” Yo querría persuadir a todo el mundo de una verdad que creo muy cierta: que las partes de un orden arquitectónico son las mismas partes del edificio, deben, pues emplearse de modo que no sólo decoren el edificio, sino que lo constituyan. La existencia del edificio debe depender de tal manera de su unión que no pueda suprimirse ni una sola de esas partes sin que el edificio se derrumbe".
LAUGIER, M.A. Essai sur l'architecture. 1753.
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CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006.
Págs. 275 - 285.“La imagen y la idea de la Villa Saboya en Poissy, de Le Corbusier”
Así pues, la Villa Saboya agrupaba una serie de tendencias de la filosofía de su creador y confería expresión poética a su visión del mundo. Su lenguaje se basaba en una técnica estructural moderna, tal como había exigido Viollet-le-Duc, y su imaginería hacía referencia a objetos de la ingeniería moderna que se consideraban símbolos de la era moderna. Su idealización de un modo de vida afrontaba las necesidades de la sociedad industrial, postulando un orden utópico, mientras que sus formas se intensificaban gracias a la destreza en las proporciones y a los descubrimientos de la pintura purista. Al igual que las columnas y los triglifos de un templo griego, sus elementos individuales (el piloti, la ventana corrida, etc.) se elevaban al nivel de soluciones intemporales; la abstracción de sus formas implicaba un propósito elevado y espiritual para la arquitectura. Por encima de todo, el lenguaje arquitectónico de la Villa Saboya era el resultado de una búsqueda radical, un retorno a las raíces, una reformulación de los principios fundamentales del arte. Ésta es la razón de que pueda compararse con ese paradigma del sistema arquitrabado más simple, la ‘cabaña primitiva’, una arquitectura que supuestamente reflejaba la ley natural.