"Arquitecto y urbanista. Es considerado como uno de los máximos representantes del estilo post-modernista de la arquitectura española contemporánea."
Ricardo Bofill Leví (5 de diciembre de 1939 - 14 de enero de 2022) fue un arquitecto español de Cataluña. Fundó Ricardo Bofill Taller de Arquitectura en 1963 y lo convirtió en una práctica internacional líder en diseño arquitectónico y urbano. Según el historiador de arquitectura Andrew Ayers, sus creaciones se encuentran "entre los edificios más impresionantes del siglo XX".
1.BIOGRAFÍA
Nacido a finales de 1939, justo después del final de la Guerra Civil española, Ricardo Bofill se crió en el seno de una familia acomodada de profundas raíces catalanas y barcelonesas. Su abuelo Josep Maria Bofill i Pichot (1860-1938) había estado involucrado en destacadas instituciones locales como el Instituto de Estudios Catalanes, el Instituto Catalán de Historia Natural y la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. Su padre Emilio Bofill (1907-2000) fue un arquitecto, constructor y promotor que estudió en la Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona, la escuela profesional de arquitectura más antigua de Cataluña. Ricardo Bofill lo describiría más tarde como "republicano, liberal, progresista, austero y lógico". La madre de Ricardo, Maria Levi (1909-1991), era una italiana de ascendencia judía nacida en Venecia, que se convirtió en una destacada promotora de la literatura y la cultura catalanas en la Barcelona de la posguerra. Bofill fue a la escuela en la Escola Virtèlia desde 1942, la Escuela Católica Andersen en Barcelona desde 1949, luego en el Lycée français de Barcelone en la década de 1950. Pasó gran parte de su juventud viajando, primero con su familia y luego solo, y desarrolló una pasión por la arquitectura vernácula. En 1957 se matriculó en la Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona, donde se dedicó al activismo estudiantil con el no autorizado Partido Socialista Unificado de Cataluña., y pronto fue arrestado en una manifestación y expulsado de la universidad y de España. Se trasladó a Suiza y se matriculó en la Haute École d'art et de design Genève en 1958, que abandonó en 1960 para volver a España. Su primer diseño de arquitectura fue una casa de verano en Ibiza, terminada en 1960. En 1961-1962 entró en el servicio militar español durante nueve meses. Fue nuevamente detenido y encarcelado brevemente por motivos políticos en Barcelona en 1964.
En 1963, Bofill y un grupo de amigos cercanos crearon Ricardo Bofill Taller de Arquitectura (Taller de Arquitectura Ricardo Bofill), alojado inicialmente en el negocio de construcción de su padre con oficinas en Plaça de Catalunya en el centro de Barcelona. Sobre la base de las tradiciones artesanales catalanas, reclutó a arquitectos e ingenieros, pero también a escritores y artistas, en un esfuerzo multidisciplinario, que más tarde se ramificó en el diseño urbano y la planificación urbana. El equipo experimentó con metodologías originales basadas en geometrías modulares tridimensionales, como las del Barrio Gaudí en Reus (1964-1970), El Castillo de Kafkaen Sant Pere de Ribes encima de Sitges (1964-1968), Xanadu (1966-1971), y La Muralla Roja (1968-1973) en Calp. El mismo pensamiento se desarrolló a mayor escala con el proyecto La Ciudad en el Espacio, cuya construcción se inició en el barrio de Moratalaz de Madrid en 1970 pero fue abruptamente paralizada por el alcalde franquista Carlos Arias Navarro. En cambio, se realizó con la construcción de Walden 7 en Sant Just Desverncerca de Barcelona (1970-1975). Estos proyectos fueron reconocidos como ejemplos de regionalismo crítico y pueden verse como una reacción contra el modernismo arquitectónico y la dictadura franquista en España.
Bofill luego comenzó a trabajar en Francia y gradualmente introdujo elementos simbólicos en los diseños del Taller que hacen eco de las tradiciones francesas de la arquitectura clásica. En 1971, Bernard Hirsch, un planificador clave del proyecto urbano de Cergy-Pontoise, lo invitó a desarrollar un concepto de diseño análogo al del Barrio Gaudí en Reus. Esto se transformó en un proyecto llamado La Petite Cathédrale ("la pequeña catedral") pero en realidad pretendía ser un desarrollo a gran escala, que fue aprobado en 1973 pero cancelado en 1974. Otro desarrollo importante fue un concepto ganador de la competencia para Les Halles en París en 1975, cuya construcción comenzó posteriormente pero fue revertida en 1978 por el alcalde recién elegido Jacques Chirac. Otros proyectos dieron sus frutos en las villes nouvelles alrededor de París, que ofrecían un entorno favorable para la experimentación a gran escala, incluidos Les Espaces d'Abraxas en Marne-la-Vallée y Les Arcades du Lac en Saint-Quentin -en-Yvelines. Esta fase culminó en el nuevo distrito expansivo de Antigone de Montpellier.en el sur de Francia, para el cual Bofill presentó el plan maestro inicial en 1978. Se asocia tanto con la industrialización a gran escala en hormigón prefabricado como con formas y geometrías clásicas en la arquitectura contemporánea, que Bofill llamó "clasicismo moderno". Como consecuencia, la obra de Bofill se cita a menudo como uno de los arquitectos posmodernos más representativos y significativos que han vivido y creado en Europa.
