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Cocina de Frankfurt

Cocina de Frankfurt

  • 1926 -
  •  
  • SCHUTTE-LIHOTZKY, Grete
  •  
  • Frankfurt
  • Alemania

CURTIS William. J.  La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006.


Págs. 241-255“La comunidad ideal: alternativas a la ciudad industrial”


Aunque Le Corbusier no iba a construir nunca una versión completa de ninguna de sus ciudades ideales, su espíritu siguió  inspirando gran parte de su producción posterior. Esto ocurrió también con otros arquitectos de la década de 1920, quienes empleaban las oportunidades singulares como experimentos con vistas a un conjunto mayor. En cierto sentido,  los ejemplos de viviendas de las Weissenhofsiedlung de Stuttgart en 1927 tuvieron este papel para los participantes. Pero en la República de Weimar había entidades que permitían la construcción de viviendas odernas en un frente más amplio. En efecto, la constitución de la nueva república alemana en 1919 acentuó el control estatal sobre el uso del suelo, uno de cuyos propósitos era proporcionar hogares para todos. De hecho, las reformas relativas a la vivienda no pudieron hacerse efectivas hasta después de 1923, con la estabilización temporal de la economía. Los resultados se vieron del modo más espectacular en ciudades como Breslau, Hamburgo, Celle, Berlín y Frankfurt.


Frankfurt fue un caso especial, ya que allí los propósitos de los sindicatos y de las cooperativas socialdemócratas fueron muy eficaces en cuanto a su influencia política. El alcalde de la ciudad, Ludwig Landmann, tenía un interés especial en la vivienda, interés que había monifestado con un libro titulado Das Siedlungsamt der Grossstadt (La función de las colonias residenciales en la gran ciudad, 1919). En 1925 invitó a Frankfurt al arquitecto Ernst May, le confirió los poderes y loe respaldó con el aparato oficial para destinar suelo a la modernización. May ya había realizado una serie de pequeñas comunidades agrícolas en Silesia a principios de la décaa de 1920, la cuales habían reflejado  la influencia evidente de las ideas de Howard, pero, en comparación, su nueva misión tenía una escala colosal. Las numerosas Siedlungen (colonias residenciales) que él y au colaboradores proyectaron para Frankfurt en los cinco años siguientes se basaban sólo vagamente en los principios de la ciudad jardín, aunque se prestaba mucha antención al entrono natural,  a la creación de espacios vivideros higiénicos, y a la proximidad al lugar de trabajo. Igualmente importante era el compromiso con la pruducción industrial en serie de proyectos residenciales con un fundamento racional. May y sus colaboradores acometieron las más esmeradas investigaciones sobre la logística del uso y la producción a todas las escalas, desde los espacios extriores hasta las viviendas individuales y los accesorios más pequeños. De aquí surgió por ejemplo, la famosa “cocina de Frankfurt” diseñada por Grete Schutte-Lihotzky. Al parecer, este espíritu de análisis entusiasmó a los arquitectos modernos comprometidos de otras partes de Europa, que entendían que se trataba de una prueba de que la tecnología se estaba apartando de los voracer propósitos de la economía liberal para aproximarse a un objetivo socialmente responsable.  Por otro lado, sos oponentes se dieron prisa en parodiar la invasión “inhumana” y “científica” del hogar.


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MONTANER J.M. MUXI Z.,  Arquitectura y política.Gustavo Gili. Barcelona, 2011. 


Págs. 27-78.“Historias” 



Ernst May (1886-1970)
formado en el lenguaje expresionista ocupo el cargo de asesor del Ayuntamiento de Frankfurt entre 1925 y 1930, llevó a cabo el plan regulador de la ciudad y promovió 25 Siedlungen de distintos tamaños y morfologías, ente los que destaca una de las primeras en construirse, la Römerstadt (1927-1928), perfectamente integrada en la ladera del rio Nidda. Dicha Siedlung construyó una síntesis de la idea de ciudad jardín, procedente de Ebenezer Howardy trasladada a Alemania por Hermann Muthesius(de hecho, Ernst May trabajó con Raymond Unwin) y de la propuesta de la vivienda racionalista. Es por ello que la Römerstadt, una especie  de “Siedlung jardín” se adapta tan bien a la topografía, a la orientación y a las vistas. Más tarde, y debido al crecimiento incesante de la demanda de vivienda y a la crisis económica de 1929, que derivaría del advenimiento del nacionalismo, las condiciones productivas se fueron imponiendo y exigieron soluciones urbanas drásticamente simplificadas, racionalistas y repetitivas. Una de las últimas propuestas del equipo de May, el Siedlung Goldtein(1930), conformado ya por la infinita repetición de bloques, nunca llegó a realizarse.


