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Págs.161-186 .“El Movimiento Moderno antes de 1914”
La contribución de Francia al Movimiento Moderno antes de la guerra es debida exclusivamente a la obra de dos arquitectos: Auguste Perret y Tony Garnier. Perret nació en 1874 y Garnier en 1869 (murió en 1948). El rasgo más distintivo en la obra de ambos es que fueron los primeros en usar el hormigón tanto para el interior como para el exterior de sus edificios, sin disfrazar las características particulares del material y sin tratar de adaptarlo al espíritu de los estilos del pasado. En esto fueron más allá que Baudot, quien en St. Jean de Montmartre, si bien no copió literalmente las formas de la arquitectura gótica tendió a expresar, por medio del hormigón, los sentimientos encerrados en las catedrales medievales. En la obra de Perret no existe esta indecisión. La casa de apartamentos Nº 25 bis de la calle Franklin, que construyó en 1902-03 y en la cual vivió, es tan intransigente en planta como en fachada. Tiene ocho pisos de altura y está construida con un esqueleto de hormigón. Los dos últimos pisos son retirados, medida que ahora se ha hecho obligatoria en América para los edificios elevados y que se populariza también cada vez más en Europa. La terraza abierta del último piso con algunas plantas es una anticipación a las futuras terraza-jardín. La fachada exhibe la estructura con una sinceridad sin precedentes en la arquitectura doméstica. El ojo es llevado a recorrer vertical y horizontalmente las vigas y columnas por toda la fachada. Esta desnudez, que pareció desvergonzada cuando la casa fue construida, la consideramos hoy como la revelación de la verdad pura, y por ello, admirable. Igualmente importante para la futura evolución es la expresividad de los cuerpos proyectados y retirados y la riqueza de efectos especiales. Es casi imposible establecer cuál de los diversos planos verticales puede ser considerado con propiedad la fachada misma. Sobre las dos puertas de entrada se proyecta un cuerpo con ventanas cuadradas y, de este modo, los seis pisos parecen puestos en equilibrio sin ningún soporte. En la parte central la fachada retrocede, pero justo en el medio se proyecta ligeramente otra fila de ventanas. De todos los arquitectos europeos solamente Mackintosh tenía una imaginación espacial de brillantez comparable.
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Págs. 51-61.“La herencia académica: Garnier y Perret”.
El uso que Perret hace del hormigón no es, ciertamente, más aventurado que el de la Rue des Cordeliers; en su primer «edificio-manifiesto» de hormigón, 25 bis Rue Franklin, sólo una viga —la que se encuentra al nivel del primer piso— cubre una distancia que hubiera sido totalmente inconcebible con una viga de madera. No obstante, se trata de un edificio muy original, aunque sólo sea por la manera en que evita los inhumanos resultados de aplicar el de edificación de París en lo que se refiere a patios de luces y ventilación. La solución ideada por Perret —disponer la superficie necesaria de patio frente al edificio, no detrás de él— posee, ya en 1903, el carácter gordiano de algunas soluciones propuestas por Le Corbusier; el resultado es una planta dispuesta en forma de U mirando hacia la calle, cosa sin precedentes en el París de la época. Pero esto no guarda relación alguna con el hormigón armado; incluso la forma de las vigas en voladizo, que traen los brazos de la U hacia la calle, podría haberse logrado con madera o con ménsulas de mampostería.
Igualmente importante es la manera en que Perret utiliza su fachada para expresar tanto el material como su actitud —a la Choisy— frente a la estructura. Los principales elementos de apoyo, tanto horizontales como verticales, permanecen expuestos sobre el muro, pero sin exhibir el hormigón, pues las vigas están revestidas de material cerámico. En la parte superior del edificio, las superficies comprendidas entre los elementos estructurales no han sido rellenadas, de modo que se forman logias abiertas; en las plantas tipo, en cambio, estos espacios están ocupados por ventanas o por elementos de cierre revestidos de mosaico cerámico color castaño, formando un diseño de margaritas gigantescas en relieve, diseño que subraya eficazmente la índole no estructural de estos paneles de cerramiento. Pero no hay intento alguno de separar las funciones portantes y protectoras de la pared: el cerramiento se encuentra en el mismo plano de la estructura, y en el interior, aunque la planta es libre (pero no más libre que algunos proyectos de Blondel que sirven de antecedente a Guadet), las paredes tienden a extenderse sencillamente de una columna a la siguiente, sin que queden columnas libres.
La importancia de este edificio radica, por cierto, en la originalidad de su planta, en el uso del hormigón y en el osado despliegue de elementos estructurales para lograr un efecto exterior, antes que en sus aspectos estructurales propiamente dichos.
