págs.115-140“Tipo y estructura. Eclosión y crisis del concepto de tipología arquitectónica”.
PROTOTIPOS Y ARQUETIPOS
Dentro de esta visión clasificatoria por tipos deben diferenciarse dos conceptos totalmente distintos: el de prototipo y el de arquetipo. Los prototipos arquitectónicos se producen esencialmente durante el movimiento moderno, cuando los métodos de proyectación y construcción toman como referencia el mundo mecanicista de la producción industrial, y buscan ejemplos que pasen por bancos de pruebas similares a los que pasan las máquinas repetibles y combinables. Encontramos los casos más emblemáticos en las propuestas de Le Corbusier y Mies van der Rohe.
A partir los prototipos básicos -la casa Domino (1914), es decir el espacio sandwich, y la casa Citrohan (1920), es decir el espacio megarón-, Le Corbusier construye todo su mecanismo para resolver la arquitectura residencial privada y pública. La casa Domino es el tipo constructivo y la casa Citrohan el tipo espacial en el que pervive la estructura muraria lateral que permite grandes aberturas en fachada y dobles espacios. El inmueble-villa (1922) constituye tanto la síntesis de los dos prototipos iniciales -Domino y Citrohan- como la síntesis de la casa unifamiliar y la vivienda colectiva. Cada célula de habitación permite pasar consecutivamente de la visión sandwich de los planos horizontales a la visión megarón del doble espacio que liberan los muros laterales. El redent, en el proyecto de una ciudad para tres millones de habitantes (1925) o en el Plan Obús de Argel(1930-1934), es la estructura que sirve para alojar los prototipos básicos. Las unités d'habitation (1952) constituyen la culminación del sistema de agrupación y de la propuesta del edificio residencial colectivo como elemento básico de la ciudad racionalista. En ellas la estructura Citrohan es la que acaba predominando.
Al mecanismo abierto y optimista creado por Le Corbusier se le opone el método de las casas numeradas de Peter Eisenman. La casa X (1976) ha de ser interpretada como una estructura anti-Domino, como el resultado de la metódica destrucción del sistema flexible, transparente y unívoco de las casas lecorbusierianas. Donde la casa Domino es abierta al horizonte, unitaria y de espacios sandwich, la casa X es cerrada, fragmentaria y de espacios cúbicos.
En el caso de Mies van der Rohesu arquitectura se basa esencialmente en el perfeccionamiento de los dos tipos básicos: el pabellón y el rascacielos. En el pabellón como estructura espacial sandwich, Mies busca el espacio universal, un espacio idealizado de perfección platónica que se configura en dos planos simétricos -el suelo y el techo- respecto a un eje que se sitúa a la altura de la visión de un ser humano. También en estos prototipos -casas patio, museo para una pequeña población- se pasa consecutivamente de percibir espacios sandwich, en los interiores, a percibir espacios megarón al salir a los patios. En 1929, el Pabellón de Barcelona, que se configura como un magnífico espacio sandwich inscrito en un espacio megarón definido por los muros perimetrales y culminado por el patio de la escultura, significó el reino del orden en un momento de crisis y caos. La Neue Natio-nalgalerie en Berlín(1962-1968) comporta la monumentalización del pabellón, la evidencia de las pervivencias clasicistas de la tradición de Karl Friedrich Schinkel y la consecución de un espacio lo más isótropo factible y de una estructura lo más perimetral posible, reducida a su esencia mínima: sólo ocho pilares.
Los arquetipos, en cambio, se refieren a principios formales lógicos, originales, inmutables, intemporales y genéricos. La arquitectura que intenta basarse en arquetipos busca las formas esenciales y primigenias de la arquitectura: el arco, el dolmen, el templo, la cabaña primitiva, la cueva, la escalinata. Es el caso de la arquitectura de Paulo Mendes da Rocha y Tadao Ando. Cuando la idea de arquetipo adopta su dimensión histórica, cultural y urbana, volvemos a encontrarnos con las tipologías y con la búsqueda metodológica de Aldo Rossi, Giorgio Grassi, Carlo Aymonino, Luciano Semerani o Antonio Monestiroli.
