios rápidos a gusto, en el potencial propagandístico de la envoltura. Una sociedad impedida a cambir ragularamente de coche y de aparatos, sea cual sea su estado de funcionamiento, no es muy probable que se acomode a un edificio eterno.
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Págs. 515-517. En los Estados Unidos, las corrientes subterráneas expansivas, optimistas y, en realidad, imperiales de los años de posguerra se manifestaron en muchos encargos de monumentos de gran escala. Las influencias del clasicismo Beaux-Arts sin duda no murió con la introducción de la arquitectura moderna. En su aspecto más profundo, esta tradición alimentó a un arquitecto como Louis I. Kahn; pero a finales de los años 1950 también hubo un intento más obvio, menos expresivo y con frecuencia banal, de hacer neoclasicismo. No cabe duda de que esto formaba parte de un clima general de insatisfacción con el minimalismo restrictivo de la versión americana del Estilo Internacional (una reacción expresada también en otras maneras, por ejemplo en el "barroco moderno" de la terminal de la compañía TWA en el aeropuerto Kennedy de Nueva York, de Eero Saarinen, 1956-1962). De este modo arquitectos como Edward Durrel Stone (la embajada norteamericana en Nueva Delhi, 1954), Philip Johnson (la Sheldon Memorial Art Gallery en Lincoln, Nebraska, 1963) y Wallace Harrison & Max Abramovich (con Johnson, el Lilncoln Center en Nueva York 1961-1965) se entregaron a los grandes ejes, la simetría, los materiales caros y unos arcos muy reveladores, para enmarcarar un entendimiento esencialmente falso y epidérmico de la naturaleza de la monumentalidad. Estos arquitectos tenían perfecta conciencia de la necesidad de combinar los esquemas tradicioneales conla tecnología moderna, pero aún así eran incapaces de superar cierta tendencia hacia lo "camp". En sus obras abundaban las soluciones clásicas, pero faltaban casi totalmente los principios clásicos.
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Pág.241-249.“El eclipse del New Deal: Buckminster Fuller, Philip Johnson y Louis I. Kahn 1934-1964”
Un monumento típicamente ‘imperialista’ del periodo fue, sin duda, la embajada de los Estados Unidos construida por Edward Durrell Stone en Nueva Delhi, en 1957, una obra cuyo nivel de monumentalidad decorativa, por no decir trabajosa, sólo sería aventajada en sus matices autoritarios por la muy superior embajada estadounidense en Londres, terminada en 1960.
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