A partir de mediados de la década de 1980, se decantó cada vez más por el vidrio y el acero para los materiales utilizados en sus proyectos, sin dejar de utilizar un vocabulario clásico de columnas y frontones. Los proyectos representativos de ese período incluyen la torre de oficinas 77 West Wacker Drive en Chicago, la ampliación del aeropuerto de Barcelona antes de los Juegos Olímpicos de Verano de 1992 y el Teatro Nacional de Cataluña, también en Barcelona.
En 2000, Bofill volvió a centralizar las actividades del Taller en su sede cerca de Barcelona. Sus diseños en años más recientes se despojaron gradualmente de su vocabulario decorativo clásico de los años 80 y 90, al tiempo que conservaban un sentido de la geometría muy formal. Los edificios representativos de este período más reciente incluyen el Hotel W Barcelona en el paseo marítimo de Barcelona y la Universidad Politécnica Mohammed VI en Ben Guerir, Marruecos.
2.CONCEPCIÓN DE LA ARQUITECTURA
Exponente como Bohigas de la gauche divine catalana, Bofill se inscribió en 1957 en la escolá Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB), de la que había sido expulsado el mismo año por razones políticas. Terminados sus estudios en la Haute École du Paysage, d'Ingénierie et d'Architecture de Ginebra, en 1963 fundó el Taller de Arquitectura en Barcelona, reuniendo un extravagante equipo multidisciplinar que incluía, además de arquitectos, matemáticos, artistas, filósofos y otros intelectuales llamados a dar su opinión sobre los proyectos en curso porque, según Bofill, "la arquitectura por sí sola no tiene ningún sentido". Una transversalidad que se refleja aún hoy en el centenar de profesionales de treinta nacionalidades diferentes que componen su estudio, que desde hace algunos años dirigen sus hijos Ricardo y Pablo: "Es este grupo de personas, además de las obras realizadas, el verdadero legado que deja nuestro padre".
Tras los inicios, en los que basa su investigación en la recuperación de los elementos más artesanales de la arquitectura catalana tradicional aplicándolos a la construcción residencial, con un cierto componente utópico - la Muralla Roja en Calpe (Alicante), el Castillo de Kafka en Sant Pere de Ribes (Barcelona), el barrio de Gaudí en Reus (Tarragona), y el propio Walden en Sant Just Desvern (Barcelona) -, la mirada del Bofill antifranchista y cosmopolita supera pronto las fronteras españolas, dejando una Barcelona "fea, triste y provincial" para París, donde en 1971 abrió una sucursal y entró en contacto con los líderes de la política, convirtiéndose en uno de los primeros arquitectos del star system.
En los veinte años 1980-2000 construye sobre todo en el extranjero, mucho en una Francia que celebra su grandeur. Proyectos a escala urbana, a menudo residenciales como Les árcades du Lac y Le Viaduc en Saint-Quentin-en-Yvelines, Les Espaces de Abraxas en Marne-la-Vallée, el inmenso barrio Antigone en Montpellier, pero también el complejo de viviendas sociales Houari Boumedienne en Argelia.
Mientras firma varios edificios importantes para la Barcelona olímpica, Bofill se proyecta en Estados Unidos: es el primer arquitecto español en construir un rascacielos, el 77 West Wacker Drive en Chicago (1992). Edificios culturales y comerciales, pabellones deportivos, sedes corporativas, residencia social y de lujo en Europa, Estados Unidos, Rusia, Oriente Medio, Japón, China y últimamente en la India; el Palacio de Congresos de Madrid, el edificio Shiseido de Tokio, la Torre Platinum de Beirut, el Centro de Congresos Kontantinovsky de San Petersburgo, el Auditorio Arsenal de Metz, el Citadel Center de Chicago, la sede de la Politécnica Mohammed VI en Marruecos, por nombrar solo algunos.
Más de un centenar de proyectos paisajísticos, desde ciudades ajardinadas hasta grandes parques urbanos. En Italia ha diseñado la Piazza della Libertà y el edificio Crescent en Salerno, la Torre Orsero y el Palacrociere en Savona.
En abierta crítica con el pensamiento dominante y el racionalismo de Le Corbusier, que definía "un gran creativo con una ideología nefasta", Bofill era un defensor de la ciudad compacta mediterránea y de la importancia de la historia, y consideraba que su punto fuerte era la capacidad de adaptarse cada vez a diferentes contextos. De ahí el amplio abanico de expresiones estilísticas, con un cierto componente de innovación y, por tanto, de riesgo: "Sé hacer solo dos cosas", dijo en una conferencia el pasado mes de junio, "proyectos urbanísticos a gran escala y crear lenguajes arquitectónicos diversos".
Numerosos premios recibidos, entre ellos el Premio FAD, el Premio ASID de la American Society of Interior Design, el Premio Ciudad de Barcelona, el título de Arquitecto de la Ordre des Architectes de Belgique, el de Officier de l'Ordre des Arts et des Lettres francés, entre otros. El último el pasado mes de septiembre, cuando fue galardonado con el título "honoris causa" por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) de Barcelona.
