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PEVSNER, Nicolaus ., Pioneros del diseño moderno. De W. Morris a W. Gropius. Ed. Infinito. Buenos Aires,2003.


Págs.109-136 ."La ingeniería y la arquitectura en el siglo XIX” 


Lo que aún perduraba de detalles decorativos en las fachadas, seguía bajo la influencia de la moda del día, por lo italiano o lo gótico. Pero a veces en los fondos, donde nada debía hacerse para aparentar, una ausencia total de "motivos" resulta sorprendentemente emparentada con el siglo XX. Lo mismo es cierto, y en un grado asombrosamente mayor, en un gran edificio estrictamente utilitario descubierto recientemente por Eric de Maré. Es un almacén naval en el arsenal naval de Sheerness diseñado en 1858 por el coronel G. T. Greene, director de obras de ingeniería y arquitectura del Almirantazgo. Fue construido en 1859-61. Es de 210 pies (64 metros) de largo y 135 pies (41,10 metros) de ancho, y muestra decididamente una estructura de hierro de cuatro pisos con fajas de ventanas bajas y antepechos de metal corrugado. Mientras técnicamente la novedad de todos estos edificios era su uso extensivo del hierro, estéticamente su cualidad más notable es el uso igualmente extensivo y completamente uniforme del vidrio. De todas maneras, en los altos edificios urbanos era útil emplear mucho vidrio. Los diseñadores de madera de los siglos XVI y XVII ya lo sabían. Muchas de estas casas tienen fachadas en las cuales, exceptuando las columnas, vigas y antepechos de madera, todo es vidrio. El efecto podía también obtenerse tanto con piedra como con hierro y en efecto, en Estados Unidos de Norteamérica, existen fachadas de vidrio con montantes de piedra, anteriores a los de hierro. La más asombrosa de todas es la del Jayne Building en Filadelfia, de 1849-50. Esta fue diseñada por W. J. Johnston y Thomas Walter, el arquitecto del Gerard College y de la cúpula de hierro del Capitolio, y un hombre con interés y experiencias en ingeniería. El edificio tiene ocho pisos y el trabajo gótico es de granito.


 Sin embargo en todas esas estructuras, excepto tal vez las Oriel Chambers no aparece todavía la técnica, corriente hoy, de sostener paredes de ladrillo o de mampostería sobre los miembros del esqueleto de hierro. Una fábrica de municiones de Nueva York, construida alrededor de 1860-65 y un elevador de granos de Brooklyn, son los primeros edificios cuyas paredes exteriores están consideradas simplemente como huecos para rellenar, entre los puntales y vigas de hierro dejados al descubierto. Según se nos informa fueron "construidos levantando una armazón de hierro, visible desde el exterior, y rellenándola con una ligera pared de ladrillos". En Europa, los almacenes de los diques de St. Ouen en París, de Préfontaine y Fontaine, eran asimismo, según parece, armazones de hierro en los que se utilizó el ladrillo solo para rellenar los huecos; y así era también la fábrica de chocolate Menier de 1871-72 en Noisiel-sur-Marne, de Saulnier la fuente en este caso era Viollet-le-Duc, y a sus Entretiens hemos de referimos más adelante.


 No se puede afirmar, sin embargo, cuando se contemplan tales edificios, que ya entonces se considerara al metal agradable a la vista. Es difícil determinar cuándo esa actitud positiva apareció por primera vez, es decir, cuando a los diseñadores comenzó a gustarles el aspecto de las estructuras de hierro.


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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Págs. 29-40.“Transformaciones técnicas: ingeniería estructural, 1775-1939”


Desde los tiempos de la viga de Boulton y Watt, de hierro colado y 33 cm  utilizada en su tractoría Salford, de Manchester, en 1809, se efectuó un esfuerzo continuado para mejorar la capacidad de luz de puente en las vigas y railes tanto de hierro colado como de hierro forjado.  La sección típica del raíl evolucionó durante las primeras décadas del siglo y de esta sección surgió evidentemente la viga estructural estándar de cocción I. El rail de hierro colado de Jessep, de 1789, dio paso al rail de sección T y hierro forjado de Birkenshaw en 1820, y éste condujo a su vez al primer rail americano, laminado en Gales en 1831, con una sección en forma de I más ancha en la base que en la parte superior. Esta forma fue adoptada gradualmente para la vía permanente, pero su uso estructural general no se produjo hasta después de 1854, cuando se laminaron con éxito versiones más pesadas y con mayor capacidad de luz. Entre tanto, los ingenieros probaron, varios sistemas para aumentar dicha capacidad del material construyendo miembros más profundos a partir de los ángulos y planchas de hierro forjado de tipo estándar que se empleaban en la construcción naval. Al parecer, Fairbaim constuyó ya y probó estas vigas I compuestas, en fecha tan temprana como 1839. 


