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Ecoviviendas aisladas. ” Respetar un paraje natural excepcional no significa excluir de él necesariamente a los seres humanos. Pero ¿cómo disfrutar de esos espacios sin que sean alterados por nuestra presencia?. Descubrir lugares que están a varias horas en coche o a pie de la ciudad más próxima y cuyas construcciones estén realizados bajo el prisma del respeto a la naturaleza existente.”


 


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El objetivo del Schiestlhaus es crear un edificio de mantenimiento casi autárquico, es decir, prácticamente autosuficiente. Para ello, la mayor parte de la energía eléctrica que consuma debe ser producida por paneles solares, y los sistemas de calefacción, agua caliente, el diseño y el aislamiento debe seguir las directrices de una pasive house.


Esta construcción fue originalmente creada en 1884. En el año 2000, debido a daños estructurales, la ÖTK decidió construir una estructura nueva, pero dado que carecían de medios económicos, recurrieron al apoyo de agencias que buscaban crear la primera casa pasiva en el área alpina alta. Lo que hasta ese momento era un concepto basado en un estudio de Marie Rezac pudo implementado por el arquitecto Treberspurg en el nuevo Schiestlhaus. Tras la apertura de la nueva edificación, la original fue derribada.


La arquitectura del Schiestlhaus está diseñada de acuerdo a los requisitos funcionales mínimos, en contraposición a lo que son las cabañas de montaña austriacas tradicionales. Esto sirve como escaparate para lo que es una construcción solar y ecológica, y como modelo de renovación sostenible para el resto de bases alpinas que necesiten una reforma en el futuro.


El sistema de acondicionamiento está pensado para crear un nivel de confort básico mediante el empleo de una cantidad mínima de energía. Por esto, la planta baja se construyó en hormigón, las plantas superiores en madera y la fachada sur de vidrio para un óptimo aprovechamiento de la energía solar. En la cubierta se colocaron grandes paneles solares que garantizasen y colectores que recogen el agua de la lluvia para tratarla y hacerla potable. El interior en cambio, usa un sistema de calefacción tecnológica pasiva: las únicas superficies de calefacción se encuentran en las salas de lavado y secado, mientras que el resto se calienta mediante fuentes de calor internas.


Debido a su situación geográfica y espacial, el Schiestlhaus se diseñó con cierta flexibilidad y una división de zonas térmicas: una zona de suministro central básica que sea siempre habitable, y una zona adicional que se calentara sólo cuando el edificio sea más frecuentado.


Estas características convierten al Schiestlhaus no sólo en el primer modelo de refugio 100% autárquico y funcional, sino en el primero situado en las cumbres alpinas.

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