Il suo approccio teorico vedeva l’architettura come principale elemento urbanistico che permette agli spazi e alle città di evolversi in modo funzionale e completo – insegnamenti e idee che si ritrovano in alcuni suoi scritti, fra cui Espacio y vida e La ciudad del arqutecto.
3.EJEMPLOS DE SU ARQUITECTURAS
A continuación se muestra una lista de las arquitecturas más importantes realizadas por Bofill:
•77 West Wacker Drive, Chicago, Estados Unidos, 1992;
•Aeropuerto de Barcelona T2, Barcelona, España, 1988–1991;
•Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol T2, Málaga, España, 1991;
•Antigone, Montpellier, Francia, 1978–2000;
•Arsenal, Metz, Francia, 1985-1989;
•Bofills båge, Estocolmo, Suecia, 1992;
•Cartier (sede principal), París, Francia, 2003;
•Casablanca Twin Center, Marruecos, 1999;
•Centro Cultural Miguel Delibes, Valladolid, España, 2001;
•Château Lafite Rothschild, Pauillac, Francia, 1986;
•Citadel Center, Chicago, Estados Unidos, 2003;
•Corso, Praga, República Checa, 2000;
•Edificio Shiseido, Tokio, Japón, 2001;
•Jardines de Turia, Valencia, España, 1988;
•Les Colonnes Belvedere Saint Christophe, París, Francia, 1986;
•Les Echelles du Baroque, París, Francia 1985;
•Les Temples du Lac, París, Francia, 1986;
•Muralla Roja, Calpe, España, 1973;
•Palacio de Congresos de Madrid, España, 1993;
•Santuario de Meritxell, Andorra, 1974;
•Shepherd School of Music, Houston, Estados Unidos, 1988;
•Teatro Nacional de Cataluña, Barcelona, España, 1997;
•The Golden Number Plaza, Montpellier Francia, 1984;
•Les Espaces d'Abraxas, París, Francia, 1982;
•Torre Suecia, Madrid, España, 1993;
•W Barcelona (u «Hotel Vela»), Barcelona, España, 2009;
•Walden 7, San Justo Desvern, España, 1974;
•Complejo residencial Weidert, Luxemburgo, 1999.
En particular las más famosos son:
LA FABRICA
En 1973 Bofill se encontró con una fábrica de cemento en desuso compuesta por más de 30 silos de almacenamiento de cemento y amplias salas de máquinas industriales en los suburbios de Barcelona. Gracias a su excepcional visión y sensibilidad espacial, el antiguo complejo industrial fue remodelado en lo que hoy es la sede de su estudio de arquitectura, Taller de Arquitectura, y su casa. Al dejar en su lugar gran parte de lo que quedaba de la estructura original, Bofill reinterpretó el concepto tradicional de una casa u oficina. La cáscara vacía y desolada de la planta de cemento, vacía de su función original, se convirtió en una colección de elementos abstractos que Bofill transformó en nuevos espacios inesperados. Enormes silos cilíndricos fueron reutilizados en cámaras de oficina llenas de luz, mientras que inmensos muros de soporte de hormigón fueron cortados y esculpidos en arcos decorativos. A los sobrios muros de hormigón de la antigua fábrica se les da un toque más humano con una abundante vegetación exuberante. Los techos están alfombrados en la hierba, mientras que las palmeras se levantan entre las conchas de las antiguas salas de máquinas.
WALDEN 7
Situado en las afueras de Barcelona, en la poco variada ciudad satélite de Sant Just Desvern, se encuentra Walden 7, una estructura de terracota gigantesca, más parecida a una fortificación que a un edificio de apartamentos. Concebido sobre una visión utópica de la vivienda social, Walden 7 es un laberinto de brillantes pasillos turquesa y patios centrales llenos de luz. Compuesto por 18 torres separadas que están unidas por una serie de altos atrios, el edificio es un laberinto vertical de inmensas proporciones. Puentes y callejones serpenteantes conectan las 446 residencias que, gracias a una cuidadosa planificación, cuentan con vistas tanto exteriores como interiores. Nombrado en honor a la novela de ciencia ficción de B.F. Skinner, Walden Two, que representa una comunidad utópica, Walden 7 fue el intento de Bofill de unir sus primeras ambiciones arquitectónicas en un solo proyecto. Esperaba abordar los problemas de vivienda, como los relacionados con la falta de espacio público para la actividad colectiva, creando un edificio residencial que también incorporaba elementos del mundo exterior como una plaza central, tiendas, piscinas y bares.
MERITXELL SANCTUARY
Después de un devastador incendio que destripó por completo la antigua capilla románica de la Virgen de Meritxell en Andorra en septiembre de 1972, Bofill y su firma se encargaron de reconstruir la capilla de la ladera de la montaña. En lugar de reconstruirlo ladrillo a ladrillo y devolver el antiguo santuario a su antiguo yo, Bofill aprovechó la oportunidad para reinterpretar el edificio y crear algo completamente nuevo. Al fusionar suavemente la imaginería románica tradicional con las técnicas de construcción y diseño modernos, Bofill rindió sus respetos al patrimonio arquitectónico y al paisaje de los Pirineos mientras daba pasos audaces hacia algo más innovador. El resultado es un edificio de una belleza asombrosa. Piedra tradicional y pizarra negra, típica de la región de Andorra, se reconfiguran en bloques contemporáneos y minimalistas. Sus líneas geométricas limpias rompen ocasionalmente en una sinfonía de arcos blancos que reflejan las curvas dramáticas del telón de fondo de la ladera de la capilla.
