Pág.125-131.“La Bauhaus: la evolución de una idea, 1919-1932”
Los talleres de mobiliario, bajo la brillante dirección de Marcel Breuer, empezaron a producir en 1926 sillas y mesas ligeras de tubo de acero que resultaban prácticas, fáciles de limpiar y económicas. Estas piezas, junto con las lámparas del taller de metales, se usaron para amueblar el interior de los edificios de la nueva Bauhaus. Hacia 1927, la producción industrial ‘bajo licencia’ de estos diseños, Bauhaus estaba en plenos apogeo, incluyendo los muebles de Breuer, los tejidos texturizados de Gunta Stadler-Stölzl y sus colegas, y las elegantes lámparas y piezas metálicas de Marianne Brandt.
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En 1925, Gobierno del Estado alemán de Turingia retiró subvención económica y la Bauhaus se trasladó a Dessau, donde el Ayuntamiento financió un nuevo edificio para la institución, incorporaría una escuela de formación profesional ya existente, así como nuevas clases para la plantilla docente. Con este traslado, varios de los profesores dimitieron y sus puertas por un ocupa 2 por nueva generación, ya formada en la propia escuela, en la que estaban los citados Breuer y Albers, y Herbert Bayer, que habían adquirido en la Bauhaus una nueva teoría estética y un nuevo conjunto de habilidades técnicas. ese mismo año, escribía lo siguiente: “los talleres de la Bauhaus son esencialmente laboratorios en los que se desarrollan y mejoran cuidadosamente prototipos de productos adecuados para su producción en serie y típicos de nuestro tiempo”, saltando así igualmente la unión del arte y la tecnología. sin embargo, en un escrito publicado en la revista de la Bauhaus en 1926, el también profesor Georg Muche ponía la nota discordante al proponer esa visión, esperada en Loos, las leyes de las bellas artes y las del diseño técnico eran básicamente distintas. aunque Muche subestimaba claramente la importancia de la nueva relación entre el arte y la tecnología, su crítica indica que el paso hacía un diseño más orientado a la máquina podía explicarse mejor como un cambio de paradigma por parte del artista que como esa fusión del artista y el técnico que propiciaba Gropius. Artistas que tuvieron éxito comercial después del traslado a Dessau fueron en realidad fruto de una colaboración con la industria, iniciar por algunos artistas de la Bauhaus como Marianne Brandt y Christian Dell.