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BENEVOLO, L., Historia de la Arquitectura Moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Pág. 530-564. ”Formación del Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras. Aproximación a los problemas urbanísticos” 


 4.-La urbanística de Le Corbusier.


Le Corbusier, en la introducción al segundo volumen de su Oeuvre complète, escribe:


"El azar ha querido que el primer volumen acabase en 1929. Este año era, en cierto modo, para nosotros el fin de una larga serie de investigaciones. 1930 inauguraba un ciclo de nuevas preocupaciones: los grandes trabajos, los grandes acontecimientos de la arquitectura y de la urbanística, la era prodigiosa de la puesta a punto de una nueva civilización maquinista... De ahora en adelante no hablaré más de revolución arquitectónica, que ya está realizada; la urbanística se convierte en la preocupación dominante”.


 Y así es; pero la separación entre la investigación de Le Corbusier y los programas urbanísticos contemporáneos ya se había producido y los ritmos de investigación son independientes de las ocasiones de verificación concreta. Así, Le Corbusier está capacitado para formular el trazado de la ciudad moderna antes que nadie y de manera más coherente, sin tener en cuenta los compromisos momentáneos. 


 Para la ciudad moderna encuentra incluso un nombre de batalla: la ville radieuse; el proyecto completo (dibujado entre 1929 y 1930 después del viaje a América) se realiza en 17 láminas que el maestro lleva consigo para enseñarlas en varias ocasiones. 


 El punto de partida de la ville radieuse es, precisamente, la residencia; no es ella quien debe adaptarse a un trazado urbano dado, sino que debe determinar el nuevo trazado de toda la ciudad. Las células de habitación iguales y acopladas producen un cuerpo de fábrica de longitud indefinida que, doblado en ángulo recto, permite el aprovechamiento de las dos orientaciones: la Este-Oeste (con  viviendas a ambos lados y calle interior), la Norte-Sur (con viviendas sólo a Sur y calle perimetral a Norte). 


 La forma de los quiebros que va formando un giro repetido e invertido es el rédent: un edificio de once pisos (como en la teoría de Gropius) y 400 metros de pasaje, separado por lo menos doscientos metros del edificio de enfrente; las construcciones y las autopistas, que cruzan cada 400 metros, se levantan sobre pilotis y dejan completamente libre el terreno, convertido en un parque que los peatones pueden recorrer en todas direcciones, donde se sitúan las escuelas, los parvularios, los teatros, los campos deportivos. 


 Todo esto debe convertirse en el tejido urbano normal: los lugares de trabajo deberán levantarse en su cercanía: las industrias ligeras, las industrias pesadas, la city de los negocios con los rascacielos situados entre el verde. 


 Este modelo teórico puede adaptarse a gran número de casos concretos y Le Corbusier no pierde ninguna ocasión para proponerlo. En 1929 vuelve sobre su antiguo proyecto para el centro de París y propone soluciones para las ciudades de América del Sur: Río, Sao Paulo y Buenos Aires; en 1930 estudia una ordenación de la zona de los alrededores de la puerta Maillot, aprovechando la colocación del nuevo barrio de Amberes al otro lado del Schelda y prepara un proyecto para el ensanche de Ginebra; de 1930 a 1934 presenta varias soluciones del plano regulador de Argel (fig. 626), proyectando superponer a la ciudad dos autopistas, una paralela y otra perpendicular a la costa, apuntando hacia un centro administrativo formado por rascacielos; en 1934 estudia el proyecto para una fábrica-modelo y el plan regulador de Nemours, también en África; en 1935 publica el libro La ville radieuse, donde, con sugestivas imágenes, formula nuevamente su teoría urbanística, puntualmente aplicada durante el mismo año a las ordenaciones de Hellocourt y del valle de Zin para la organización Bata, en 1936 el plan de Río de Janeiro y el ilôt insalubre de París (fig. 627), en 1938 a la ordenación de la cabeza del puente de Saint-Cloude y al plan de Buenos Aires. La nueva revista de Le Corbusier, que sale de 1930 a 1933, lleva el significativo título de Plans. 


 Todos estos planos son, además, imágenes arquitectónicas a escala urbana o paisajista. Le Corbusier pasa por encima de la problemática de la actuación, con sus problemas de etapas, de competencias y de grados de proyecto, que tanto preocupan a los alemanes; pero, quizá por esta razón, sea el único que tiene en aquella época una idea clara de la ciudad moderna como alternativa total a la antigua. En sus dibujos resalta la cualidad unitaria, singular, de la futura realidad urbana, que aparece por lo tanto mucho más concreta que los esquemas repetitivos propuestos por Gropius o Hilberseimer. 


 Ninguna de estas propuestas será aceptada; Le Corbusier las recoge en un volumen que se publica en 1935, precisamente con el título de La ville radieuse: la nueva ciudad se ha transformado en un libro y el nuevo paisaje puede ser demostrado, como en los años veinte, sólo a través de obras arquitectónicas aisladas. 