LES ESPACES D’ABRAXES
Como antídoto a la escasez de bloques monótonos y utilitarios que caracterizaban los suburbios de París, Les Espaces d'Abraxes fue concebido en 1982 como un complejo de edificios basado en referencias históricas y formas clásicas. Detalles barrocos como pilares y cornisas de piedra alivian la uniformidad de las viviendas de masas posmodernas y crean un escenario teatral en el que se desarrolla el drama de la vida cotidiana. Al dividir el complejo en tres áreas distintas, 'El Teatro', 'El Arco' y 'El Palacio', Bofill pretendía crear lo que parecía un grandioso monumento habitado. 'El Teatro' es un arco colosal y curvo, hogar de 130 apartamentos que envuelven suavemente el césped comunitario y central. 'El Arco' es un edificio relativamente pequeño compuesto por 20 apartamentos que convierte el omnipresente símbolo neoclásico del triunfo en algo funcional. El Palacio se compone de tres edificios separados en forma de U. La apariencia de otro mundo del complejo ha sido el escenario de numerosas películas, incluyendo Brasil de Terry Gilliam y la segunda entrega de la trilogía de los Juegos del Hambre.
LA MURALLA ROJA
Levantándose de los acantilados rocosos de Calpe, en la Costa Blanca de España, La Muralla Roja (La Muralla Roja) probablemente reclama el título de la obra más impresionante de Bofill. Con claras similitudes con Walden 7, La Muralla Roja es un edificio imponente, como una fortaleza, que oculta una maraña deslumbrante de coloridos pasillos, escaleras abiertas, apartamentos y espacios al aire libre. Inspirado en la arquitectura islámica vernácula, Bofill tomó prestados varios elementos de la Kasbah, incluidos sus altos e imponentes muros y la forma en que sintetizan el exterior y el interior en un solo espacio. La Muralla Roja también evoca las líneas limpias y la abstracción geométrica de la arquitectura constructivista soviética. Sin embargo, el uso del color impide que se vuelva demasiado imponente y austera. Las paredes se alternan entre rojo, lila, azul y rosa pálido, mientras que el azul profundo del fondo del océano y los cielos españoles invariablemente azules amplían aún más la paleta de colores. Construido en 1973, el edificio sigue siendo tan atrevido y fantástico como lo habría sido entonces.
XANADU
Como parte del desarrollo de La Manzanera que también incluía La Muralla Roja, Xanadu es un edificio de 18 apartamentos que mira hacia el mar Mediterráneo. Diseñada en torno al concepto del castillo, la estructura de Xanadu gira en torno a un eje central, del que se añaden numerosos cubos para formar los apartamentos. Cada residencia se compone de tres cubos que corresponden a una función designada, ya sea para dormir, vivir o servicios. El giro viene en el exterior, donde cada cubo se modifica para maximizar la calidad de vida de cada residente. Teniendo en cuenta la orientación, las esquinas se recortan estratégicamente para aprovechar las vistas al mar, mientras que los espacios recortados y los cubos salientes proporcionan sombra frente al intenso sol español. Elementos vernáculos como las tejas de terracota y las persianas tradicionales contribuyen a una fachada completamente original y seductora.
APARTAMENTOS CASTILLO KAFKA
Situado en la localidad de Sant Pere de Ribes, a las afueras de Barcelona, se encuentra el surrealista homenaje de Bofill a Franz Kakfa, El Castillo Kafka (El Castillo de Kafka). Construido en 1968, el edificio de apartamentos se encuentra en lo alto de una colina con vistas a la bahía de Sitges, su figura es una masa hinchada de cubos púrpuras y ángulos alucinantes. Con su construcción, Bofill y su firma no solo cruzaron fronteras en términos estéticos, sino también en técnicas de diseño y construcción. Siguiendo una filosofía de diseño similar a la de los apartamentos Xanadu en Calpe, Castillo Kafka utiliza el castillo como punto de referencia. El núcleo principal del edificio donde se sitúan las escaleras actúa como eje al que corresponde el resto del edificio. Los cubos prefabricados se conectan al núcleo central para formar apartamentos, su formación dictada por una serie de ecuaciones matemáticas, en lugar de los planes tradicionales. Las ventanas se alternan entre marcos alargados y minimalistas o tuberías de drenaje cortadas para aumentar aún más la intriga.
