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SIZA VIEIRA, Alvaro

  • Arquitecto y profesor universitario
  •  
  • 1933 - Matosinhos. Portugal
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FRAMPTON Kenneth.,  Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Págs. 317-331.“Regionalismo crítico: arquitectura moderna e identidad cultural” 


“Nada más lejos de las intenciones de Bofill  que la arquitectura del maestro portugués Álvaro Siza  , cuya carrera —que comenzó con la piscina de la Quinta da Conceiçao  , Matosinhos (1958- 1965)—, ha sido cualquier cosa menos fotogénica. Esto puede deducirse no sólo de la naturaleza fragmentaria y evasiva de las imágene spublicadas, sino también de un texto escrito en 1979: “La mayoría de mis obras no se publicaron nunca; algunas de las cosas que hice solo se llevaron a cabo en parte, otras se modificaron profundamente o se destruyeron. Era de esperar. Una formulación arquitectónica cuyo propósito es calar hondo [...]  una formulación que pretende ser algo más que una materialización pasiva, se resiste a reducir esa misma realidad y analiza todos sus aspectos  , uno por uno; esa formulación no puede encontrar apoyo en una imagen fija, no puede seguir una evolución lineal. [...] Cada diseño debe captar, con el máximo rigor, un momento preciso de la imagen palpitante, con todos sus matices, y cuanto mejor se reconozca la cualidad palpitante de la realidad, más claro será el diseño.[...]”.  Puede que ésa sea la razón por la que tan sólo las obras marginales (una vivienda tranquila, una casa de vacaciones a muchos kilómetros de distancia) se han conservado tal como se diseñaron vez engendrados por otros, que dejan huellas en el espacio y en la gente, que se funden en un proceso de transformación total.


 Esta hipersensibilidad a la transformación de una realidad fluida  y sin embargo específica hace que la obra de Siza  sea más estratificada y arraigada que las tendencias eclécticas de la Escuela de Barcelona  , ya que, al tomar a Aalto  como punto de partida, Siza ha basado sus edificios en laconfiguración de una topografía específica y en la textura menuda del tejido local.En este sentido, sus obras son respuestas estrictas al paisaje urbano  , campestre y marítimo de la región de Oporto.


Otros factores importantes son su respeto por los materiales del lugar, por la artesanía y por las sutilezas de la luz local  ; un respeto que se sostiene sin caer en el sentimentalismo de excluir las formas racionales y las técnicas modernas. Al igual que el ayuntamiento de Säynätsalo  , de Aalto, todos los edificios de Siza  están delicadamente situados en la topografía de sus emplazamientos. Su planteamiento es marcadamente táctil y tectónico más que visual gráfico: desde la casa Beirés  , en Póvoa do Varzim, de 1973-1976 hasta las viviendas para la asociación de vecinos de Bouça  , en Oporto, de 1973-1977. Incluso sus pequeños edificios urbanos  —de los que el mejor es probablemente la sucursal del banco Pinto e Sotto Mayor  construida en Oliveira de Aceméis en 1974— están estructurados de manera topográfica.


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MONTANER J.M.,   La modernidad superada. Arquitectura, arte y pensamiento del siglo XX .G Gili. Barcelona, 2002.


págs.25-58“. Espacio y antiespacio. Lugar y no lugar en la arquitectura moderna”. 


"En las obras de arquitectos de la llamada "tercera generación" renace el interés por la arquitectura vernácula al unísono de esta sensibilidad por el lugar...


...Fernando Távora(1923) desarrolla en su obra el saber constructivo de la arquitectura tradicional portuguesa, planteando una arquitectura moderna sabiamente adaptada al paisaje y exultantemente cualificada por objetos artesanales. Prueba de ello son el parque municipal de Quinta da Conceiçao, en Matosinhos (1957) o la casa de veraneo en Ofir(1957-1958). Esta nueva sensibilidad es el resultado del estudio sobre la Arquitectura popular en Portugal, que se publica en tres volúmenes en 1961, y en el que Távora interviene con un espíritu racionalista y contemporáneo que quiere aprehender la funcionalidad, la belleza y el saber técnico de la arquitectura popular, lejos de cualquier nostalgia, anacronismo o populismo. Y ello tiene continuidad en la límpida obra de Alvaro Siza Vieira, tanto en sus realizaciones tempranas -el restaurante Boa Nova(1958-1964) y las piscinas(1961-1966), ambos en Leça de Palmeira-como en obras recientes tales como la nueva Facultad de Arquitectura en Oporto (1987- 1994)...


...En todos estos casos se produce una resonancia respecto a las concepciones de Martin Heidegger, pasándose de una arquitectura basada en la idea de espacio a una basada en la idea de lugar. Según el texto crucial de Heidegger, Construir, habitar, pensar(1951), "los espacios reciben su esencia no del espacio sino del lugar /... los espacios donde se desarrolla la vida han de ser lugares". De nuevo aflora la influencia del pensamiento griego y la referencia al templo dórico. Y sin duda el pensamiento de Heidegger, junto con las aportaciones de Husserl y Merleau-Ponty, han sido el más certero catalizador de toda reflexión contemporánea sobre el concepto de lugar.


