SERRAINO Pier Luigi., Eero Saarinen 1910-1961. Un expresionista estructural. Edit. Taschen. Colonia, 2006

p.79-81 "Saarinen había sido alumno de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Yale. Su exhaustivo conocimiento del campus fue una ventaja a la hora de desarrollar allí las convecciones institucionalizadas del Movimiento Moderno. Tanto la Universidad como el cuerpo estudianil querían dar a aquellos espacios una expresión arquitectónica más individual. Cliente y arquitecto estaban de acuerdo en que estos eran lugares de trabajo y estudio, facultades, no residencias. 

Las estrategias perfeccionadas por los primeros arquitectos modernistas; como la repetición en serie de elementos de diseño y el empleo de formas modulares, parecían poco adecuadas para generar un proyecto que encaja con el carácter seudogótico del entorno. 

La diversidad determinó la composición de las habitaciones. La disposición de las ventanas también es muy heterogénea. "Recuerda más a la de una antigua taberna que a la de un hotel moderno", anotó Saarinen. El concepto de diversidad se infiltró también en la organización del plano y se convirtió en generador de formas. Edificios poligonales habitan aquel espacio de curiosos aspecto que albergara alguna vez a dos institutos de estudios superiores de New Haven. La geometría y la naturaleza táctil de las paredes tenían que facilitar una integración armónica con los edificios circundantes. 

Edificar paredes de mampostería a comienzos de la década de los 69 era, sin duda, una propuesta audaz, porque entonces se asociaba a construcciones anacrónicas. No obstante, Saarinen estaba decidido a darles un aspecto moderno, aunque usando una tecnología antigua. Una vez que las paredes de piedra fueron alzadas y vertidas con hormigón, se les retiraron lo encofrados y se las lavó con un chorro de agua a alta presión para poner al descubierto su textura rugosa. El complejo consta de una serie de superficies verticales articuladas que otorgan individualidad a cada una de las partes, pero un aspecto uniforme a todo el conjunto. En las descripciones que redactó para exponer su visión al cliente, el arquitecto recurre a definiciones como "ciudadela" y "pueblo intaliano de colina". Muchos de los temas característicos del trabajo de Saarinen coexisten en estas facultades. Son inherentemente urbanas, tanto por su ubicación como por la composición interna de los volúmenes. La calle peatonal que divide el terreno sugiere que este proyecto no es sino un mero fragmento de un complejo mucho mayor. Sus dos torres, un tema también recurrente, mantienen un diálogo arquitectónico con la torre del gimnasio seudogótico. 

Paro Eero Saarinen, un  edificio surgía de su emplazamiento. En este caso, esta premisa resulta más palpable que nunca: La tarea de fundir una nueva estructura en un entorno altamente codificado como el campus de Yale no fue sinónimo de imitar los alrededores, sino de interpretarlos."