HOUARI BOUMEDIENNE AGRICULTURAL VILLAGE
A petición del gobierno argelino, Houari Boumedienne fue construido para albergar a los trabajadores agrícolas en la zona semidesértica de Abadla en el oeste de Argelia. En un esfuerzo por promover la agricultura en la zona, el gobierno eligió a Bofill debido a su experiencia en el tratamiento de problemas de vivienda en una variedad de países en todo el mundo. Creado en una formación de bloques, el pueblo gira en torno a una gran plaza central como las que se encuentran en la mayoría de las ciudades árabes. Como en gran parte del trabajo de Bofill, reconoció el poder del espacio público como la plataforma en la que las comunidades se unen, ya sea como el lugar de encuentro, el mercado o el centro de celebraciones y festividades. Formas geométricas y líneas limpias que recuerdan a la arquitectura árabe y mediterránea tradicional caracterizan el pueblo, mientras que el drama añadido proviene de grandes, recortes circulares y arcos abovedados que, con la ayuda del intenso sol del norte de África, proyectar hermosas sombras sobre el suelo.
PLEXUS
Plexus es uno de los primeros proyectos que se construirán en La Manzanera, el complejo vacacional que también alberga La Muralla Roja y Xanadu, y que consta de villas, apartamentos y comodidades. Al igual que con todas las obras de Bofill, su estudio de la arquitectura vernácula juega un papel importante. Ventanas de estilo mediterráneo con las habituales persianas de madera, pasillos arqueados y paredes blancas se asientan junto a terrazas de piedra, construidas en el mismo estilo que las tradicionales construidas con fines agrícolas que caracterizan la zona. Sin embargo, como siempre, la sensibilidad de Bofill hacia la tradición no está exenta de contrastes. Las paredes de piedra delicadamente construidas de repente dan paso a marcos de ventanas cúbicas pintadas en tonos audaces - sus formas lineales a veces se elevan verticalmente para formar formas decorativas de chimenea que bailan a través de los techos.
LES ARCADES DU LAC
El primer gran proyecto del Taller de Arquitectura de Francia, Les Arcades du Lac, fue concebido para aliviar los problemas de hacinamiento y congestión en el centro de París. En la reinterpretación de Bofill del clásico jardín francés, grandes bloques de viviendas toman el lugar de setos elegantes y bien cuidados. Su formación de bloques oculta vastos patios y crea el espacio público compartido que siempre es tan integral para los proyectos residenciales de Bofill. El propósito general de una ciudad jardín se logra a través de abundante vegetación y una agradable falta de coches - en lugar escondido en una red de carreteras subterráneas y estacionamientos. Mientras tanto, un gran lago artificial es una oportunidad para rendir homenaje a la tradición francesa de construir castillos sobre puentes a través del agua, con una reinterpretación de los vistos en el valle del Loira. Al resucitar la naturaleza señorial de la arquitectura tradicional francesa, Bofill trató de demostrar que la elegancia cortesana no debía limitarse únicamente a los niveles superiores de la sociedad.
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1 pag / 455.000 resultados Bofill es uno de los máximos representantes del estilo post-modernista de la arquitectura contemporánea. En sus diseños mantiene las líneas claras del estilo moderno, pero abandona las formas frías que caracterizan otras tendencias modernas, lanzándose hacia la ornamentación historicista y la desmesurada monumentalidad en muchos de sus proyectos. Esto lo consigue incorporando a sus edificios elementos clásicos, como columnas o arcos, generando una controvertida arquitectura que gozó de gran predicamento en los años 70 y principio de los 80. Dicha arquitectura resultaba efectista e incluso interesante a pequeña escala, por la variedad de sus propuestas, el juego creativo que propiciaban los precedentes historicistas bajo una perspectiva moderna. Destacando el contraste que esto producía con la racionalidad y frialdad a la que nos tenía acostumbrados la arquitectura moderna. Pero fue en la gran escala, donde este tipo de arquitectura mostró su mayor debilidad, superficialidad y desequilibrio. Su estudio de arquitectura llevó a cabo una grandísima producción por todo el mundo, entrando dentro de la dinámica de las prisas del mundo contemporáneo. En la actualidad en su obra arquitectónica predomina la apuesta por la arquitectura High – Tech.
Ricardo Bofill Leví nació en 1939 en Barcelona. Estudió en la ETSAB y se graduó en Ginebra. En 1963 emprende el "Taller de Arquitectura" en una vieja fábrica, donde arquitectos, artistas y pensadores se juntan para darle una nueva forma a la arquitectura. Desde sus inicios, Bofill tiene gran interes a crear proyectos en el espacio. En sus primeros trabajos se nota una clara modulación cúbica en sus proyectos y un dominio de la geometría impresionante. Otra característica de algunas de sus obras es la presencia de elementos clásicos pero con formas o materiales modernos, y a ese conjunto se le agrega cierta monumentalidad. En los últimos años, Bofill trabaja mucho con los rascacielos y las grandes torres.
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Págs. 317-331. “Regionalismo crítico: arquitectura moderna e identidad cultural”.