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De hecho, algunas de las mejores lecciones de la arquitectura contemporánea consisten en los espacios creados entre los edificios y combinando edificios: desde las obras de los británicos Denis Lasdun, Alison y Peter Smithson y James Stirling, miembros de la llamada ‘’tercera generación’’, hasta los museos de Hans Hollein, los centros de participación ciudadana en Córdoba, Argentina, de Miguel Ángel Roca, o los espacios urbanos de Paulo Mendes da Rocha en Sao Paulo, Brasil.
Las obras de Paulo Mendes da Rocha o de RCR(Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta) demuestran que la voluntad minimalista es compatible con una especial capacidad para interpretar de manera profunda el contexto. En esta nueva manera de relacionarse con el entorno, a la vez abstracta, naturalista y humana, radica el futuro del minimalismo. Dentro de los mismos principios del minimalismo y de su exigencia de que el espectador recorra la dispersión de la obra y reconstruya de una cierta manera su unidad, existe ya una raíz que marca las pautas de las relaciones entre objetos.
Las intervenciones con una lógica minimalista pueden ser adecuadas para reorganizar y unificar sistemas complejos de colecciones en museos, para actualizar estructuras funcionales obsoletas y en transformación, o para intervenir en estructuras urbanas complejas, caóticas o degradadas....
... Dentro del minimalismo urbano y paisajístico.... citemos, por último, tres ejemplos contemporáneos que demuestran las posibilidades que tiene el minimalismo para pasar a la escala de la ciudad y del paisaje.
Toda la obra del brasileño Paulo Mendes da Rocha(1928) es un ejemplo de posición racionalista y minimalista, desde el proyecto de la casa hasta la ciudad. Mendes da Rocha ha creado un coherente sistema arquitectónico que se basa en las formas geométricas simples, que tienden a amplios vanos y grandes escalas, estructuras que aspiran a estar suspendidas gracias a las más avanzadas tecnologías del hormigón armado y del acero. Por ejemplo, el proyecto que coordinó en 2002 para la candidatura de Sao Paulo para los Juegos Olímpicos de 2012se organizó en cinco grandes áreas de remodelación desde esta lógica racionalista y minimalista, y a la vez higienista y respetuosa con la memoria. En lugar de construir ciudades olímpicas, el proyecto (que lamentablemente no se va a realizar), preveía reestructurar distintos puntos de la metrópolis, junto a los ríos y lagos, compatibilizando conjuntos deportivos con barrios residenciales de bloques racionalistas repetitivos, a la vez que se enriquecían las características ecológicas de los entornos. Sean de la escala que sean, cada una de las obras de Mendes da Rocha forma parte de una ciudad ideal, una segunda naturaleza que acoge a todos los seres humanos con sus casas, pórticos, estadios, museos, universidades e infraestructuras, siempre edificios abiertos y livianos, cobijos básicos para la existencia.
La ordenación de las zonas de aparcamiento y acceso a la Alhambra de Granada (1989-1996), de los arquitectos vieneses Erich Hubmann (1961) y Andreas Vass (1961), consiste en un sistema de plataformas, muros de contención, plantaciones de árboles, acequias, marquesinas e itinerarios peatonales que se desarrollan en la topografía a través de un escalonamiento rítmico, creando un magnífico espacio abierto, minimalista y orgánico a la vez. Se demuestra que un aparcamiento se puede convertir en un entorno paisajístico y que la arquitectura minimalista queHubmann y Vass han desarrollado en pequeñas obras puede alcanzar la escala del paisaje; una escala que han planteado en posteriores proyectos en Venecia (1993), Valparaíso (2000) y Rívoli (2002).
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El brasileño Paulo Mendes da Rocha (1928) tiene una obra impecable formal y conceptualmente, que cuenta en la base con una visión humanista y confiada en las posibilidades de la técnica y en la misión de la ciudad como segunda naturaleza.
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