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W. CURTIS., La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon


p.74 Algo típico del enfoque intelectual de Le Corbusier era que al mismo tiempo que concebía la Casa Citrohan estaba perfilando los planos de toda una ciudad moderna. “La ciudad contemporánea de tres millones de habitantes”. Esta se expuso en el parisiense Salón de Otoño de 1922. Las ideas políticas y filosóficas que hay tras el urbanismos de Le Corbusier  se estudian con más detalle en el capítulo 14, aquí basta con señalar que la arquitectura y el urbanismo eran para él intereses solapados, impulsados por una única visión de la tecnología como una fuerza progresista que, guiada por los ideales correctos, podía reinstaurar un orden natural y armónico.  A esta visión utópica cuyas raíces estaban en pensadores del siglo XIX como Charles Fourier, Henri Saint Simon y Ebenezemer Howard- se le dio  forma en la ciudad contemporánea, una ciudad de rascacielos en un parque, donde las técnicas de la construcción moderna, los automóviles y los aviones se agrupaban en un diagrama ordenado, con la naturaleza y las máquina reconciliadas y armonizadas. Una visión posterior del mismo tipo, la “Ville Voisin” –en la que la postura precapitalista de Le Corbusier se ponía de manifiesto de manera espectacular en un proyecto para insertar enormes rascacielos de vidrio en el centro de Paris- se exhibió en la Exposición de Artes Decorativas de 1925, en el pabellón de L´Esprit Nouveau. Este pabellón tenía la forma de una de las viviendas de la ciudad ideal (en realidad, una reformulación de la Casa Citrohan) y estaba amueblado con objetos modernos de la era maquinista y obras de arte purista. Era como si el arquitecto utópico desease llevar su visión del milenio –su poema de la vida moderna- hasta los detalles menores del interior privado y los escenarios mayores de la vida pública de un modo simultáneo. Como veremos, las implicaciones dictatoriales del paraíso terrenal de Le Corbusier sólo surgieron más adelante.


p. 323 -324 De este modo tan reelador escribía en la introducción: "¿Que hemos hecho pues durante estos años 1929-34?. En primer lugar algunos edificios, y luego muchos grandes estudios de urbanismo. Estos edificios han tenido el papel de laboratorios. Hemos querido que cada elemento construido durante estos años fuese la prueba experimental que permitiese tomar con toda seguridad las iniciativas indispensables en urbanismo."


En efecto el pabellón Suizo era una proción de las viviendas de laVille Radieuse, transformada en una singular obra de arte. Le Corbusier plasmaba su visión de una sociedad ideal en sus planes urbanísticos. Sus iniciativas urbanas se apoyaban en una fe ingenua en el poder de un entorno bien ordenado para agrupar de nuevo al hombre, la naturaleza y la máquina en una armonía no alienada.  Se consideraba que la mecanización tenía esencialmente dos caras: causaba la disolución y la ruina, socavando la sociedad y poniéndola al borde de la revolución; pero también proporcionaba los medios para hacer realidad un nuevo orden a cuya formación podía contribuir el artista utópico. Tras su fracaso en "vender" los conceptos de Ville Voisi de 1925, Le Corbusier comenzó a perder su confianza anterior en el poder de las grandes empresas y de la tecnología centralizada para llevar su ideal al plano de la realidad. Sus experiencias en Moscú a finales de la década de 1920 tampoco contribuyeron mucho a alentar ungiro hacia la izquierda, aunque parece que admiraba los experimentos de vivienda del grupo OSA y las teorías de la ciudad lineal de Miliútin. Asímismo, la confianza de Le Corbusier en el poder de la democracia para oponerse al caos continuó disminuyendo, y fue en este período cuando se sintió atraído por el "sindicalismo". Ëste había surgido del movimiento sindical de finales del siglo XIX y proponía una "pirámide de jerarquías naturales" con la base en el taller, pasando por un nivel medio de directivos electos, para llegar a un vértice formado por un consejo regional. De hecho un escalón de directivos electos debía de reemplazar el antiguo estado. Le Corbusier (ingenuamente) tenía la esperanza de que éste sería unsistema de gobierno más eficaz y más representativo que el que proporcionaban las democracias, con sus perenne oscilaciones entre derechas e izquierdas. Naturalmente el sistema que imaginaba concebía un lugar especial a urbanistas y aruqitectos, que estaban situados cerca de la cima de la pirámide, su visión era dar forma a la nueva sociedad.