"La posterior delicuescencia del regionalismo catalán tuvo posiblemente su manifestación más evidente en la obra de Ricardo Bofill y su Taller de Arquitectura. Y es que aunque las viviendas de Bofill en la calle Nicaragua , de 1964, exhiben una clara afinidad con la reinterpretación hecha por Coderch de la tradición vernácula del ladrillo , el Taller iba a adoptar a finales de la década de 1960 un enfoque de abierta Gesamtkunstwerk. Con el conjunto Xanadú , construido en Calpe en 1967, se abandonaron a una forma de romanticismo kitsch. Esta obsesión por la imágen del castillo alcanzó su apoteosis en el heroico pero ostentoso conjunto Walden 7 , en Sant Just Desvern, Barcelona (1970-1975). Con vacíos de doce alturas, cuartos de estar mal iluminados, balcones diminutos y un revestimiento de placas cerámicas que pronto empezó a desprenderse, Walden 7 marcó un desafortunado límite donde lo que inicialmente era un impulso crítico degeneró en una escenografía sumamente fotogénica. Bien considerado, pese a su homenaje pasajero a Gaudí, Walden 7 muestra su preferencia por la seducción. Es la arquitectura del narcisismo por excelencia, ya que la retórica formal se orienta hacia la moda de prestigio y hacia la mística de la extravagante personalidad de Bofill . La utopía mediterránea y hedonista a la que aspiraba Walden 7 se viene abajo tras un examen más detenido, sobre todo en el nivel de la azotea, donde un entorno potencialmente sensual no llegó a hacerse realidad tras la ocupación de Le Corbusier en Marsella)."
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Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 2002 (1997)
págs.115-140.“Tipo y estructura. Eclosión y crisis del concepto de tipología arquitectónica”
ECLOSIÓN Y CRISIS DEL CONCEPTO DE TIPOLOGÍA ARQUITECTÓNICA
Los factores que han ocasionado la paulatina disolución de la fuerza crítica del concepto de tipología a partir de los años ochenta han sido diversos. Autores pertenecientes a la tradición del movimiento moderno como Bruno Zevi y Nikolaus Pevsner han hecho un uso reductivo del concepto de tipología -creacionista el uno, funcionalista el otro- que respondía a una visión desconfiada de la nueva posición y que, en definitiva, ha ido en contra de los valores profundos del concepto.
Al mismo tiempo y a lo largo de los años setenta se extendió un manierismo tipológico (la mayoría de las veces deudor de la pura imitación formal del lenguaje biográfico de Aldo Rossi) que ha ido banalizando esta corriente. De hecho, este fenómeno radica en una insuficiencia congénita a esta posición arquitectónica: el desequilibrado peso sobre el análisis histórico y urbano, sobre la teoría y la composición en relación al frágil interés por el proyecto, por el arte de construir y por el saber técnico, todo lo cual ha llevado a la arquitectura, especialmente la italiana, a un destino bloqueado, encerrado en el análisis y la composición, idealizando la estructura de la ciudad existente como un valor inmutable e indiscutible." El neoplatonismo de la crítica tipológica y experimentalismo de las corrientes tecnológicas son irreconciliables y diametralmente opuestos. Propuestas recientes de Toyo Ito, Jean Nouvel, Rem Koolhaas, la Coop Himmelblau o Elisabeth Diller + Ricardo Scofidio manifiestan el predominio de los sistemas de objetos por encima de las estructuras tradicionales del espacio arquitectónico. Esta nueva situación comporta la disolución de las clasificaciones y criterios tipológicos en aras de la experimentación tecnológica y la tecnificación del interior, tal como sucede en los museos mediáticos, en los edificios de oficinas y empieza a producirse en el espacio doméstico: la flexibilidad de máquinas, muebles y objetos sustituye a la rigidez de lo tipológico.
Otras críticas han puesto de manifiesto la presión del mercado en el consumo de ideas y formas en la arquitectura. Micha Bandini en su artículo "Typology as a form of convention" (1984) insistió en que el uso formalista que se le ha dado al concepto de tipo ha sido la causa de su paulatina disolución, ha provocado la pérdida del valor crítico y cultural a un concepto que requería una cierta exigencia intelectual; se ha convertido en puro formalismo, en una nueva convención. Se ha tomado como instrumento teórico para justificar la producción de arquitectura, como sucede en los proyectos de Aldo Rossiy algunas de las obras de Oswald Mathias Ungers y Franco Purini. Esta interpretación negativa se produce a principios de los años ochenta, cuando los excesos formalistas de los hermanos Rob y Leon Krier, de Michael Graves o de Ricardo Bofill empiezan a mirarse críticamente.
Micha Bandini defiende que sólo en el caso de Carlo Aymonino, el concepto de tipología es entendido como un instrumento y no como una categoría, como un método de análisis y no como una explicación mecanicista de sus proyectos. Aymonino sería el que ha sabido conservar el rigor inicial, sin caer en el formalismo o en la propuesta de una colección de iconos de fácil apropiación. También Manfredo Tafuri ha explicado cómo la utilización de la historia de la arquitectura por parte de Aldo Rossi y Giorgio Grassi es siempre arbitraria y subjetiva, en función de las aspiraciones formales de cada proyecto.
Una buena prueba de que el concepto de tipología se ha convertido en una convención es cómo éste fue integrado durante los años ochenta por la cultura arquitectónica estadounidense, interesada siempre por las aplicaciones formales y poco preocupada por las relaciones críticas entre estructura social, morfología urbana y tipología arquitectónica. Siguiendo los criterios interpretativos de Imre Lakatos, Bandini concluye que un concepto que había arrancado con una alta carga política y cultural se ha convertido en una "teoría de bajo nivel".
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Pág. 813-941. "La segunda posguerra en Europa"
6.-España.