Estos intentos ingeniosos para producir elementos capaces de asegurar una amplia luz, mediante el esfuerzo o montaje de componentes de hierro quedó más o menos eclipsado e mediados del siglo por el satisfactorio laminado de una viga de hierro forjado de 17.8 cm de grosor. El libro de Fairbairn On the Application of Cast and Wrought Iron to Building Purposes (1854), presenta un sistema mejorado de construcción fabril, consistente en vigas de hierro laminado de 40,6 cm de grosor que soportaban bóvedas aplanadas hechas con plancha de hierro, cubierto todo ello por hormigón. Puesto que las varillas de sujeción  en hierro forjado, todavía utilizadas para estabilizar la estructura, quedaban enterradas en el piso de cemento, esta propuesta acercó fortuitamente a Fairbain a los principios del hormigón armado.


En un aspecto similar, se erigió un notable edificio de cuatro plantas con estructura de hierro fundido, y forjado, en los astilleros de Sheermess. Este gran cobertizo, revestido con plancha de hierro ondulado, fue diseñado por el coronel Greene y construido en 1860, unos doce años antes de ser erigida la fábrica pionera de chocolate Menier, con su estructura totalmente metálica, por Jules Saulniers, en Noisiel-sur-Marne. En su uso sistemático de secciones I (de hierro fundido en el caso de las columnas y formado en el caso de las vigas), el astillero de Sheerness se anticipó tanto a la sección estándar como el metodo de montaje de la moderna construcción con estructura de acero.


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FUSCO Renato de ., Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992.


Págs.11-64.“El Eclecticismo Historicista” 


... el de las grandes cubiertas de hierro y cristal, y el de los grandes edificios de pisos con esqueleto metálica. Examinando sólo estos dos últimos campos, por ser los más cercanos a la arquitectura, nos parece útil considerarlos como dos categorías distintas, de significado y valor diferentes. De hecho. mientras que el «principio» de la construcción de esqueleto es una invención eminentemente técnica que aparecerá en todos los lenguajes sucesivos y ha permanecido activa hasta hoy, el campo de las cubiertas en hierro y cristal no es un esquema definido de una vez para siempre, sino una conformación variable; por eso, pensamos que, sin perder sus valores científicos y técnicos, representa la expresión más típica de la arquitectura de la ingeniería del siglo XIX.


También las fechas parecen confirmar nuestra Observación. Ya en 1780 empiezan a usarse las columnas de fundición en el interior de las hilaturas para reducir la ocupación de los muros y de las pilastras de piedra. La hilatura Philip & Lee, de Salford, Manchester, construida en 1801 por la fundición de Boulton y Watt es él primer edificio en el cual, a excepción del “muro exterior perimetral, se utiliza una estructura de esqueleto formada por columnas de fundición y vigas de doble T» Giedion subraya acertadamente el interés de esta fábrica” diciendo: «El tipo de construcción que representa esta hilatura de siete pisos (...) se convierte en prototipo y de los almacenes a lo largo de todo el siglo y fue igualmente adoptada por algunos edificios públicos de espíritu avanzado. La Experiencia de Watt en Salford marca la primera fase del desarrollo de la es Chicago de acero, que hace su aparición finalmente en después de 1880».


Ahora bien, el propio hecho de que, desde la hilatura citada hasta el primer edificio construido por William Le Baron Jenney en Chicago, muchas construcciones — el Harper and Brothers Building, de Nueva York, realizado por James-Bogardus 1854 las construcciones anónimas a lo largo del río en St” Louis; la fábrica de chocolate Menier, cerca de París, construida en 1871 por Jules Saulnier, por citar los casos más notables— cada una de ellas con visibles implicaciones histórico-eclécticas adoptarán la estructura de esqueleto, demuestra que estamos en presencia no tanto de una organización arquitectónica como de un «principio» constructivo.


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