Mario Vargas Llosa asiste al acto de entrega de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica; en el reflejo del espejo, Isabel. (EFE/Zipi Aragón)
Por Noelia Zazo
30/12/2022 - 05:00
AIsabel Preysler y Mario Vargas Llosa se les acabó el amor, y aunque ya hace algunos meses que se escuchaban rumores acerca de un posible distanciamiento entre ellos, no ha sido hasta que la propia 'reina de corazones' lo ha confirmado 'motu proprio' en su revista de cabecera cuando se ha convertido en un hecho consumado. Según sus propias palabras, se trata de una ruptura “definitiva”. La separación física ya ha tenido lugar, pues el escritor ha dejado la casa de Puerta de Hierro que había compartido con Preysler y se ha trasladado a la de la plaza de las Descalzas que hasta 2015 había compartido con su exmujer, Patricia Llosa. Jamás llegaron a casarse, de hecho, es la única pareja estable con la que Isabel no ha pasado por el altar, decisión que ahora facilita esta nueva etapa, pues en el terreno económico hay poco de lo que hablar.
Foto: Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en una imagen de archivo. (Getty)
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Jorge C.P.
Villa Meona, el nombre coloquial con el que se conoce la mansión de la socialité, le pertenece solo a ella, y él no tiene a su nombre propiedad alguna en todo el territorio español. Sí tiene una casa, en la que se ha instalado, pero está a nombre de una sociedad con domicilio fiscal holandés de la que Vargas Llosa es accionista mayoritario. Se trata de un piso con unas dimensiones y una ubicación como pocos en la capital; está situado entre la Puerta del Sol, el Teatro Real y el Monasterio de las Descalzas Reales, y cuenta con 283 metros cuadrados de interior a los que se añaden 29 de terraza. De haberse casado sería una buena dote, si no fuera porque Hacienda en 2018 reclamó al escritor 2,1 millones de euros por los ejercicios comprendidos entre 2011 y 2014. Para hacer frente a la deuda, mientras lucha con sus abogados por demostrar que esta no es correcta, puso como aval las escrituras de la casa, hipotecándola con la propia Agencia Tributaria. Así que su única propiedad en Madrid, en realidad, ahora mismo, no le pertenece del todo.
placeholderIsabel Preysler y Mario Vargas Llosa (EFE)
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa (EFE)
En 2016, cuando ya estaba formalmente asentado en nuestro país y hacía un año que había comenzado su relación con Preysler, Mario dio de alta la única empresa con la que cuenta. Se llama Misti Copyright SL y su objeto social es el de “la adquisición, registro, tenencia, disfrute, gestión, ejercicio, administración y explotación de los derechos de autor sobre la obra literaria o de cualquier clase creada por don Jorge Mario Vargas Llosa”. Cuenta con dos empleados y, según las últimas cuentas que se pueden consultar (las de 2018), el balance fue negativo, a pesar de haber cerrado el ejercicio con ventas superiores al millón de euros, registrando unas pérdidas de algo más de 27.000 euros. No están disponibles para consultar los números de los últimos cuatro años, pero la sociedad, que cuenta con su hijo Álvaro como apoderado, sigue en activo. El premio nobel de literatura no siempre ha vivido en España, ni mucho menos. Él es peruano y en su país, concretamente en la calle Porta de Miraflores, en Lima, tuvo su primera vivienda en propiedad, una pequeña y discreta casita que compartió con su primera mujer, Julia Urquidi. Así lo describía él mismo en su libro de memorias ‘Como pez en el agua’: "Constaba de dos cuartos, una cocinita y un baño tan diminutos que solo cabía en ellos una persona a la vez y frunciendo la barriga. Pero en su brevedad y espartano mobiliario tenía algo muy simpático, con sus alegres cortinas y el patiecillo de cascajos y matas de geranios al que miraban las casitas".
Foto: Vargas Llosa y Preysler. (Getty)
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Esos fueron sus comienzos, después llegó la fama y con ella pudo permitirse algunos lujos. En 2015, cuando conoció a Isabel, Mario poseía, además del piso de Madrid, una casa señorial en Lima, que era el punto de encuentro principal de la familia; y un céntrico apartamento en Nueva York situado en la esquina de la 57 y la Octava Avenida, valorado en más de un millón de euros. Otra de las posesiones era una casa en la exclusiva calle de la Rue de Saint Sulpice, en París, y otra de veraneo en Punta Cana. Pero tras su acuerdo de divorcio, que fue un proceso largo y complicado que finalizó en 2016, vendió un piso que tenían en Londres, y él se quedó con el de la capital francesa y el de la madrileña calle Flora. El resto de viviendas pasó a formar parte de la lista de propiedades de Patricia Llosa, la mujer que lo había acompañado cinco décadas, junto a la gran colección literaria que el autor de ‘La fiesta del chivo’ había ido adquiriendo a lo largo de décadas y que cuando fallezca será donada a la Biblioteca de Arequipa, su tierra natal.
placeholderPatricia Llosa, junto a sus tres hijos.
Patricia Llosa, junto a sus tres hijos.
Llosa es un hombre de mundo, que sabe desenvolverse allá donde le lleven los acontecimientos y que ha vivido mucho, y aunque parecía que su vida estaba más que asentada junto a Isabel y en España, el hecho de haber puesto punto final a la relación puede que traiga consigo otras decisiones como plantearse volver a Perú o a cualquier otra parte del mundo. De momento, él no ha pronunciado una palabra al respecto y probablemente, cuando sepa cómo quiere encauzar sus días a partir de ahora, teniendo en cuenta la discreción que le caracteriza, tampoco lo haga.
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