El Taller de Arquitectura, fundado en 1964 por Ricardo Bofill (1939), constituye un capítulo aparte en el contexto catalán, ya que, con su arquitectura no convencional y con su gran capacidad de autopromoción, Bofill se ha convertido indudablemente en el arquitecto español de mayor proyección internacional, con una obra diseñada y realizada en gran parte en el extranjero. De su obra nacional cabe destacar, después del Barrio Gaudí de Reus (Tarragona, 1964-1970), por encima de todo, el conjunto residencial Walden 7 de Sant Just Desvern (Barcelona, 1970-1975, primera fase), siguiendo la idea de ciudad en el espacio a base del montaje de células de habitación. Junto al Walden 7, y reutilizando una antigua fábrica de cemento, se halla la sede del Taller de Arquitectura. Entre sus últimas obras es significativo el monumento homenaje a Cataluña en Le Perthus, Francia (1975-1978). Pero es sobre todo entre sus propuestas francesas como el proyecto para Les Halles de París (1974-1977) o en La Petite Cathédrale para la Ville Nouvelle de Cergy-Pontoise (1971 1974) - donde el TaIler muestra cómo esta arquitectura propagandística, pretendidamente vanguardista, tiende hacia una ecléctica y confusa composición Beaux-Aris, en la que caben citas de todo tipo de arquitectura histórica...
... Completando y cerrando el recorrido a través de la arquitectura española desde la posguerra, sería importante establecer cuáles son, en la actualidad, las diferentes maneras de entender la arquitectura y las diferentes salidas que se plantean:
Entre las salidas de un marcado carácter personal, basadas en las síntesis poéticas y artesanales de las arquitecturas populares y de las aportaciones de la arquitectura contemporánea, como es el caso de la obra de Coderch o de Peña.
La salida profesional, realista y posibilista, basada en la situación técnica y social del país y en el énfasis en el trabajo desde el oficio, lejos de excesivas teorizaciones defendida por Bohigas y los seguidores del espíritu de la Escuela de Barcelona.
La salida falsamente utópica, que aún enarbola la bandera de la transformación de la sociedad y de las costumbres a partir de la arquitectura, en la que se basan las propuestas propagandísticas de Bofill.
La salida social de los arquitectos que, a partir de los movimientos sociales de los últimos años y de la toma de conciencia del papel del planteamiento, se han centrado en un trabajo ligado tanto a la defensa de los movimientos urbanos como a la Administración democrática, ya sean los organismos autónomos o los municipios.
La salida cultural, que pone como primordial el esfuerzo por recuperar los fundamentos disciplinares, por redefinir las coordenadas desde las cuales analizar y proyectar la arquitectura, representada por Moneo, Fullaondo, Fernández Alba, los adscritos a la tendencia y otros muchos arquitectos defensores del momento analítico y teórico.
La salida irónica, basada en la especulación formal, en la capacidad expresiva de los signos arquitectónicos, como respuesta impaciente o risa nerviosa frente a una situación agobiante, presente en obras del Estudio Per, de Piñón y Viaplana, de Corrales y Molezún, de Higueras y Miró.
Y, por último, las salidas más minoritarias, como, en un extremo, los partidarios de un trabajo en la punta más avanzada de la tecnología, o en el otro extremo los defensores de arquitecturas alternativas que se basan tanto en la participación de los usuarios y el diseño de viviendas flexibles, como en la introducción de una revisión tecnológico-energética que tienda, por ejemplo, al uso de tecnologías intermedias o de energía solar.
Ente todas estas salidas posibles, tendríamos establecidas las diferentes maneras que existen de plantearse un trabajo arquitectónico mínimamente cualificado, en la España actual.
Págs. 1027-1106.”La época de la incertidumbre”
3.-La batalla de las tendencias y las nuevas orientaciones de la búsqueda proyectual
Una vez establecida esta situación - con la presencia de muchos repertorios distintos- es inevitable la gravitación hacia el repertorio más organizado y másilustre, el clasicismo, sobre todo en su última formulación en el umbral de la edad contemporánea, entre finales del siglo XVIII y primeros del siglo XIX. Algunos arquitectos que empiezan entre finales de los años sesenta e inicio de los setenta se fijan en esta elección. El italiano Aldo Rossi (1931), redactor de Casabella junto con Rogers, de 1955 a 1964, se da a conocer con un libro programático que ya hemos mencionado, en 1966, y con una serie de proyectos que se identifican con la herencia del pasado en los modelos más idóneos para la representación de los valores permanentes de la arquitectura urbana, sustraídos al flujo de la historia (la preferencia por las composiciones de los teóricos neoclásicos —Boullée, Ledoux,Durand— y por las de la escuela vienesa de los dos primeros decenios de este siglo); esta búsqueda produce pocas, pero rigurosas y meditadas realizaciones: un edificio de viviendas en el, barrio Gallaratese de Milán (1969-1970), el cementeriode Módena (proyectado a partir de 1972), el teatro del Mondo para la Bienal de Venecia, de 1979, que obtienen una amplia notoriedad internacional (fig. 134), 1350).