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Págs.77-79 ." El racionalismo, la tradición de la ingeniería y el hormigón armado"
"Las viviendas proyectadas por el arquitecto en el numero 25 bis de la Rue Franklin, en 1902, se basaban en las posibilidades de la construcción de una estructura de hormigón adintelada y rectangular. El edificio está situado entre construcciones colindantes de piedra gris, verticales y más bien sombrías con unas espléndidas vistas sobre el Sena y la torre Eiffel en la lejanía. Perret dio la máxima importancia a estas vistas haciendo los huecos de las ventanas tan grandes como lo permitían las ordenanzas de la zona y mediante la eficaz estratagema de situar el patio de luces obligatorio en la parte delantera del edificio y no en la trasera. La planta se adapta a las espectativas normales de los ocupantes de clase media, y situaba los balcones en el centro de lafachada, pero el sistema de estructura de hormigón permitía tabiques delgados y cierto ahorro de espacio. Esta capacidad era aún más evidente en la planta baja, donde Perret trasladó su estudio, y donde los soportes aparecían en un espacio libre, como premoniciones de los pilotis, tan importantes para la arquitectura de la década de 1920. Perret proyectó los retranqueos de la parte superior del edificio y las cubiertas planas que proporcionaba un sistema constructivo para crear una cubierta en la terraza.
Lo que hacía que las viviendas de la Rue Franklin fuesen arquitectura, en vez de simple construcción, era el modo en que se habia dado a estas intenciones prácticas una forma clara y tectónica. El piso inferior se resaltaba como una unidad separada, más alto que los que tenía encima, mientras que los seis pisos siguientes se expresaban mediante ligeros vuelos y una disposición variable de la profundidad de las ventanas en el retranqueo en forma de U. La estructura rectangular subyacente no se veía con claridad, oero su presencia quedaba indicada por el contraste de colores y texturas de los azulejos de la fachada, mientras que el carácter de los paneles de relleno no portantes estaba indicado por superficies cerámicas rehundidas con diseños florales. En el sexto piso, no obstante, la arquitectura se liberaba de las superficies de las paredes, insinuando este tipo de edectos diáfanos y transparentes que iba a perseguir la arquitectura moderna una generación después. El resultado de la cuidadosa atención de Perret a las proporciones, los detalles y los intervalos era una obra calculada de gran sobriedad y reposo. El conjunto estaba imbuido de un clasicismo sereno, pero sin hacer un uso patente de los órdenes clásicos. Las viviendas de la Rue Franklin, junto con la algo posterior Biblioteca de la Escuela de Arte de Glasgow de Mackintosh, el palacio Stoclet de Hoffmann, el edificio Larkin de Wright, la fábrica de turbinas AEG de Behrens en Berlín y quizás un puñado más, debe figurar como una de las obras paradigmáticas del primer movimiento moderno. Sin embargo, parte de su fuerza reside precisamente en la autoridad con que anunciaba las posibilidades de un nuevo material con una fraseología enriazada en la tradición.
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Págs. 29-40.“Transformaciones técnicas: ingeniería estructural, 1775-1939”
Entre tanto en Paris, la firma Perret Frères había empezado a diseñar y construir sus primeras estructuras totalmente de hormigón armado, comenzando por el bloque mestre de apartamentos de Auguste Perret, en la Rue Franklin (1903) y su Théâtre des Champs Elysées (1913). Casi al mismo tiempo, Henri Sauvage, exploró el expresivo potencia ”plástico” de ese nuevo material monolítico en sus apartamentos de la Rue Vavin, completados en 1912. Para entonces, la estructura de hormigón armado se había convertido en una técnica normativa y, en adelante, la mayor parte de su evolución corresponde a la escala de su aplicación y a su asimilación como elemento expresivo. Si bien su primera utilización a escala megaestructural tuvo lugar en las 40 hectáreas de la fábrica Fiat, comenzada por Matté Trucco en Turín en el año 1915, su apropiación como elemento primario expresivo de un lenguaje arquitectónico surgió como propuesta de la “Maison Dom-ino”, de Le Corbusier, prácticamente en la misma fecha. Allí donde uno demostraba claramente que las cubiertas planas de hormigón podían soportar la vibración de cargas dinámicas móviles – la fábrica Fiat tenía una pista de pruebas de coches en su tejado” - el otro postulaba el sistema Hennebique, como una estructura primaria “patente” a la cual, a la manera de cabaña primitiva de Laugier, la evolución de la nueva arquitectura forzosamente debería referirse.
Pág.107-110 “Auguste Perret : la evolución del racionalismo clásico. 1899-1925”
Dos libros parecen haber sido los que influyeron en que Perret llegara a adoptar una estructura adintelada de hormigón para el edificio de viviendas de la Rue Franklin, de 1903: la monumental Hístoire de l'architecture (1899) de Auguste Choisy y el texto de Paul Christophe sobre el sistema de Hennebique, titulado Le Béton armé et ses applications (1902)....
