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NAPOLEóN III

  • Monarca
  •  
  • 1808 - Paris. Francia
  • 1873 - Chislehurst. Reino Unido
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KOSTOF, Spiro., Historia de la arquitectura. Alianza Editorial. Madrid 1988. Tomo 3


págs.1107-1165.“Ambientes Victorianos” 


pág.1110. El panorama de Londres.


Los exteriores de los dos hoteles Grand caracterizan los dos grandes estilos de las décadas victorianas centrales. Estos estilos son, en cierto sentido, la continuación de las escuelas clásica y gótica de principios del siglo XIX, pero tal como fueron transformadas por el permisivo eclecticismo al que nos hemos venido refiriendo. La obra maestra de Cuthbert Brodrick en Scarborough (1863-1867), la misma imagen de la sustancia y afirmación victoriana media, es la tradición de un palacio renacentista, más francés que italiano. Nos recuerda a los chateaux reales del siglo XVI del borde del Loira o los alrededores de París, pero con algunos rasgos exagerados. Más destacables son las cúpulas apuntadas que coronan los pabellones de las esquinas, las buhardillas escalonadas en el tejado inclinado que corre entre ellas, y detalles como cariátides o las ménsulas contoneantes de la cornisa principal. Estas tienen una inspiración más actual; son también francesas, pero están en deuda con el nuevo Louvre que Napoleón III, que se proclamó a sí mismo emperador en 1852, había construido como una pieza de exposición de su régimen (Fig. 25.7). Su «manera» es conocida como «segundo imperio» debido a esta asociación, refiriéndose el primer imperio, por supuesto, al de Napoleón Bonaparte. Se difundió por el extranjero y vistió edificios públicos de todo tipo en los que se buscara una cierta sofisticación cosmopolita. 


 


pág.1118. El panorama desde Paris. 


 



El régimen de Napoleón III y la Emperatriz Eugenia había dado lugar a un nuevo período de opulenta grandeur que hizo todo lo posible para olvidar las realidades de la sociedad industrial, o mejor para mantenerlas separadas de la vida pública y ritual del país. A estos objetivos estaban dirigidas tanto la instrucción formal de la École como la producción profesional de sus graduados más distinguidos. Y los dos monumentos parisinos que mejor reflejan la complejidad cultural de su época, aparte de la magnífica arquitectura en papel de los proyectos del Premio de Roma en los que brillaba la grandiosa belleza de la composición e interpretación de Beaux-Arts, son el Louvre y la Opera de Charles Garnier (1862-1875). 


 


 


 

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