Págs. 65-183. “Nuestra herencia arquitectónica”
El contacto de Borromini con la historia
Durante dos siglos, Borromini figuró como un hombre sin sensibilidad para la majestuosa sencillez de la Antigüedad, pero la realidad es que tenía una estrecha relación con el pasado; no era un imitador de formas o fachadas y no usaba la historia como un sustituto de la imaginación. Este revolucionario hizo unos cuidadosos estudios de dibujos de frescos góticos que aún se conservan. Max Dvorák que llevó a cabo algunas de las primeras investigaciones sobre su restauración de San Giovanni in Laterano quedó sorprendido por el esmero con el que Borromini conservó fragmentos de la vieja iglesia siempre que fue posible y los incorporó a su propia obra.
Como todo gran creador, Borromini mantuvo contactos con el pasado; no imitó las formas de épocas ya superadas, sino que hizo que fuesen parte de sus propias creaciones. De un modo muy parecido a lo que intentamos hacer hoy en día, Borromini encontró en sus relaciones con la historia una fuente de poder para impulsar su desarrollo.