Los repetidores de esta tendencia no se cuentan y no vale la pena nombrarlos todos aquí. Se distingue, en cambio, Mario Botta (1943), del Ticino (Suiza), que partiendo del mismo repertorio se mueve con calculadas desviaciones, para resolver con impecable propiedad un amplio número de obras: varias casas unifamiliares en el Ticino (figuras1354-1358) y algunos temas más amplios, donde las formalidades estilísticas se hacen más pesadas (fig. 1359).
En un grupo de arquitectos apenas más jóvenes, el formalismo clásico se convierte en una tendencia sistemática y colectiva. Los luxemburgueses Robert (1941) y Leon Krier (1946, fig. 1360), el belga Maurice Culot(1961), el chileno RodrigoPérez de Arce (1948, fig. 1354), desarrollan su polémica contra el «modernismo», sobre todo en la enseñanza y en la prensa, lejos de las ocasiones concretas. BobKrier teoriza esta posición en el modo más intransigente, acumula varios proyectos demostrativos, estudia y reclasifica el repertorio pre-moderno.
En el lado opuesto, Ricardo Bofill (1939) y su Taller de Arquitectura utilizan sin prejuicios la boga neo-académica, en un gran número de realizaciones concretas, a menudo de grandes dimensiones (fig. 1362); ya hemos mencionado el protagonismo que tuvieron en la proyectación de los nuevos edificios que debían levantarse en la zona de Les Halles parisiense (par. 2). En Estados Unidos, Robert Stern, licenciado en Yale en 1965, intenta una refinada mediación de academicismo tradicional ymoderno, que en la pequeña dimensión de algunas casas aisladas alcanza un equilibrio refinado.
Hacia finales de los años setenta, varios arquitectos ya conocidos y muy activos son atraídos por esta tendencia; Charles Moore, que con su habitual viveza lleva en peso todas las formalidades del vocabulario clásico en la Plaza de Italia enNueva Orleans (fig. 1363), donde la propia Italia aparece representada en relieve en el suelo de la composición. El omnívoro P. C. Johnson se adueña de los nuevos temas y los utiliza incluso a escala gigantesca —en el rascacielos de la AT&T en Nueva York (1980-1984, fig.1364)— pero siempre con irónica distancia. O.M. Ungers, al contrario, endurece gradualmente su búsqueda en la disciplina delas simetrías, con gran seriedad y sin ninguna ironía (figs. 1365, 1366). Arata Isozaki —que trabajó con Tange hasta 1963- incluye los motivos académicos en la tradición metabolista japonesa, con sorprendentes contaminaciones (figs. 1367-1369).
El infatigable Charles Jencks orienta y clasifica estas experiencias con continuas y nuevas intervenciones críticas: en 1977 las presenta bajo la denominación de post-modern architecture, que señala la separación del modernismo precedente; en 1980 amplía el marco para incluir gran parte de las nuevas experiencias de la última década -con inclusión de las obras de Stirling, Roche, los japoneses y del anciano Bruce Goff, que murió recientemente, con el término global de latemodern architecture; mientras tanto determina —en un número de ArchitecturalDesign de 1980- la subclase del post-modern classicism, con sus antecedentes históricos que se remontan a Schinkel; inmediatamente después generaliza esta referencia: en otro número de A.D. de 1982 presenta gran parte de la producción contemporánea en el marco de un free-style classicism (mientras que, en el número siguiente, Demetri Porphyrios defiende la continuidad de un clasicismo radicado en el pasado) y en el mismo año publica una selección aún más amplia de las últimas novedades, con el título genérico de Current Architecture. The Architectural Review, por su lado, se distancia de esta terminología; en un número de 1980, Lance Wright contrapone al adjetivo post-modern el más argumentado post-industrial, con una particular referencia a la arquitectura de interiores; más tarde, Banham inventa el adjetivo post-déco, para presentar, en 1982 y en 1984, el edificio de Graves en Portland y el rascacielos de Johnson para la AT&T.
En el campo histórico, se revaloran todas las experiencias del clasicismo reciente, tanto el de las Beaux-Arts francesas el de la arquitectura fascista como y nazi, dando al mismo tiempo una interpretación errónea de las fuentes precedentes, que se confunden todas en un clasicismo convencional y perenne.
El año 1980 marca la cumbre de esta ola. Paolo Portoghesi (1931), que desde los años cincuenta cultiva una arquitectura retrospectiva, inspirada en el lenguaje barroco(fig.1370). Es el responsable del sector arquitectónico de la Bienal de Venecia y reúne a muchos de los más famosos arquitectos mundiales —entre los cuales: H.Hollein, J. P.Kleihues, R. Venturi, F. Purini, L. Thermes,R. Bofill, C. Moore, R. Stern, A. Isozaki-en una exposición muy singular; una doble serie de fachadas postizas en un hangar del Arsenale, que ilustran un recorrido inspirado en las calles de la ciudad antigua, bautizado con el nombre de «StradaNovissima»(fig. 1371). En aquella ocasión, Portoghesi realiza también una exposiciónretrospectiva de tres arquitectos más ancianos, que figuran como precursores—M. Ridolfi, I. Gardella, P. C. Johnson— y publica un libro, donde analiza todas lasexperiencias retrospectivas de las tres últimas décadas, considerándolastotalmente consolidadas en un movimiento mundial.
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