Esta producción seriada de viviendas se basó en piezas clave, como la cocina de Frankfurt diseñada por Margarete Schütte-Lihotzky, y en la disponibilidad de un sector de la construcción que utilizaba la tecnología de prefabricación y puesta en obra más avanzada del momento. En un período muy breve, entre 1925 y 1930, Ernst May consiguió realizar unas 30.000 viviendas en Frankfurt por lo que llegó a solucionar prácticamente el problema de la vivienda en aquellos años previos a la crisis de 1929. No olvidemos el singular soporte legislativo y económico del que se partía: la Constitución de la República de Weimar aprobada en 1919, en la que se establecía el “derecho a un alojamiento salubre” para todo ciudadano alemán. Según este artículo, el estado debía controlar la distribución y la utilización del suelo como medida destinada a salvaguardar un buen uso, y la Administración tenía que establecer el nivel mínimo estándar para las viviendas construidas bajo la iniciativa pública. Era el primer país que reconocía este derecho a la vivienda y esta obligación del Estado para con sus ciudadanos.


Para divulgar dicha experiencia en Frankfut, y también para formar a la sociedad alemana sobre los nuevos usos de la vivienda moderna, May fundó y dirigió la revista Das neue Frankfurt(1826-1931), donde publicaron sus obras además de las de May y Schütte-Lihotzky, Raymond Unwin, Walter Gropius, Heinrich Tessenow, Le Corbusier, Adolf Loos, Laszlo Moholy-Nagy, Ludwig Hilberseimer o Sigfried Giedion. En la revista se presentaron en detalle todos los proyectos de Frankfurt, con los repertorios de los modelos de planta y los sistemas constructivos, y también se promovieron debates sobre la vivienda social y los nuevos barrios.


A causa de los efectos de la crisis de 1929, en 1930 May se trasladó a la Unión Soviética, donde permaneció durante tres años, realizando proyectos para nuevas ciudades industriales en Siberia y proponiendo el plan de expansión de Moscú (1932). Después de la II Guerra Mundial volvió a trabajar en Alemania y realizó proyectos para Kenia y Uganda hasta 1954.


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GIEDION S., Espacio, tiempo y arquitectura. Edit. Edit. Reverté. Barcelona, 2009.


pág.366. La planta libre y flexible.


pág.368, Interiores norteamericano de los años 1890. Las publicaciones norteamericanas de los años 1860 y 1870 muestran la gran variedad de influencias extranjeras en el país. Inglaterra, Alemania, Francia, España, Oriente: modas de todos esos lugares estuvieron en boga. Sin embargo, quedaron tan sólo como las últimas modas de una u otra temporada; no infectaron de manera permanente la arquitectura norteamericana. Cuando Wilhelm Bode visitó la Exposición Colombina Mundial de Chicago en 1893, señaló: <


Son precisamente las cosas que todavía hoy impresionan a los observadores europeos las que sorprendieron a Bode hace cincuenta años. Éste anotaba: <>. Las viviendas de Europa continental a las que Bode estaba acostumbrado -con sus techos ridículamente altos, sus habitaciones oscuras y sobrecargadas, y sus lujosos revestimientos de paredes- contrastaban de un modo muy acusado con los interiores norteamericanos. En los Estados Unidos -señala Bode-, > (Se trata de características que los arquitectos contemporáneos han incomparado finalmente en Europa, tras una lucha considerable.)


Proyectos funcionales en los años 1870. El informe de Bode acerca de esa avanzada arquitectura doméstica norteamericana se poyaba en la bibliografía popular sobre la construcción de casas publicada ya en los años 1870. Libros como el de Eugene C. Gardner, Illustrated Homes: a Series of Papers, Describing Real Houses and Real People(Boston: J.R. Osgood & Co., 1875), contribuyeron muchos a propagar la vivienda de calidad. El modo en que estos libros de los años 1870 enfocaban el problema de la casa es sorprendente si tenemos en cuenta el periodo. En vez del debate que podría esperarse -sobre los detalles-, la casa se consideraba como un todo: como una unidad que debe variar en cada caso especial. Sus autores encuentran esta actitud tan natural que el tono de los debates es siempre tranquilo y fácil, y a veces realmente entretenido. Se estudian las casas proyectadas no en algún estilo especial, sino para algún propósito especial: casas para recién casados, casa de médicos, casa de acaudalados hombres de negocios; e incluso casa de una sola habitación para ‘solteronas’.


Las solterona y su casa son particularmente interesante. Se trata de una señora que sabe con toda precisión lo que quiere: <> La unidad compacta de la planta creada para satisfacer estas exigencias y la economía con la que se hace uso del espacio recuerdan las viviendas baratas de alquiler de Jacobus J.P. Oud en los años 1920.


El espíritu funcional que predominaba en Europa en los años 1920 se hace patente incluso con mayor claridad en el modo en que se afrontaba el problema de la cocina. En otro de sus libros, Gardner proponía un planteamiento de ahorro de espacio asombrosamente similar al de la cocina de Frankfurt, de 1920 aproximadamente. Se suponía que el diseño de esta última derivada de las economías espaciales aplicadas en los modernos vagones restaurante. Gardner alcanzó su solución gracias a un enfoque directo de los problemas de trabajo de los cocineros y las mas de casa. La cocina se hace larga y estrecha <>; tiene ventanas en lados opuestos <> y para que <>


El interior de la casa típica norteamericana está subdividido lo menos posible. Este impulso de unir las diversas habitaciones y abrir el interior se refleja ocasionalmente en el uso de diferentes niveles en el suelo, al igual que en ciertas grandes casas neoclásicas de los años 1890.


 

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