Esta clase de ideas habían madurado cuaando Le Corbusier recopiló una nueva versión de su ciudad ideal, la Ville Redieuse, a principios de la década de 1930. La Ville Radieuse en su conjunto estaba sumemente centralizada y densamente poblada, aunque la mayor parte de su superficie se dedicaba a zonas de esparcimiento (parques, campos de juego etc.) Siguiendo sus principios anteriores; Le Corbusier creó también calles amplias para facilitar el tráfico hacia y desde el campo, y de un sitio a otro de la ciudad; los peatones podían circular por niveles separados; y la "calle corredor" tradicional quedaba completamente destruida. Como en los planos, utópicos de Renacimiento, el "orden ideal" se expresaba mediante la simetría y la geometría simbólica. Había incluso una imagen antropomórfica subyacente: una "espina dorsal" "brazos" "un corazón" y "una cabeza". Al igual que la ville contemporaine (1922), los principales tipos de edificios eran rascacielos y bloques de pisos, pero en este caso los primeros estaban agrupados en la cabecera de la ciudad, mientras que los segundos se disponían en las largas bandas à redent (en greca), creando así semipatios y remansos en toda su longitud. Las bandas de vivienda se levantaban sobre pilotis por encima del plano contínuo del terreno. No existía ya la división entre la élite y la clase trabajadora, como habñia ocurrido en la Ville Contemporaine; todo el mundo vivía en las unités, que combinaban pisos individuales racionalizados y servicios comunes como gimnasios y guarderías infantiles. Estas casas de pisos à redent eran una refundición de varias imágenes colectivistas anteriores. Había ecos de boulevards a redans e Eugène Henard, de 1903, y de ese ideal comunitario imaginado por Charles Fourier a principios del siglo XIX, el "falansterio" (que a su vez transformaba elprototipo de palacio barroco, por ejemplo Versalles). Las terrazas cubiertas contínuas para actividades de esparcimiento, mostraban como el principio del toit jardin (jardín de cubierta) podría transformarse para su uso público y a su vez influido quizás por las cubiertas de los transatlánticos; en el libro La Ville Radieuse (1935), Le Corbusier escribía de modo revelador sobre la buena vida pasada al sol y al aire libre contemplando "un mar de vegetación".


Se consideraba que la mecanización tenía esencialmente dos caras: causaba la disolución y la ruina, socavando la sociedad y poniéndola al borde de la revolución; pero también proporcionaba los medios para hacer realidad un nuevo orden a cuya formación podía contribuir el artista utópico. Tras su fracaso en "vender" los conceptos de Ville Voisi de 1925, Le Corbusier comenzó a perder su confianza anterior en el poder de las grandes empresas y de la tecnología centralizada para llevar su ideal al plano de la realidad. Sus experiencias en Moscú a finales de la década de 1920 tampoco contribuyeron mucho a alentar ungiro hacia la izquierda, aunque parece que admiraba los experimentos de vivienda del grupo OSA y las teorías de la ciudad lineal de Miliútin. Asímismo, la confianza de Le Corbusier en el poder de la democracia para oponerse al caos continuó disminuyendo, y fue en este período cuando se sintió atraído por el "sindicalismo". Ëste había surgido del movimiento sindical de finales del siglo XIX y proponía una "pirámide de jerarquías naturales" con la base en el taller, pasando por un nivel medio de directivos electos, para llegar a un vértice formado por un consejo regional. De hecho un escalón de directivos electos debía de reemplazar el antiguo estado. Le Corbusier (ingenuamente) tenía la esperanza de que éste sería unsistema de gobierno más eficaz y más representativo que el que proporcionaban las democracias, con sus perenne oscilaciones entre derechas e izquierdas. Naturalmente el sistema que imaginaba concebía un lugar especial a urbanistas y aruqitectos, que estaban situados cerca de la cima de la pirámide, su visión era dar forma a la nueva sociedad.


En 1933, los miembros de los CIAM, se reunieron a bordo del vapor patris, enuna travesís entre Marsella y Atenas, para debatir sobre la situación de la ciudad moderna. Contra el soberbio fondo paisajístico del Peloponeso, los arquitectos moderno de Europa, trazaron las líneas generales de lo que se esperaban que fuese una nueva civilización ilustrada que aceptase la mecanización. De hecho, Le Corbusier se erigió en papa oficioso.  La “Carta de Atenas” fue en realidad una reafirmación de la filosofía de la Ville Radieuse, pero sin la poesía original. Los ya problemáticos principios del urbanismo de Le Corbusier se separaron de una visión personal en particular y se presentaron como una especie de catecismo


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MONTANER, J.M., La Modernidad superada. Arquitectura, arte y pensamiento del siglo XX. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1997. 


págs. 159-180... En este sentido, propuestas urbanísticas modernas como la Ville Radieuse de Le Corbusier reflejan el tipo de desmembramiento de las partes de los objetos que aporto el purismo y el cubismo....


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FRAMPTON Kenneth.,  Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Pág.169-179.“La nueva colectividad: arte y arquitectura en la Unión Soviética” 


Para lograr el primero de ellos, plantearon una segunda consulta en SA, en 1927, sobre la forma apropiada de la nueva vivienda colectiva o dom-kommuna. Las respuestas recibidas se usaron como base para un concurso fraternal que intentaba desarrollar y depurar un nuevo prototipo residencial, algo en la línea del falansterio de Fourier. La mayoría de las propuestas daban una importancia simbólica y operativa a un corredor interior con accesos a ambos lados, un volumen formado por la alternancia de viviendas dúplex que pasaban por arriba y por abajo. Una versión de esta sección llegó a ser adoptada por Le Corbusier a partir de 1932 como la sección 'cruzada' del bloque tipo de la Villa Radieuse.


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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987. 


