La cuidad de Bath se encuentra al Sudoestes de Inglaterra, en el condado de Somerset. Está situada en un punto intermedio entre Londres y Bristol. Gracias a su posición estratégica, Bath es una ciudad que cuenta con una gran historia. Fue fundada como complejo termal por los romanos en 43 d.C. (de ahí su nombre) pero hay quienes afirman que ya existía anteriormente). Cabe la posibilidad de que fuese el territorio donde se llevo a cabo la batalla del Monte Badon en 500 d.C. donde el Rey Arturo derrotó a los sajones. Además, durante la época georgiana, las termas se popularizaron entre la alta sociedad de los siglos XVIII y XIX.
Se trata de una ciudad que debido a sus dimensiones se puede explorar a pié, pudiendo admirar sus características arquitectónicas.
Debido a las propiedades de las aguas termales y de la presencia del rio Avon, alrededor del que se organiza la ciudad, los romanos construyeron en complejo de las termas entorno a los manantiales, que todavía se conserva. Las termas romanas originales se sitúan por debajo del nivel de la calle, cuentan con diferentes salas como: caldarium, tepidarium y frigidarium. Los baños han sufrido gran cantidad de remodelaciones y ampliaciones, la más relevante la realizada por el arquitecto John Wood en el siglo XVIII, de estilo neoclásico y la intervención de William Smith en 1810 de estilo victoriano que siguió con la tradición neoclásica establecida anteriormente.
En la Edad Media, con la política papal de trasladar los obispados a sedes con carácter más urbano, la sede obispal pasó de Wells a Bath, lo que supuso la construcción de una catedral en 1090. Su realización fue compleja y la abadía cayó en el abandono hasta la época Isabelina (1559-1603), donde fue restaurada como parroquia local de menor tamaño. Esta restauración fue en parte impulsada por el resurgimiento de Bath como centro termal.
Durante la época georgiana, la ciudad acogió a miles de visitantes que llegaban atraídos por los baños romanos, lo que hizo que la arquitectura de estilo georgiano se apoderase de la ciudad utilizando materiales propios, como la piedra de Bath (las colinas del territorio son de piedra caliza). La alta burguesía construyó grandes y elegantes calles que sirvieron para dar una imagen más sofisticada a la ciudad con fachadas palaciegas y decoración clásica. Cabe destacar los complejos de viviendas de The Royal Crescent y The Circus, que son consideradas como las dos obras más destacadas de la arquitectura georgiana.
The Royal Crescent diseñado por el arquitecto John Wood el Joven en 1767-1774, es un edificio cuya fachada se organiza siguiendo una curva elíptica con un orden jónico palladiano que tiene en su frente principal una gran plaza. Su fachada pública contrasta radicalmente con la fachada privada, siendo esta una cara que no está tratada y carece de cualquier tipo de ornamentación.
Otra de las riquezas arquitectónicas georgianas es The Circus, un anillo de viviendas que se organizan alrededor de un jardín circular donde hay un gran árbol. El complejo residencial, realizado por John Wood el Viejo en 1754, está dividido por tres calles de acceso que confluyen en el centro. The Circus recrea una visión de arquitectura clásica- palladiana que se estaba desarrollando en la cuidad, que finalmente se ha convertido en un rasgo característico y representativo de Bath. Siendo copiados sus modelos por el mismo Londres, recordemos al respecto las obras de John Nash.
La ciudad está rodeada de grandes parques que hacen que su entorno sea un espacio lleno de riquezas naturales. Entre las principales atracciones de la ciudad están el Prior Park Landscape Garden y el puente Pulteney.
El Prior Park Lanscape Garden es un gran jardín a las afueras de la ciudad, contiene un lago serpenteante con un puente palladiano (copia del realizado en Wilton House), y el edificio de Prior Park College, siglo XVIII. Por otro lado, el puente Pulteney (1773) obra diseñada por Robert Adam, es uno de los 5 puentes habitados existentes en el mundo, junto con el puente Vecchio en Florencia o Rialto en Venecia. De estilo palladiano, reconstruido en 1800 pero con un diseño menos ambicioso. El puente parece estar inacabado ya que su fachada principal esta detallada y su fachada trasera carece de detalle, los locales afirman que se construyó en honor a una anciana que “had washed her face, but forgotten to wipe her arse”.
Estas particularidades arquitectónicas en una ciudad no muy grande como es Bath, y su posterior conservación mediante las remodelaciones llevada a cabo respetando el gusto imperante, hace que hoy en día forme parte del listado de ciudades Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO (1987) y atraiga a miles de turistas.
Carlota IPIÑA