El empleo inicial por parte de Perret del hormigón armado concordaba más con la descripción que hacia Choisy del estilo gótico como una arquitectura de nervios y relleno, En términos compositivos, el bloque de la Rue Franklin incluía el formato adoptado un año antes en la avenida Wagram, En ambos casos, las fachadas a la calle, divididas en cinco tramos y con los dos extremos sobresaliendo de la alineación, se elevan cinco o seis plantas y terminan en un piso adicional de ‘remate’, antes de retranquearse....
Este piso, en la avenidaWagram, se resalta mediante una columnata adosada, mientras que en la Rue Franklin su carácter elemental se acentúa gracias a los marcos de dos logias abiertas. Aquí acaba, no obstante, toda la correspondencia, pues mientras que el edificio Wagram es monolítico y horizontalmente expansivo, el bloque de la Rue Franklin es articulado y verticalmente atenuado....
La articulación de las columnas y la elevación de la cubierta retranqueada producen cierta sensación gótica en una construcción por lo demás ortogonal, que recuerda a la obra de Mansart en el siglo XVII. Esto era lo mas cerca que Perret iba a llegar de la detallada prescripción de Viollet-le-Duc. La razón de ese frente vacío de forma de U, tan sugestivo de las atenuaciones del gótico, era de hecho eminentemente pragmática; Perret podía obtener más superficie útil situando el patio de ordenanza en la parte delantera, en lugar de hacerlo en la trasera. Con el mismo ingenio, cerró el muro posterior del edificio con bloques de vidrio para no transgredir una servidumbre.
A partir de 1903, Perret, al igual que Choisy, comenzó a considerar la charpentre o armazón estructural como la quintaesencia expresiva de la forma construida. La estructura de hormigón armado del bloque de la Rue Franklin estaba revestida de azulejos, de manera que sugería una construcción de madera a base de postes y dinteles, siendo el resto ventanas o paneles ciegos forrados de mosaicos cerámicos. Mientras que los girasoles teselados de estos últimos otorgaban al edificio esa cualidad de Art Nouveau fosilizado tan peculiar del final de la belle époque la estructura propiamente dicha y la disposición abierta que ésta hacía posible apuntaban hacia el posterior desarrollo de la planta libre por parte de Le Corbusier.
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Págs. 188-204.“ Las obras del Protoracionalismo. La casa de la rue Franklin, La casa Steiner, la fábrica de turbinas AEG de Berlin, El Werkbundtheater“
La casa de la Calle Franklin.
Perret realiza con este edificio de 1903 su primera obra importante. Estas viviendas, de ochopisos, se insertan entre las medianeras de los edificios colindantes, dada la poca profundidad de la superficie no había lugar para un patio interior ni para abrir ventanas, aunque se consiguiese disponer un patinillo; no había, por tanto, otra posibilidad que la de tomar luces directas desde la calle. Perret proyecta entonces una planta en U y en la parte central retranqueada encaja dos balcones a 45 grados, aumentando así la superficie de fachada para resolver la iluminación directa de los espacios interiores. La planta tipo presenta, además de la escalera y de los servicios, cinco piezas, tantas como determina el tratamiento de las paredes descrito. Estos locales pueden ser modificados en número y en forma, gracias a la disposición de los piares, sin más que disponer de otra manera los tabiques que los separan. El arquitecto consigue así una planta libre a pesar de la estrechez de la superficie disponible. A partir de la estructura de hormigón, a la que se deben todos los valores estáticos. distributivos y expresivos de la obra. Perret elimina todos los muros en la planta baja, continúa durante cinco pisos con un alzado uniforme y retranquea gradualmente los superiores con dos niveles de áticos y una azotea, terminando en cubierta plana. La planta baja, continúa durante cinco pisos con un alzado uniforme y retranquea gradualmente los superiores con dos niveles de áticos y una azotea, terminando en cubierta plana. Esta variación en altura del edificio determina una articulación que corresponde a la rica forma de la planta. La estructura es evidente, aunque está revestida. Las vigas y los pilares, elementos verticales y horizontales, constituyen el esqueleto de este edificio, pero también una de sus principales características arquitectónicas. Efectivamente, esta es la primera obra de hormigón armado donde la presencia de los elementos estructurales sirve también para establecer un ritmo lineal y para definir un modelo figurativo. Entre estos elementos se insertan los paneles de cerramiento; es significativo que, estando todo el edificio revestido de cerámica. la que recubre las vigas y los soportes es de tiras lisas, mientras que la de los paneles tiene motivos florales. Esta diferencia es un signo indudable de la voluntad del autor por distinguir claramente la estructura portante de la parte soportada del edificio. Debe señalarse también el gran paño de vidrio (una anticipación del hormigón traslúcido) que ilumina la escalera en el alzado secundario que, corno se ha dicho, no podía tener aberturas. Acaso como reacción a esto y en general a la dificultad de dar luces a todos los espacios, los vanos de la fachada principal, que alcanzan todos de suelo a techo, predominan netamente sobre los macizos, reducidos en la práctica únicamente al esqueleto estructural. En resumen, podemos considerar este edificio, nacido con un programa comercial de la firma «Perret frères entrepreneurs» y con muchos condicionantes de espacio y de normativa, corno la obra que por primera vez experimenta soluciones y elementos que serán patrimonio común del lenguaje arquitectónico posterior, válidos hasta nuestros días; pero la enumeración de estas «primicias» nos impediría captar el valor intrínseco de la obra. Como escribe Rogers, «la verdadera importancia no consiste tanto en la novedad como en el hecho de que el elemento estructural ha experimentado la voluntad conformadora de un espíritu arquitectónico que le ha conferido una expresión, un ritmo, una ordenación, «l'arehitecture n'est pas dans la matibre, elle est dans l'ordonnance»; recordémoslo en particular para este ejemplo, porque los historiadores, presos del entusiasmo de la primicia, han olvidado demasiadas veces su sabor».