Pág.151-162. “Le Corbusier y el Esprit Nouveau”


La Ville Contemporaine era igualmente ideológica en la organización detallada de sus distritos residenciales, que se componían de dos prototipos distintos de bloques : los que configuraban manzanas cerradas y los que formaban redents o 'grecas', cada uno de los cuales suponía una concepción diferente de la ciudad. Los primeros aún confiaban en la idea de una ciudad 'vallada' compuesta de calles, mientras que los segundos presuponían una 'ciudad abierta', sin barreras, una visión que se iba a plasmar finalmente en la Ville Radieuse: una ciudad densa elevada sobre la superficie de un parque continuo. La postura contraria a la calle que llevaba implícita esta visión quedó finalmente explícita en un artículo sobre este tema que Le Corbusier escribió en 1929 para el periódico sindicalista L'Intransigeant.


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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987. 


Pág.180-187.“Le Corbusier y la Ville Radieuse. 1928-1946"


Por lo que se refería a la construcción, esta determinación de la forma por medio de la proximidad y el uso se complicaba por las exigencias de la producción a gran escala y por la consiguiente necesidad de distinguir entre la creación de un monumento singular y la ventaja potencial de usar los métodos de la producción racionalizada para la construcción de alojamientos. Tal distinción fue, según parece, la razón por la que Le Corbusier abandonó su edificio en manzana cerrada, conocido como Immeuble-Villa, en favor de otra forma más adecuada a la producción en serie, en concreto el bloque à redent de la Ville Radieuse, proyectado como una banda continua de viviendas ‘en línea’. Basada en el boulevard à redans (1903) de Eugène Hénard (cuyos términos redan, estrella, y boulevard, baluarte, provenían del vocabulario de la fortificación), la forma à redent de Le Corbusier consistía en una hilera continua de viviendas cuyo frente se retranqueaba alternativa y regularmente con respecto a los límites exteriores de la calle o bien se alineaba con ellos. 


La diferencia en la organización de las viviendas en estos dos tipos de edificios era tan significativa como la diferencia entre sus formas exteriores. Mientras que el Immeuble-Villa se basaba en el empleo cualitativo de la casa con ‘jardín colgante’ como unidad autónoma, el tipo de la Ville Radieuse parecía orientarse hacia criterios más económicos, es decir, hacia los parámetros cuantitativos de la producción en serie. Mientras que el Immeuble-Villa incorporaba una amplia terraza ajardinada y una sala de estar de doble altura, con dimensiones fijas independientemente del tamaño de la familia, la unidad de la Ville Radieuse (VR) era un piso flexible, de una sola planta de extensión variable, más económico en cuanto al espacio que la sección de doble altura del dúplex. La unidad VR aprovechaba al máximo cualquier centímetro cuadrado de espacio, hasta el punto que los tabiques tenían un espesor tan reducido que resultaban inadecuados como barreras acústicas. Con el mismo propósito, los núcleos de servicio —es decir, cocinas y cuartos de baño— quedaban reducidos al mínimo. Es más, cada vivienda era susceptible de sufrir ciertas transformaciones, para usarla de manera diferente de noche y de día, mediante tabiques correderos que podían ocultarse. Cuando se sacaban, estos elementos subdividían los espacios para dormir; y cuando se retiraban, permitían formar una zona continua de juegos infantiles que podía unirse con el salón. Gracias a estos recursos, la vivienda tipo de la Ville Radieuse estaba diseñada para ser tan eficiente desde el punto de vista ergonómico como los compartimentos para dormir de un wagon-lit, y de hecho Le Corbusier usó muchos de los criterios espaciales de los coches cama. Con aire acondicionado y fachadas herméticas, se trataba claramente de un intento de proporcionar el equipamiento normativo de una civilización de la era de la máquina. Cercano al diseño para la producción y alejado de la arquitectura en sentido tradicional, el bloque VR difícilmente podía estar más lejos del espíritu de la CiudadMundial.


Este cambio —de la manzana cerrada sobre sí misma a la banda continua de viviendas, y del nivel burgués de la ‘villa’ a una norma industrial— puede que fuera una respuesta al desafío tecnocrático del ala izquierda de los CIAM: aquellos arquitectos alemanes y checos de la Neue Sachlichkeit con quienes Le Corbusier se había encontrado por primera vez en la reunión fundacional de los CIAM en 1928 (véase pág. 138). Estos diseñadores ‘materialistas’ volvieron a desafiar a Le Corbusier en Fráncfort, con ocasión de la primera sesión de trabajo del CIAM de 1929, que bajo el título de ‘Existenzminimum’ estaba dedicado a determinar los criterios óptimos para la vivienda mínima convencional. Al repudiar el enfoque reduccionista de arquitectos como Ernst May y Hannes Meyer, Le Corbusier proclamaba retóricamente los parámetros espaciales de su maison maximum, que resultaba ser un juego irónico con el nombre de coche económico, voiture maximum, que había diseñado con Pierre Jeanneret el año anterior. A este respecto, se iba a demostrar que tenían razón, pues su voiture maximum llegó a ser el prototipo de los austeros vehículos que se iban a fabricar a gran escala en Europa después de la II Guerra Mundial....


