Págs.445-549. “Un código virtual”
En el Yamanashi Broadcasting Building, un control de servicios para los medios de comunicación realizado en Kofu en 1966, Tange adopta el mismo sistema medular usado en las grandes estructuras del Plan de Tokio; más exactamente, se trata de un sistema de grandes cilindros huecos (como en el citado dibujo de Arata Isozaki) unidos en el espacio por puentes que sostienen a su vez los espacios del edificio. Este sistema, aplicado aquí a un edificio de dimensiones normales, permite tanto la expansión horizontal como la vertical, llevando así a la práctica el principal invariante de la poética macroestructural, es decir, la máxima flexibilidad y movilidad en el espacio y en el tiempo de la construcción según se modifiquen las exigencias que generaron su núcleo conformativo original. Refiriéndose a la poética de la cobra abierta» teorizada en Italia por Umberto Eco, y que considera tanto las manifestaciones artísticas susceptibles de completarse por parte del espectador como las obras que son estructuralmente capaces de admitir ampliaciones y transformaciones, algunos autores italianos han encontrado una invariante de la tendencia macroestructural precisamente en este carácter de «apertura», de parte, no falta en el Yamanashi Building — un caso de «utopía llevada a la práctica»— una relación con la componente histórica. Al proponer este edificio «como una alternativa focal a los restos del castillo del siglo XVII que domina la escena urbana de Kofu, Kenzo Tange ha querido subrayar muy explícitamente la exigencia de que las nuevas instalaciones para las actividades editoriales, para la industria de la información y para la comunicación de masas representan un foco cívico de nuevas relaciones, un lugar en que radique la socialidad y la cultura contemporánea: en este sentido, el monumentalismo que impregna la obra tiene, además de un determinado acento lingüístico, un punto de comparación programático objetivo».
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En este edifico Tamge consiguió dar a las imágenes de carácter metabolista una forma digna y monumental. El edificio debía albergar una gran variedad de funciones (oficinas, tiendas, imprentas, estudios de radiodifusión y puntos de distribución) de modo que elpropio programa parecái implicar la noción de una pqeuaña ciudad. Los principales elementos del proyecto de Tange eran: una retícula de núcleso verticales de instalacines que contenían el aire acondicionado, las escaleras y los ascensores, y que actuaba como sistema estructural primario; y grandes vigas horizontales que contenían los estudios, las oficinas, etc. instaladas en un sistema secundario de tabiquea móviles. En planta el edificio daba la nítida impresión de una flexibilidad total dento de un entramado fijo, y la divisiónentre torres “servidoras” y espacios “servidos” recordaba inevitablemente los laboratorios médicos Richards enFiladelfia 1957-65, de hecho el uso de grandiosas torres deinstalaciones y de forjados horizontales se convirtió prañcticamente en un elimotiv a mediados de los años 1960 en muchas partes del mundo. También en los alzados del edificio de tange sealudía en parte a esa misma idea de apertura, pues algunas de las vigas se quedaron fuera, indicando así que podrían ser acopladas en algún otro momento. El edificio yamanashi coqueteaba con la idea de un cambio totak, si bien seguía conservando la dignidad elemental de una composición acabada; indicaba el carácter de un mecanismo tecnolñogico moderno, si bien seguía recordando la construccion tradicional de postes y vigas; y mantenía las fuerzas del tradicionealiso y el futurismo, tan fundamentales para el japon de posguerra, en un equilibrio inquietante.
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Págs. 491- 511.“El proceso de asimilación: América latina, Australia y Japón”
En los proyectos mencionados estaba siempre presente el peligro de que la arquitectura pudiese degenerar simplemente en un árido fetichismo tecnológico. Parece que Tange se dio cuenta de ese peligro, aunque comprendía que el nuevo Japón estaba liberando energías que el arquitecto debía tratar de expresar. En el centro de prensa y radio Yamanashi en Kofu (1961-1967), cercano al monte Fuji, consiguió dar a las imágenes de carácter metabolista una forma digna y monumental. El edificio debía albergar una gran variedad de funciones (oficinas, tiendas, imprentas, estudios de radiodifusión y puntos de distribución),de modo que el propio programa parecía implicar la noción de una pequeña ciudad. Los principales elementos del proyecto de Tange eran: una retícula de núcleos verticales de instalaciones que contenían el aire acondicionado las escaleras y los ascensores, y que actuaba como sistema estructural primario; y grandes vigas horizontales que contenían los estudios, las oficinas, etcétera, instaladas en un sistema secundario de tabiques móviles. En planta el edificio daba la nítida impresión de una flexibilidad total dentro de un entramado fijo, y la división entre torres servidoras' y espacios 'servidos' recordaba inevitablemente los laboratorios médicos Richards en Filadelfia (1957-1965 figura 650), de Louis Kahn; de hecho, el uso de grandiosas torres de instalaciones y de forjados horizontales se convirtió prácticamente en un Leitmotiv a mediados de los años 1960 en muchas partes del mundo. También en los alzados del edificio de Tange se aludía en parte a esa misma idea de apertura, pues algunas de las vigas se ‘quedaron fuera', indicando así que podrían ser acopladas en algún otro momento. El edificio Yamanashi coqueteaba con la idea de un cambio total, si bien seguía conservando la dignidad elemental de una composición acabada, indicaba el carácter de un mecanismo tecnológico moderno, si bien seguía recordando la construcción tradicional de postes y vigas; y mantenía las fuerzas del tradicionalismo y el futurismo, tan fundamentales para el Japón de posguerra en un equilibrio inquietante.
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