... Lucio Costa (1902-1998) fue uno de los primeros en reclamar este valor central de la expresión arquitectónica; una expresión que ha de surgir del mismo vigor geométrico y tecnológico de la arquitectura moderna. En su obra y en sus escritos, Lucio Costa ha defendido la pervivencia de ciertos criterios compositivos académicos, tales como el concepto de carácter. Según él, la búsqueda de una intencionalidad plástica en el contexto brasileño debe desarrollarse recurriendo a las formas del lugar y reinterpretando la arquitectura colonial. Esto debe de entenderse en la medida que Lucio Costa se formó en la Escola Nacional de Belas Artes de Río de Janeiro -de la que pasó a ser director en 1930 para modernizarla- y que en Brasil, entre 1900 y 1930, se vivieron unos prolíficos epígonos de la arquitectura eclecticista. Fue entonces cuando se construyeron los grandes edificios públicos de las principales ciudades y cuando se produjo el intento de crear un estilo neocolonial postizo para la arquitectura residencial. Según Lucio Costa, la arquitectura colonial no se deben copiar sus formas, sino “aprender de las buenas lecciones que nos da su simplicidad perfecta, adaptación al medio y a la función y consecuente belleza”. Para Lucio Costa, la arquitectura debe seguir el espíritu inexorable de la época de la máquina, pero sin olvidar aquello que la caracteriza: su pertenencia al lugar y su relación con la naturaleza. En definitiva, la teorización de Lucio Costa ha tenido como objetivo legitimar una arquitectura moderna en el contexto brasileño....
Dicha actividad se inicia espectacularmente con el Ministerio de Educación y Sanidad en Río de Janeiro (1936-1945), obra de un equipo dirigido por Lucio Costa con la colaboración de Oscar Niemeyer, Alfonso Eduardo Reiby, Carlos Leao, Jorge Moreira y Ernani Vasconcellos, que tenía a Le Corbusier como consultor; le siguen el Pabellón Brasileño en la Feria Mundial de Nueva York en 1939, también de Costa y Niemeyer, y los edificios de la urbanización de Pampulha (1943), de Oscar Niemeyer.
...Como Louis Kahn, también Lucio Costa intenta mantener vivos los conceptos de la tradición académica dentro de la nueva tradición moderna. Defendiendo la caracterización de los edificios, Lucio Costa manifiesta que la severidad dórica del Ministerio de Educación y Sanidad contrasta con la elegancia y gracia jónica del Pabellón de Brasil y que en Pampulha la sala de baile y restaurante tiene una forma primitiva y femenina, mientras que el casino posee una forma vigorosa y masculina.
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Pág.252-265.“El Estilo Internacional: tema y variaciones, 1925-1965”
La libre planificación de Niemeyer para el pabellón de Brasil en la exposición mundial de Nueva York en 1939, diseñado junto con Costa y Paul Lester Wiener, consiguió el reconocimiento internacional del movimiento brasileño y confirmó la excepcional capacidad de este arquitecto. Niemeyer llevó el concepto corbusierano del plano libre a un nivel de fluidez e interpretación. Planeado inicialmente alrededor de un exótico jardín poblado por la flora y la fauna brasileñas – un paisaje micro amazónico completo, con orquídeas y serpientes- este concepto plástico evocaba la cornisa tropical del propio Río de Janeiro. El plano del jardín fue obra del pintor Roberto Burle Marx, cuyos paisajes se convirtieron, después de 1936, en una fuerza vital dentro del movimiento brasileño. Burle Marx explotaba el concepto purista del mariage de contour, a fin de organizar “Jardines paradisíacos”, articulados y texturados en muchos casos con nuevas plantas domesticadas que él mismo había sacado de la selva. Con el paisaje de Burle Marx, nació un nuevo estilo nacional, basado en gran parte en la vegetación indígena brasileña.
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Págs.371-391. “Internacional, nacional y regional: La diversidad de una nueva tradición”
La arquitectura moderna brasileña de las dos décadas siguientes amplió este repertorio formal y metafórico (del MInistario de Educación y alud de Rio de Janeiro) . Oscar Niemeyer adoptó el principio de la planta libre y lo empleó con un vigor incomparable, incluso haciendo explotar las curvas más allá del borde del edificio, como rampas dinámicas, marquesinas voladas o tabiques cóncavos y convexos. El pabellón de Brasil de la Feria Mundial de New York de 1939 (proyectado por Niemeyer con Costa y Paul Wiener) era una caja perforada levantada con pilotis, con una rampa curva de acceso y transiciones fluidas entre una parte y la siguiente.