... Las transformaciones productivas en sus prototipos urbanos durante la década de 1920 —cuando la ‘jerárquica’ Ville Contemporaine de 1922 se convirtió en esa Ville Radieuse ‘sin clases’ de 1930— supusieron cambios significativos en el modo de concebir la ciudad de la era de la máquina por parte de Le Corbusier; entre esos cambios, el más importante fue el abandono de un modelo de ciudad centralizada por una concepción teóricamente ilimitada, cuyo principio de ordenación derivaba del hecho de estar zonificada, como la ciudad lineal de Miliútin, en bandas paralelas. En la Ville Radieuse estas bandas tenían asignados los siguientes usos: 1, ciudades satélite dedicadas a la educación; 2, zona de negocios; 3, zona de transportes, incluyendo el ferroviario y el aéreo de pasajeros; 4, zona de hoteles y embajadas; 5, zona residencial; 6,zona verde; 7, zona de industria ligera; 8, almacenes y ferrocarril de mercancías; y 9, industria pesada. Resultaba paradójico, como poco, que este modelo tuviese aún algo de metáfora antropomórfica y humanista. Esto queda patente en los croquis explicativos de la época, que muestran la ‘cabeza’ aislada, formada por los dieciséis rascacielos cruciformes, por encima del ‘corazón’, representado por el centro cultural, que está situado entre las dos mitades o ‘pulmones’ de la zona residencial. Aparte de las distorsiones inducidas por semejantes metáforas biológicas, el modelo lineal se respetaba estrictamente, permitiendo con ello que las zonas menos jerárquicas se expandiera de manera independiente.


La Ville Radieuse llevó el concepto de ciudad abierta enunciando en la Ville Contemporaine a su conclusión lógica, y la sección tipo de la ciudad entera mostraba todas las construcciones elevadas por encima del terreno, incluidos los garajes y las carreteras de acceso. Levantar todo ello sobre pilotis habría convertido la superficie del terreno en un parque contínuo por el que el peatón habría podido pasear con entera libertad. La sección transversal tipo del bloque VR y el muro cortina de vidrio o pan de verre que lo envolvía era igualmente cruciales para el disfrute de los ‘placeres esenciales’: ‘sol’, ‘espacio’ y ‘vegetación’ esta última garantizada no sólo por el parque, sino también por la cubierta ajardinada que recorría la parte superior del bloque continúo à redent


... Aunque la ciudad radiante nunca llegó a realizarse, su influencia como modelo evolutivo en el desarrollo urbano de posguerra en Europa y otros lugares fue muy amplia. Además de numerosos conjuntos de viviendas, la organización específica de dos nuevas ciudades capitales estuvo claramente inspirada en las ideas encarnadas en la villa Ville Radieuse: en concreto el plan general de Le Corbusier para Chandigarh de 1950, y el plan de Lúcio Costa para Brasilia, de 1957.


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CURTIS William. J.  La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 


Págs. 163 - 181.“La búsqueda de la forma ideal por parte de Le Corbusier” 


Algo típico del enfoque intelectual de Le Corbusier era que al mismo tiempo que concebía la casa Citrohan estaba perfilando los planos de toda una ciudad moderna, 'La ciudad contemporánea de tres millones de habitantes' . Ésta se expuso en el parisiense Salón de Otoño de 1922. Las ideas políticas y filosóficas que hay tras el urbanismo de Le Corbusier se estudian con más detalle en el capítulo 14; aquí basta con señalar que la arquitectura y el urbanismo eran para él intereses solapados, impulsados por una única visión de la tecnología como una fuerza progresista que, guiada por los ideales correctos, podía reinstaurar un orden natural y armónico. A esta visión utópica - cuyas raíces estaban en pensadores del siglo XIX como Charles Fourier, Henri Saint-Simon y Ebenezer Howard se le dio forma en la 'Ciudad Contemporánea', una ciudad de rascacielos en un parque donde las técnicas de la construccion moderna,los automóviles y los aviones se agrupaban en un diagrama ordenado, con la naturaleza y la máquina reconciliadas y armonizadas.


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COLQUHOUN Alan.,  La arquitectura moderna. Una historia desapasionada. Gustavo Gili.Barcelona. 2005. 


Págs. 209- 229.“De Le Corbusier a las megaestructuras: visiones urbanas, 1930-1965” 


Urbanismo y vivienda en la última etapa de Le Corbusier. Después de su gira de conferencias por Sudamérica en 1929, Le Corbusier se ocupa de una serie de proyectos urbanos que eran muy distintos de sus planes urbanísticos anteriores. Mientras que la Ville Radieuse había sido un disco esquemático para un emplazamiento ideal, los proyectos para Río de Janeiro (1929) y los planes Obús para ciudad de Argel (1938-1942) estaban pensados para lugares reales, también estaban estrechamente ligados al reciente interés de Le Corbusier por el hombre real y las culturas regionales basadas en las costumbres y las geografías locales. En estos proyectos, la arquitectura y la ingeniería modernas amplía su radio de acción a vastos territorios coloniales y poscoloniales, y asumen un nueva significación cosmológica en su lucha con la naturaleza primigenia.


En Rio y Argel. Le Corbusier no abandonó su urbanismo anterior, pero sus formas se tomaron más sensibles a las topografías locales y también se aprecia una mayor asimilación de la vida privada por parte de unas formas monumentales y colectivas. Ya en 1922, en la Ville Contemporaine, había imaginado un nueva integración de la vida privada y la colectiva. Por ejemplo, la circulación pública se entendía como un sistema Único, en el que los pasillos que llevaban a los pisos de Connection en halles en las áreas que reemplazaban a las vías de acceso...


