FUSCO Renato de ., Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992.
Págs.205-261.“La vanguardia figurativa”
El fenómeno del arte de vanguardia es uno de los más típicos de la cultura contemporánea y se presenta por primera vez en nuestro siglo anticipando y reflejando casi todos los aspectos, las crisis y las contradicciones. En una primera aproximación, el término vanguardia, que deriva del lenguaje militar, denota la acción de un grupo o movimiento artístico que experimenta formas y temas con anticipación respecto a la producción normal, al código en uso. A este primer significado pueden añadirse una serie de connotaciones como las de «activismo, antibelicismo y nihilismo, belicismo y futurismo, antipasadismo y modernismo, arte abstracto y arte puro. Casi todos estos conceptos vienen a resumirse en la fórmula central de la alienación para reflejarse en una u otra de sus variantes: social y económica, cultural y estilística, histórica y estética».
El conjunto de estas connotaciones se aplica a toda la vanguardia denominada histórica, que comprende desde el principio del siglo a la segunda guerra mundial y que evoca personajes que militaron en diversas artes, como Apollinaire, Mayakovski, Tzara, Picasso, Boccioni o Joyce. Pero, como se han estudiado fundamentalmente desde un punto de vista literario, no bastan para cubrir la fenomenología más amplia de la vanguardia figurativa arquitectónica que constituye el objeto de nuestro examen.
Entre las muchas contradicciones y aporías de la vanguardia - y aquí nos limitaremos a esbozarlas en lo que nos afecte directamente- está la de una doble exigencia: por una parte se persigue un arte puro, fundado en sus propios medios y libre de todo determinismo heterónomo por la otra se alienta continuamente la intención de un arte social comprometido y que sigue el esquema de un paralelismo entre vanguardia e izquierda política. De este dualismo básico deriva un segundo, el que exige de un lado una especie de deducción de toda la realidad de una sola experiencia especifica y de otro una correspondencia entre todos los sectores artísticos y de estos con la “vida” hasta tal punto que la vanguardia se convierte en una actitud global, en una ideología. Ahora bien, puesto que la vanguardia anticipa los sucesos, las ideas, las tomas de postura, no siempre puede asignarse a un momento histórico determinado. En realidad, se desarrolla antes y después de la primera guerra mundial, a veces mostrándose fuertemente vinculada a ella, a veces absolutamente independiente. Y la lista de sus ambigüedades, de sus incertidumbres, de sus errores, podría alargarse mucho porque en la vanguardia, como ya se ha dicho, se encuentran todos los componentes de la cultura contemporánea. Como tal, pudo ignorar algunas de las manifestaciones de la realidad moderna, pero ésta no puede de ningún modo ignorarla a ella. Valga como ejemplo el caso de la arquitectura, cuya evolución no puede explicarse sin una apelación decisiva al fenómeno de la vanguardia, al menos a la figurativa....
... Suprematismo y constructivismo. La historia de la vanguardia rusa es todo un entrecruzarse de fenómenos artísticos, políticos, tecnológicos, sociológicos e ideológicos, como podía esperarse en clima de renovaciones, esperanzas y expectativas que acompañó a la victoria de la Revolución socialista. No nos ocuparemos aquí de esta historia, no consideraremos los contrastes internos de la vanguardia ni su relación con el aparato político, ni describiremos la entusiasta atmósfera postrevolucionaria, en la que se recubrían con frescos los muros de las casas de las grandes ciudades, afloraban en las calles esculturas de yeso y aparatos de feria y ejércitos de jóvenes artistas de vanguardia decoraban los tranvías y los automóviles, convirtiéndose todo en una exultante fiesta popular; nos ocuparemos sólo de los aspectos lingüísticos de las tendencias que superaron las fronteras nacionales para confluir en el Movimiento Moderno europeo.
Las primeras corrientes de la vanguardia rusa fueron de extracción cubista y futurista: el rayismo, de Larionov y Gontcharova, surgido en 1909, y el cubofuturismo, nacido en 1912, y cuyo mayor exponente era Majakovski. Por el contrario, el suprematismo y el constructivismo fueron totalmente autónomos y, tomando algunas exigencias de la vanguardia occidental, imprimieron a ésta, a su vez, un nuevo y significativo impulso...
...El suprematismo de Malevic, cuyo emblema puede considerarse el ya citado Cuadrado negro sobre fondo blanco, plantea una nítida distinción entre actividad práctica y creación artística; para él, el suprematismo equivale a la supremacía de la sensibilidad pura en las artes visuales sobre la representación naturalista o expresionista, sobre el arte al servicio de una idea o de un objetivo. Por otra parte, su poética, como resulta del Manifiesto redactado en 1915 en colaboración con Majakovskij, no se resuelve en el viejo principio del «arte por el arte», sino que responde a un impulso originario del hombre que está por encima de la mera utilidad...