Christian Norberg-Schulz, seguidor de estas concepciones, se opone a toda teoría de la movilidad, de los espacios transitorios, y defiende que "si se elimina el lugar se elimina al mismo tiempo la arquitectura.. El espacio existencial consiste siempre en lugares". Norberg Schulz ha intentado con el concepto de espacio existencial salvar la tradición moderna del concepto de espacio moderno de su maestro Sigfried Giediony conciliarla con la nueva idea de lugar." Sin embargo, ello le lleva a negar las experiencias más contemporáneas e innovadoras." 


págs.115-140.  “Tipo y estructura. Eclosión y crisis del concepto de tipología arquitectónica” en 


"Posiblemente, este artificio historiográfico utilizado por la crítica y la teoría arquitectónica del movimiento moderno, desde Edoardo Persico a Giedion, desde el Esprit Nouveau de Le Corbusier hasta AC. Documentos de Actividad Contemporánea del GATEPAC, haya perdido validez. Las crisis que se han evidenciado en las últimas décadas, con el hundimiento de los modelos ideales de sociedad y con el reconocimiento del pluralismo, el relativismo y un multiculturalismo abierto, se ha ido diluyendo el potencial instrumental del concepto de tipo-ideal y su validez universal.


Ciertamente, se constata que las interpretaciones de los coleccionistas de tipos -desde J.N.L. Durand hasta Nikolaus Pevsner- con su esfuerzo para ordenar un número infinito de ejemplos dentro de catálogos y repertorios, son inoperantes en la actualidad. El predominio de la forma sobre la función, los cambios de uso al reutilizar edificios antiguos o el campo abierto por experimentos en que las tipologías convencionales se diluyen, han transformado totalmente el orden tipológico. Fijémonos en que los autores más destacados de las diversas metodologías predominantes no han tendido a realizar obras modélicas, sino que han trazado un itinerario. Desde Aldo Rossi, Robert Venturi, James Stirling, Hans Hollein hasta álvaro Siza, Rem Koolhaas o Jean Nouvel, sus obras son piezas que aceptan su condición fragmentaria dentro de un cierto método y de una cierta trayectoria, y no han pretendido, ni conseguido, convenirse en hitos indiscutibles, en tipos ideales."


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BENEVOLO, L., Historia de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.


Págs. 1027-1106.”La época de la incertidumbre”   


3.-La batalla de las tendencias y las nuevas orientaciones de la búsqueda proyectual


Pero incluso en aquellos países donde la intervención pública tiene una sólida tradición de ejecución cuidadosa, las nuevas condiciones del debate, la revisión de los modelos divulgado y la concentración en problemas específicos y concretos hacen necesario un empeño experimental que los estudios particulares pueden desarrollar mucho mejor. A continuación señalaremos tres de estos estudios, dirigidos por arquitectos de edad distinta...(Aldo Van Eyck, J. Stirling, Vittorio Gregotti...


Esta aproximación empírica convence todavía más cuando se evidencia que ha sido acogida, en los mismos años, por muchos arquitectos más jóvenes, que actúan cada uno por su cuenta en distintos países del mundo. El portugués Alvaro Siza Vieira (1933) sobresale en un ambiente atrasado después de largos años de práctica, hasta alcanzar el dominio y la discreción de sus obras más recientes, que se imponen a la atención mundial después de la revolución de 1974. El japonés Tadao Ando (1941. Figs. 1397,1398) – educado en un ambiente evolucionado- limita por voluntad propia, su trabajo a temas reducidos para obtener un control arquitectónico más ajustado. También en los países socialistas esta búsqueda avanzada y sobresalen algunos arquitectos originales, como Toomas Rein de Estonia (1940), educado en la orientación internacional del período de Kruschev y capaz de medir con suma atención los temas propuestos por los organismos públicos. En el ambiente de los años ochenta trabaja también- dándonos lo mejor de su obra- un arquitecto atípico de la tercera generación, el inglés Ralph Erskine (1914), quien al final de su carrera discontinua, en Inglaterra y en Escandinavia, realiza ahora sus obras más convincentes (La Biblioteca de Estocolmo. Fig,1401 y el barrio de Newcastle-upon-Tyne) que utilizan en positivo las variaciones y las dudas anteriores de sus manera de componer.