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Págs. 301-346. “Hacia la sinceridad en la arquitectura”
Perret construyó sus viviendas del número 25 de Rue Franklin de Paris en 1903, diez años después y no incorpora en absoluto las formas puras de los edificios de oficinas de Chicago, y no logra igualar la fuerza de la obra de Frank Lloyd Wright en el mismo periodo. La conocida agitación europea sigue estando presente en un grado considerable. No obstante, el edificio representa la primera aplicación del hormigón armado como medio de expresión arquitectónica, y muchas de sus características se revelarían como el germen de futuros adelantos. El esqueleto de hormigón armado se deja a la vista; se aprecia claramente como uno de los elementos constitutivos del edificio. Los edificios anteriores de hormigón (las viviendas de Hennebique en la Rue Danton, por ejemplo) no hacían un uso arquitectónico del esqueleto. Pero en la Rue Franklin se ha abandonado el uso de las fachadas como simple soporte de la ornamentación Ahora la fachada está perforada, se retranquea hacia atrás y sobresale hacia delante. Seis pisos salientes quedan suspendidos en el aire, y el sexto de ellos muestra desnudos los pilares cuadrados del esqueleto de hormigón. Toda la fachada está en movimiento. La parte superior del edificio casi parece flotar, y la planta baja (que en su momento albergó el estudio de Perret) casi se disuelve en el vidrio. Esta planta está cubierta con losas de hormigón, delgadas y estrechas, que sobresalen para proporcionar una zona de sombra rematada por una terraza.
El efecto total recuerda algunas construcciones de hierro: todo parece ir haciéndose cada vez más ligero hacia el suelo, hasta que finalmente tan sólo unos cuantos elementos delgados conectan el edificio con el terreno. Esta impresión de fragilidad tuvo sus consecuencias financieras. Los bancos se negaron a conceder una hipoteca sobre el edifico de viviendas, ya que los “expertos” predijeron su rápido derrumbe.
La cubierta plana -como otras varias de la cité industrielle proyectada por Tony Garnier- exhibe una rudimentaria azotea ajardinada. Se han eliminado por completo los patios de luces, y los muros de la caja de escaleras se han hecho con bloques de vidrio, lo que la deja completamente abierta a la luz natural. Perret me dijo que usó esos bloques porque sus vecinos podrían haber prohibido legalmente la apertura de ventanas en ese lado del edificio. Esto no desmerece para nada el ingenio de Perret para encontrarle un nuevo uso a un material conocido misma característica aparece en su adopción de simples barandillas de tubo para reemplazar a las rebuscadas piezas de hierro forjado habituales por entonces, y en la apertura de la planta baja con paredes de vidrio.
Pero Perret hizo su aportación más importante para la joven generación de arquitectos franceses con el tratamiento flexible de la planta. Los tabiques se colocan con toda libertad para unir los distintos pilares de hormigón armado. Perret estaba trabajando en este caso con el mismo espíritu que Horta y, más tarde, Le Corbusier. Cada piso se organiza como una vivienda independiente.
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Págs.32-35.“Ideas nuevas”
El hormigón armado era el material más importante de la era moderna y uno de los primeros edificios que se construyeron por completo con una estructura hecha con el nuevo material fue el edificio de apartamentos de la Rue Franklin en Paris, construido entre 1902 y 1904 por Auguste Perret (1874-1954). La expresión de la estructura se veía claramente en la parte frontal del edificio, aunque iba cubierta de tejas de terracota. Las tejas lisas que se habían elegido para el esqueleto, contrastaban con los diseños florales utilizados para el relleno de paneles en las partes no estructurales de la fachada.
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