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COLQUHOUN Alan.,  La arquitectura moderna. Una historia desapasionada. Gustavo Gili.Barcelona. 2005. 


Págs. 137-157.“Retorno al orden: Le Corbusier y la arquitectura moderna en Francia, 1920-1935” 


... Como ya hemos visto, los primeros proyectos urbanos de Le Corbusier en La Chaux-de-Fonds estaban relacionados con el movimiento de la ciudad jardín. Pero en 1920 centró su atención en el problema de la metrópolis moderna, abordando esas cuestiones de circulación e higiene de las que los urbanistas de Paris se habían ocupado durante algún tiempo. El primer proyecto de esta clase —la Ville Contemporaine, expuesta en el Salón de Otoño de 1922— era una propuesta esquemática para una ciudad de tres millones de personas en un emplazamiento ideal. El proyecto se basa en la creencia de que la metrópolis es valiosa a priori. Su eficacia como nodo de la cultura depende de su asociación histórica con una localización concreta. Pero para conservarse, primero tiene que ser destruida. Para contrarrestar la creciente congestión de la ciudad y la consiguiente huida de sus habitantes a la periferia suburbana, será necesario tanto incrementar su densidad como reducir la superficie ocupada por los edificios. Usando la tecnología de los rascacielos norteamericanos, el proyecto propone unas torres de oficinas de 200 m de altura generosamente espaciadas y unos superbloques residenciales continuos de doce plantas, quedando convertido el resto del espacio en un parque atravesado por una red rectilínea de vías de alta velocidad. La tecnología moderna permite combinar las ventajas de la ciudad jardín con las de la ciudad tradicional. En lugar de que la población se traslade a la periferia, ésta se tras lada a la ciudad. 


Los superbloques lineales de la Ville Contemporaine se disponen según un trazado en forma de «grecas» (en francés: à redents). Esta idea tenía dos orígenes: los boulevards a reduns propuestos por Eugène Hemard en 1903, y los propios estudios de Le Corbusier para las vivienda Dom-ino en torno a 1914. En la Ville Contemporaine, al igual que en esos estudios, los bloques de viviendas no se alinean con el sistema de vías, sino que se disponen como un contrapunto a él. En la posterior Ville Radieuse (1933), los bloques están levantados sobre pilotis y el movimiento peatonal nivel del suelo queda libre de obstáculos. El espacio urbano se vuelve a isótropo, no hay «delante» ni «detrás» y queda abolida la distinción espacial entre lo público y lo privado. Aunque Le Corbusier modificó estos primeros modelos urbanos en diversos sentidos, su forma básica permaneció inalterada, incluso después de haber desarrollado unos sistemas urbanísticos completamente distintos para Rio de Janeiro, Argel y Chandigarh.


En la Ville Contemporaine y la Ville Radieuse se yuxtaponen dos valores absolutos: la naturaleza y la tecnología. El trabajo y la vida doméstica tienen lugar en construcciones en altura; el cultivo del espíritu y del cuerpo tienen lugar en los parques. Como resultado de esta disyunción, el elemento del cambio queda eliminado de la experiencia urbana. Los problemas sociales relacionados con esta idea de separar la residencia de los aspectos espontáneos y casuales de la vida urbana se han hecho cada vez más obvios en los años transcurridos. Sin embargo, pese a sus defectos, la ciudad de Le Corbusier llamaba la atención sobre esa división del trabajo que era inherente a la sociedad industrializada, creando para ello una imagen urbana en la que la tecnología y la naturaleza quedaban separadas. Podemos discrepar de la interpretación cartesiana que hace Le Corbusier de esta separación, pero difícilmente podemos hacerlo de su verdad subyacente.


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CURTIS William. J.  La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006.


Págs. 241-255“La comunidad ideal: alternativas a la ciudad industrial”


Dado el alcance de sus ideas urbanas, no es de extrañar que los teóricos soviéticos mantuviesen un importante interés crítico por los movimientos y las ideas del mundo capitalista. Fue a principios de la década de 1930, con la economía general sacudida por la depresión mundia, cuando Le Corbusier promovió la idea de la Ville Radieuse y cuando Frank Lloyd Wright recopiló su concepto de Broadacre City, ambos casos entendidos como paliativos; el primero un teorema centralizado; el segundo, descentralizado.


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MONTANER Josep Maria., La modernidad superada. Arquitectura, arte y pensamiento del siglo XX . Gustavo Gili. Barcelona, 2002 (1997)


págs.115-140“Tipo y estructura. Eclosión y crisis del concepto de tipología arquitectónica”


PROTOTIPOS Y ARQUETIPOS


Dentro de esta visión clasificatoria por tipos deben diferenciarse dos conceptos totalmente distintos: el de prototipo y el de arquetipo. Los prototipos arquitectónicos se producen esencialmente durante el movimiento moderno, cuando los métodos de proyectación y construcción toman como referencia el mundo mecanicista de la producción industrial, y buscan ejemplos que pasen por bancos de pruebas similares a los que pasan las máquinas repetibles y combinables. Encontramos los casos más emblemáticos en las propuestas de Le Corbusier y Mies van der Rohe.


