Págs. 163-169. Esta construcción de cinco alturas (del Weissenhofsiedlon) era similar, en términos generales, al bloque Zeilenbau convencional que se estaba desarrollando en esa época, pero difería de esa típica pastilla de casas en hilera en la facilidad con la que se podía adaptar para acoger toda una variedad de formas y tamaños distintos de viviendas. De esta solución escribía Mies en 1927.
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págs.1211-1262. “Arquitectura y Estado . Los años de entreguerras”
pág. 1213. La reconstrucción europea.
Pero antes que todo esto estaban las viviendas: este es el mayor tema arquitectónico de la Europa de la postguerra. La escasez era muy pronunciada. Esta era no tanto resultado del destrozo de la guerra - sólo Francia había sufrido realmente en este terreno, habiendo perdido 35.000 viviendas junto con una gran parte de sus establecimientos industriales-, sino que más bien era resultado de la pausa en la actividad constructiva durante el largo período de hostilidades, la incansable aglomeración urbana, y el rígido sistema de control de los alquileres que ahogaba a la iniciativa privada, al menos en Alemania.
Incluso antes de la guerra, las viviendas habían adquirido en Europa el estatus de servicio público. Hasta cierto punto significativo, el terreno, la construcción, y la gerencia de las viviendas de bajo y medio coste, fueron excluidas del mercado especulativo. Su responsabilidad recayó en los consejos municipales, cooperativas, y otras sociedades no lucrativas, y todas ellas comenzaron a establecer nuevos mínimos de decencia. Controlaban la forma y la calidad de lo que se construía, y fijaban el alquiler de las viviendas. Pero ahora la crisis era mucho más severa, tanto en términos de números como de coste anual. La superpoblación del terreno y, por supuesto, la agravada economía, hicieron que los precios subieran bruscamente. Tanto los materiales como la mano de obra se hicieron más caros. Incluso sin ninguna mejora real en la calidad, la casa mínima de 1920 costaba mucho más que antes de la guerra. La respuesta habían de ser las ayudas públicas masivas.
Los subsidios públicos se dieron a grupos de trabajadores y consumidores a los que no les importaba la posibilidad de un beneficioso regreso a la inversión. Esto contrasta con la práctica de Estados Unidos, en donde los subsidios, en aquellos lugares en que fueron ensayados, se daban bajo la forma de exenciones fiscales sobre la nueva construcción, lo que acabó beneficiando a los especuladores. En América, la construcción de iniciativa pública era de hecho muy excepcional estaba restringida a y una serie de ciudades como Nueva York, y a una serie de sociedades, destacando la Amalgamated Clothing Workers. Cuando el gobierno federal se introdujo seriamente en la construcción de viviendas hacia 1932, no lo hizo como una cuestión de política social, sino para refrenar el desempleo. Y lo que es más, insistió en restringir los programas deviviendas a aquellos que estuvieran destinados a derribar barrios ruinosos.
Europa tenía una visión general del problema que iba más allá de los derribos de casas ruinosas o de la ayuda a los pobres. En una década se construyeron casi 5 millones de viviendas con ayuda pública por toda Europa occidental. En algunos países, esta cifra ascendía hasta el 70 por ciento de la totalidad de las casas nuevas. Laclase trabajadora organizada era responsable de una porción considerable de este total. Durante el siglo XIX los trabajadores habían sido aleatoriamente alojados en función de los ímpetus de las sociedades filantrópicas o de los empresarios industriales paternalistas. Ahora las sociedades eran fundadas directamente por los propios trabajadores, o más bien por este estrato social superior que correspondía a la clase artesana tradicional....
...En Alemania, por otra parte, encontramos frecuentemente la denominada formación Zeilenbau (Fig. 27.6). Aquí la razón fundamental era eliminar el patio totalmente, en favor de filas paralelas de bloques de apartamentos orientados aproximadamente en dirección norte-sur y lo suficientemente espaciados como para conseguir la máxima exposición al sol. Los bloques eran de hileras sencillas de apartamentos, entre tres y cinco pisos apilados en altura. Sus estrechos extremos menores daban hacia una calle de tráfico importante, mientras que entre los bloques quedaba excluido todo tráfico transversal. En efecto, esta disposición rechaza tanto la manzana urbana tradicional como el papel definidor de calles que tenía el edificio.
Socialmente, en las fincas residenciales de trabajadores, el sentido de comunidad más claro derivaba del vínculo ocupacional. Pero también había casas de apartamentos para los más viejos y para mujeres solteras, asi como albergues juveniles. Todas estasviviendas ofrecian, en mayor o menor grado, instalaciones públicas como guarderías de día, lavaderos, bibliotecas, a veces una oficina de correos y tiendas, e incluso teatros.
Se dedicó una gran reflexión al trazado de las unidades y del mínimo irreducible de confort y salud. La agrupación de apartamentos implicaba varios esquemas flexibles. La diferencia principal estaba entre dos grupos; una agrupación lineal con los apartamentos flanqueando un pasillo o dispuestos a lo largo de un lado de una galería; y la agrupación de acceso directo, entre uno y cuatro apartamentos por rellano dispuestos en pabellones en torno a una entrada y a un distribuidor con escaleras. (Fig. 27.7).