PEVSNER, Nicolaus ., Pioneros del diseño moderno. De William Morris a Walter Gropius. Ed. Infinito. Buenos Aires,2003.
Págs.109-136 .“La ingeniería y la arquitectura en el siglo XIX”
El hormigón había sido ampliamente usado por los romanos y, en efecto, constituyó a partir del siglo I d.C., su técnica constructiva sobresaliente. Luego de una desaparición vuelve a mencionarse este material sólo en los manuales de construcción franceses del 1800, tales como el Art de bâtir de Rondelet. Pronto comienza a difundirse, la aplicación del hormigón en masa para la construcción de cisternas, elevadores de granos y viviendas enteras, pudiendo remontarse hasta 1830 las viviendas de hormigón en Francia e Inglaterra. El primer fanático del hormigón en la historia, categoría que se multiplicaría rápidamente, fue François Coignet quien, al mismo tiempo de la Exposición Internacional de 1855, escribió: "Cemento, hormigón y hierro están llamados a reemplazar la piedra” y construyó en hormigón la bóveda cáscara de la iglesia de Le Vésinet cuyo interior era de hierro.
Los comienzos del refuerzo del cemento mediante elementos de hierro, se remontan a una nota en la Encyclopaedia of Cottage, Farm, and Villa Architecture de Loudon, donde en 1832 se mencionan pisos de cemento armado con un enrejado de barras de hierro y a una patente de 1844 para pisos de cemento con viguetas de hierro fundido empotradas. Hacia la década de 1850 sigue el número de patentes, una inglesa de 1854 referida explícitamente al estado de tensión de cables de hierro o alambre dentro del hormigón, y una francesa de 1856 en que Coignet también habla en forma explícita de los elementos de hierro que llama "tirantes". Después del nombre de Coignet debe recordarse el de Joseph Monier, quien en 1867 perfeccionó maceteros de hormigón armado y, en 1877, columnas y vigas del el mismo material. Al mismo tiempo, en Inglaterra, se progresaba en la regulación del colado del hormigón. El nombre de Norman Shaw también hace su aparición en la historia del hormigón, aunque sólo marginalmente porque sus diseños de 1878 para casas de campo debían ser realizados parcialmente en hormigón, pero en hormigón en masa y no hormigón armado.
En la misma década del setenta, el hormigón armado llega a su madurez cuando William E. Ward y Thaddeus Hyatt comienzan a analizar y calcular las propiedades de la combinación de hormigón y hierro. Algunos años más tarde los alemanes siguen el ejemplo, impresionados por los experimentos de Monier, y los nombres de GA. Wayss y de Koenen, como fabricante e ingeniero respectivamente, inician el comienzo de la factura y del conocimiento del hormigón en un sentido moderno. Con ellos llegamos a mediados de la década del ochenta.
Sus esfuerzos científicos fueron finalmente igualados y reforzados gracias a la iglesia y a la dirección de un gran entusiasta francés, Francois Hennebique. Fue Hennebique quien reemplazó el hierro por acero e introdujo el doblado de las barras de acero próximas a los apoyos. Sus primeras patentes datan de 1892 y 1893, y su empresa se volvió rápidamente muy próspera. Una hilandería en Tourcoing, construida en 1895 por Hennebique, tiene una fachada estrictamente funcional de estructura de hormigón a la vista con amplios paños vidriados, como cualquiera de los edificios de los arquitectos de Chicago.
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El hormigón armado - hormigón reforzado por una armadura interna de barras de acero- fue inventado, al parecer en 1849 por un jardinero francés, llamado Joeph Monier, que no lo utilizó más que para jardineras y mobiliario al aire libre. En 1847 François Coignet hace algunas casas de hormigón, pero no armado; en 1852 Coignet emplea por primeravez un una casa de la Rue Charles Michel 72 de St. Denis, Seine, su propio sistema de Beton armé, para emplear su propio término, que a partir de entonces se hizo común en Francia... durante las cuatro décadas siguientes Coignet y François Hennebique siguen desarrollando el hormigón armado sin resultados arquitectónicos demasiado notables. Minuciosas investigaciones siguen descubriendo aún muchos ejemplos tempranos de su uso en diferentes países, pero su historia en estas décdas no puede compararse con la del hierro en la primera mitad del siglo XIX, tanto en lo tocante a la difusión como al logro de modos de expresión nuevos y característicos.
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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.
Págs. 29-40.“Transformaciones técnicas: ingeniería estructural, 1775-1939”
Otro precursor francés del hormigón fue el jardinero Joseph Monier, quien, después de producir con éxito tiestos de cemento para plantas en 1950, obtuvo después de 1867 una serie de patentes para aplicaciones con refuerzos metálicos, cuyos derechos parciales vendió, mal aconsejado, en 1880 a los ingenieros Schuster y Wayss. En 1884, obtuvo nuevos derechos de Monier la firma Freytag, y poco después fue creada una gran compañía alemana de ingeniería civil con el nombre de Wayss y Freytag. Su monopolio sobre el sistema Monier, fue consolidado por la obra clásica de G.A. Wayss sobre el método Monier (Menierbau), publicada en 1887. La aparición de importantes estudios teóricos sobre la tensión diferencial en el cemento armado, debido a los especialistas alemanes Neumann y Koenen, sirvió para consolidar la primacía germana en este tipo de construcción.