A partir los prototipos básicos -la casa Domino (1914), es decir el espacio sandwich, y la casa Citrohan  (1920), es decir el espacio megarón-, Le Corbusier construye todo su mecanismo para resolver la arquitectura residencial privada y pública. La casa Domino es el tipo constructivo y la casa Citrohan el tipo espacial en el que pervive la estructura muraria lateral que permite grandes aberturas en fachada y dobles espacios. El inmueble-villa (1922) constituye tanto la síntesis de los dos prototipos iniciales -Domino y Citrohan- como la síntesis de la casa unifamiliar y la vivienda colectiva. Cada célula de habitación permite pasar consecutivamente de la visión sandwich de los planos horizontales a la visión megarón del doble espacio que liberan los muros laterales. El redent, en el proyecto de una ciudad para tres millones de habitantes (1925) o en el Plan Obús de Argel(1930-1934), es la estructura que sirve para alojar los prototipos básicos. Las unités d'habitation (1952) constituyen la culminación del sistema de agrupación y de la propuesta del edificio residencial colectivo como elemento básico de la ciudad racionalista. En ellas la estructura Citrohan es la que acaba predominando.


Al mecanismo abierto y optimista creado por Le Corbusier se le opone el método de las casas numeradas de Peter EisenmanLa casa X (1976) ha de ser interpretada como una estructura anti-Domino, como el resultado de la metódica destrucción del sistema flexible, transparente y unívoco de las casas lecorbusierianas. Donde la casa Domino es abierta al horizonte, unitaria y de espacios sandwich, la casa X es cerrada, fragmentaria y de espacios cúbicos.


En el caso de Mies van der Rohesu arquitectura se basa esencialmente en el perfeccionamiento de los dos tipos básicos: el pabellón y el rascacielos. En el pabellón como estructura espacial sandwich, Mies busca el espacio universal, un espacio idealizado de perfección platónica que se configura en dos planos simétricos -el suelo y el techo- respecto a un eje que se sitúa a la altura de la visión de un ser humano. También en estos prototipos -casas patio, museo para una pequeña población- se pasa consecutivamente de percibir espacios sandwich, en los interiores, a percibir espacios megarón al salir a los patios. En 1929, el Pabellón de Barcelona, que se configura como un magnífico espacio sandwich inscrito en un espacio megarón definido por los muros perimetrales y culminado por el patio de la escultura, significó el reino del orden en un momento de crisis y caos. La Neue Natio-nalgalerie en Berlín(1962-1968) comporta la monumentalización del pabellón, la evidencia de las pervivencias clasicistas de la tradición de Karl Friedrich Schinkel y la consecución de un espacio lo más isótropo factible y de una estructura lo más perimetral posible, reducida a su esencia mínima: sólo ocho pilares.


Los arquetipos, en cambio, se refieren a principios formales lógicos, originales, inmutables, intemporales y genéricos. La arquitectura que intenta basarse en arquetipos busca las formas esenciales y primigenias de la arquitectura: el arco, el dolmen, el templo, la cabaña primitiva, la cueva, la escalinata. Es el caso de la arquitectura de Paulo Mendes da Rocha y Tadao Ando. Cuando la idea de arquetipo adopta su dimensión histórica, cultural y urbana, volvemos a encontrarnos con las tipologías y con la búsqueda metodológica de Aldo Rossi, Giorgio Grassi, Carlo Aymonino, Luciano Semerani o Antonio Monestiroli.


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BANHAM, R., Teoría y diseño en la primera era de la máquina. Edit. Paidos. Barcelona, 1977.


Págs. 245-264.“Le Corbusier:Planeamiento urbano y estética” 


Aunque esto parece implicar una curiosa concepción del método científico, el enfoque no es del todo inesperado. Elabora primero una solution-type en abstracto: su verdadera aplicación a la vida real puede esperar. Este particular système préconisé fue desarrollado por vez primera en 1921-1922 y expuesto en el Salon d'Automne de 1922 bajo el título Une Ville Contemporaine pour 3 Millions d'Habitants. Le Corbusier lo denominó, el lector no dejará de observarlo, una ciudad contemporánea, y se sintió ofendido cuando se la calificó de ciudad del futuro, insistiendo en que podía -y debía- construirse inmediatamente.


