Pág.118-124.“La Cadema de Cristal. El Expresionismo arquitectónico europeo. 1910-1925 ”
La represión de la revuelta espartaquista en 1919 puso fin a las actividades públicas del Arbeitsrat für Kunst, y las energías del grupo se canalizaron en una serie de cartas conocidas como ‘Die gläserne Kette’, ‘La Cadena de Cristal’. Se trataba de esa ‘correspondencia utópica’ que Bruno Taut inició en 1919 con la siguiente sugerencia: “Todos y cada uno de nosotros dibujaremos o anotaremos, con breves intervalos de tiempo, de manera informal y a medida que el espíritu nos impulse […] las ideas que nos gustaría compartir con nuestro círculo”. La correspondencia incluyó a catorce personas, de las cuales tan sólo aproximadamente la mitad crearon obras de cierta trascendencia. Aparte de Taut, que se llamaba a sí mismo Glas, estaban Gropius (Mass), Finsterlin (Prometh) y Max Taut, hermano de Bruno, que firmaba con su verdadero nombre. Este círculo interno se complementaba con arquitectos que anteriormente sólo habían tenido una implicación marginal con el Arbeitsrat, en concreto los hermanos Hans y Wassili Luckhardt y Hans Scharoun. Aparte de suministrar material para la revista de Taut, Frühlicht, esta ‘correspondencia utópica’ sirvió para revelar y desarrollar las diversas actitudes representadas por el círculo. Taut y Scharoun, en especial, destacaban el importante poder creativo del inconsciente; el segundo escribía en 1919: “Debemos crear igual que nuestros antepasados provocaron oleadas de creatividad; y habremos de contentarnos si con ello somos capaces de revelar una total comprensión del carácter y la casualidad de nuestras creaciones”.
... En la Exposición de la Secesión de Berlín, celebrada en 1923, Hans y Wissili Luckhardt, junto con Mies y algunos de sus contemporáneos, habían empezado a mostrar una forma de construir más funcional y objetiva, una corriente que llevó al año siguiente a la formación del Zehnerring. Hacia 1925 –cuando el Zehnerring se convirtió en Der Ring, con Härling como secretario- no habían aparecido divisiones entre las distintas posturas, puesto que su energía colectiva se estaba concentrando en superar la política reaccionaria de arquitecto municipal de Berlín, Ludwig Hoffmann. En 1928, sin embargo, una vez ganada esa batalla, el interés de Häring por lo ‘orgánico’ le llevó a enfrentarse con Le Corbusiercuando, como secretario de Der Ring, participaba en la fundación de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM) en La Sarraz, Suiza. Mientras Le Corbusier propugnaba una arquitectura basada en el funcionalismo y en las formas geométricas puras, Häring trataba en vano en atraer al congreso hacia su propia concepción de la construcción ‘orgánica’. Su fracaso no sólo acentuó la naturaleza no normativa y ligada al ‘lugar’ de su planteamiento, sino que marcó el eclipse final del sueño de Scheebart. Pese a todo lo que Scharoun hizo por ampliar esta visión en el periodo de posguerra –en las viviendas Romeo y Julieta, cosntruidas en Stuttgart entre 1954 y 1959, y en su última obra maestra, la Philharmonie, construida en Berlínentre 1956 y 1963-, la naturaleza idiosincrásica del enfoque ‘orgánico’ ha tenido desde entonces pocas posibilidades de prevalecer.
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Págs. 438-493. "La Bauhaus y el exordio de los maestros"
3.- La herencia de la vanguardia alemana.
El ambiente de la vanguardia alemana, durante los años de la inmediata posguerra, es rico en experiencias contradictorias, unidas a la formación del movimiento moderno quizá sólo por una relación dialéctica de estímulo y confrontación.
La posición de Gropius, en el año 1919, es ya substancialmente opuesta al espíritu de la vanguardia dominante, en los círculos de aquel tiempo. Ocurre sin embargo, que otros protagonistas del debate artístico alemán, después de haber aceptado durante más tiempo los principios y métodos de trabajo de la vanguardia, encuentren luego, por su propia cuenta, un camino convergente con el de Gropius; para algunos la participación de la vanguardia se revela bastante casual, y su ulterior evolución es debida a la coherencia de un riguroso temperamento individual; es el caso de Mies van der Rohe; para otros, la adhesión a la vanguardia es la experiencia capital y el margen de desarrollo ulterior es el más limitado – como para Mendelsohn y los hermanos Luckhardt – puesto que el futuro histórico de su trabajo es la recuperación de la experiencia expresionista, decantada y difundida en el ámbito del movimiento moderno.