En esta lista figuran personas y obras distantes tanto por edad como por educación, por tendencia intelectual y práctica. Y precisamente por eso creemos interesante poder señalar algunos caracteres comunes:


*  La variedad del repertorio formal, que utiliza una amplia gama de referencias – que van de la tradición “moderna” a los movimientos contrapuestos de los años setenta y ochenta y a las fuentes históricas relativas- sin aceptar encasillarse en ninguno de estos sistemas formalizados. Esta disposición se observa, en pequeña escala, en la compleja articulación de la casa de Van Eyck en Amsterdam; en gran escala en los proyectos paisajísticos de la Gregotti Associati y de Roche-Dinkerloo; produce casi un collage de motivos concurrentes en los últimos proyectos de Stirling; ayuda a captar y a componer las referencias heterogéneas que provienen del campo pre-existente cuando el nuevo edificio es un añadido a un paisaje ya construido, incluso a escala urbana como en el Parlamento de Austria, insertado en la originaria composición de Griffin.


“Se puede hablar de “eclecticismo” y algunos protagonistas aceptan de buen grado esta calificación; pero el rigor debe buscarse en otra parte – como ya lo explicamos – y la combinación de los estilos de orígenes distintos pone en evidencia un resultado duradero de la querelle estilística de los últimos setenta; no la superioridad de un estilo sobre otro (imposibilitada por la movilidad del mercado, donde tiene lugar la confrontación) sino más bien la ampliación del repertorio figurativo contemporáneo, que incluye – una vez decaídas las polémicas de los primeros tres cuartos de nuestro siglo – las geometrías antiguas y  modernas como partes de un inventario que ya ha llegado a su conclusión.


*  La búsqueda de una síntesis para enfrentarse a la situación específica, sin dejarse escapar ninguna característica ni ninguna exigencia del tema propuesto.  Esta disposición debilita, sin duda, la continuidad de la producción global. El itinerario de algunos arquitectos aquí nombrado parace tortuoso, imprevisible. Pero por vez primera esta discontinuidad no deriva de un insuficiente control aplicado en cada ocasión, sino más bien de la búsqueda de un control riguroso, que cambia los criterios y los instrumentos de una ocasión a otra. Los arquitectos no parecen preocupados por perfeccionar su biografía profesional, sino más bien por la ordenación del lugar donde han sido llamados a actuar; no dudan en volver a empezar si un nuevo tema así lo requiere; retardan o difieren para otro momento la obligación de las clasificaciones y de las valoraciones globales, o bien dejan esta tarea a los críticos como hace Stirling, quien gusta de sorprenderlos y despistarlos.


Esta actitud contrasta vivamente con otros arquitectos – a menudo igualmente dotados: los estructuralistas como Piano, Foster y Rogers; los que perfeccionan un determinado repertorio formal, como Rossi, Botta, Ungers; los que contaminan los repertorios para obtener una complejidad programada, como Venturi y Moore – que a diferencia de los anteriores, son fácilmente reconocibles (e incluso preferidos por los críticos, a los que facilitan la tarea). Estos últimos tienen más soltura, sobresalen en el mercado de los mass-media, pero pierden más fácilmente el contacto con una realidad que ya de por sí es fragmentada, contradictoria y variable.


 *  El mínimo denominador metodológico que subtiende la variedad de las aproximaciones y de las experiencias es el mismo que han mantenido firme los mejores arquitectos modernos,  a partir de los años veinte: la fidelidad al dato real, a la Sachlichkeit, accesible por medio de la razón y del trabajo paciente. La situación ha cambiado, porque los proyectos de la búsqueda paciente de los últimos sesenta años – puestos a prueba por determinadas situaciones e intereses concretos -  han sido dispersados o transformados de una manera inaceptable y ya no forman un sistema homogéneo. Las enunciaciones generales de esta herencia ya no persuaden, y por lo tanto – si quiere trabajar en la misma dirección – es necesario volver a la casuística, resolver cada problema concreto, para poder llegar, luego a las síntesis que por ahora son inaccesibles.


Por el contrario, todos los intentos de acortar los tiempos, de oficiar de inmediato las síntesis determinantes, son destinados – por ahora – a transformarse en simulaciones y, por tanto, a perder el contacto con la realidad y a acabar en el campo superestructural del mercado de las imágenes y de la palabra.


Así pues, parece que la frontera de la vanguardia arquitectónica de los años ochenta gire perpendicularmente a la de los setenta. Atraviesa diversas tendencias que los críticos todavía se ocupan de clasificar, y distingue las experiencias que utilizan los estilos como medios para resolver determinados temas concretos de las que utilizan los temas como ocasiones para elaborar los estilos. Los sistemas estilísticos han perdido, o están a punto de perder, su valor como orientaciones culturales; la distinción significativa no está entre las arquitecturas que obedecen o no obedecen a una determinada regla formal – por ejemplo, la simetría-, sino entre las que deben ser simétricas y las que pueden ser simétricas. Como ya ha ocurrido tantas veces, los cambios no surgen como consecuencia, de una decisión entre las diferentes alternativas del pasado, sino que ocurren gracias al nacimiento de otras nuevas que hacen que las anteriores sean superadas.


 


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