Sobre el plano sin restricciones de su emplazamiento ideal, el planeamiento establece un esquema de inequívoca ascendencia Beaux-Arts, con ejes principales y secundarios, intersecciones en estrella de caminos octogonales y diagonales, y todos los demás elementos propios de esta tradición. Tal como diga en la Cité de Garnier, la industria es relegada a los alrededores:


En una casa decente, las escaleras de servicio no atraviesan el salón de estar, aunque la doncella sea encantadora (o aunque los pequeños botes hagan el deleite del paseante que se apoya en el parapeto del puente),


pero a diferencia de Garnier, la circulación, si bien diagramática, es generosa y parece libre de estrangulamientos. En los puntos de máxima densidad de tránsito, los medios utilizados para lograr una superficie de circulación adecuada son santelianos (si acaso no se remontan aún más lejos, a Tony Moilin) y en el centro de la ciudad hay no menos de siete niveles superpuestos. El más alto es una pista para aterrizaje de aviones, que repite así un recurso suicida de Sant’Elia, Como es el descenso de aviones entre filas de edificios de gran altura; parece subrayar el origen santeliano de este recurso el hecho de que la estación central principal se halla en el nivel inmediatamente inferior. Sorprende el contraste entre el esquema Beaux-Arts de la planta considerada en su totalidad y la calidad futurista de las secciones, contraste acentuado por el tono futurista con que Le Corbusier discute los rascacielos de oficinas, tan peligrosamente agrupados cerca de la pista de aterrizaje:


Y estos rascacielos contendrán efectivamente el cerebro de la ciudad, el cerebro de toda la nación. Representan la cuidadosa elaboración y organización sobre la cual se basa la actividad general. Todo está concentrado en ellos; aparatos para suprimir el tiempo y el espacio, teléfonos, cables y telégrafo sin hilos; bancos, negocios y el control de la industria; finanzas, comercio, especialización. La estación se halla en medio de los rascacielos, los trenes subterráneos corren debajo de ellos y las vías rápidas en su base.


Los rascacielos mismos son únicos en la obra de Le Corbusier y distintos a todos sus diseños posteriores de bloques altos y torres. A juzgar por sus observaciones cuando aparecieron por primera vez en Vers une Architecture, los desarrolló originalmente partiendo de una idea de Auguste Perret, pero cuando finalmente apareció la versión del maestro, poseía detalles clásicos y puentes que iban de torre a torre, a varios pisos de altura sobre el suelo, lo cual fue rechazado por Le Corbusier ¡como Futurisme bien dangereux! La forma que Le Corbusier da a sus torres es, en planta, una cruz con brazos en línea quebrada, de modo que muchas habitaciones tienen tres paredes exteriores totalmente vidriadas. Los primeros esbozos para este proyecto están fechados ya en 1920, de manera que son contemporáneos, con algunos meses de diferencia, del primer de proyecto de Mies van der Rohe para la Friedrichstrasse, también con paredes de vidrio dobladas prismáticamente. No es necesario postular vinculación alguna entre estos dos proyectos, fuera de un origen común en ideas alemanas del período anterior a la guerra, sobre todo porque Le Corbusier había denunciado en 1921 el marcado acento vertical producido por semejante fachada como un error peculiar de la arquitectura alemana.


Un simple hecho condena la totalidad del proyecto: en un edificio, uno vive piso por piso (on vit par étages), horizontal y no verticalmente. Los palacios alemanes son meras cabinas de ascensor…


El Louvre y las tiendas del Bon Marché son horizontales; están en lo cierto y los arquitectos alemanes están equivocados. 2


El otro tipo principal de edificio concebido para la Ville Contemporaine parece consistir exclusivamente en viviendas para la clase media, del tipo Immeubles-villas, agrupadas alrededor de espacios cuadrados tales como los que habían aparecido en Vers une Architecture, o à redents, es decir, adelantados y retirados simétricamente a ambos lados de la calle, recurso que contribuye decisivamente al elegante esquema abstracto de la planta total.


 


Sean cuales fueren las reservas que despierten en nosotros el uso de las fórmulas Beaux-Arts y otras predeterminaciones estéticas, Une Ville Contemporaine continúa siendo una realización notable y una medida de la capacidad de Le Corbusier. Cuando se expuso en su forma definitiva ya en 1922, fue sólo cuatro años posterior a la publicación definitiva de la Cité de Garnier, aparecida en 1918; en espíritu, había transcurrido entre ambas toda una generación y el proyecto de Le Corbusier posee evidentes ventajas de osadía y adecuación. También tiene ventajas con respecto al proyecto de Sant'Elia en cuanto a terminación: es una ciudad completa, no una serie de ejercicios tácticos en la solución de problemas aislados; comparada con proyectos contemporáneos alemanes, tales como las concepciones rococós de Camillo Sitte desarrolladas por Bruno Taut bajo la influencia de Finsterlin, posee la ventaja clara del orden, la inteligibilidad y el criterio práctico.


En el Pavillon de l'Esprit Nouveau Le Corbusier expuso este proyecto en un diorama y, frente a él, colocó otro diorama en el cual trató de aplicar el systeme préconisé a una ciudad real y al que denominó Plan Voisin de Paris. En seguida se advierten sus puntos débiles: nunca se resuelve el destino de las dos grandes carreteras que constituyen el axe primaire y el axe secondaire de la planta, y ambas desaparecen del mapa hacia los cuatro puntos cardinales. Es necesario llegar a un compromiso con respecto a la simetría como tal: las torres se levantan en su mayoría a lo largo del axe secondaire, hacia el norte a partir de Chatelet; los Immeubles-villas siguen en su mayoría un axe primaire hacia el oeste, al norte de las Tullerías y de los Campos Eliseos, separados de las torres por la estación central, sin edificios de importancia sobre ella.


 


 


 


 


 


 

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