Págs. 782. La nueva escala en el urbanismo
La parkway norteamericana en la década de 1930. Ya descubrimos anteriormente que en el siglo XIX la construcción iba por delante de la arquitectura en cuanto a expresar, con frecuencia de manera inconsciente, las verdaderas fuerzas constitutivas de ese periodo. Los ingenieros han estado a menudo más cerca de los adelantos futuros que los urbanistas, quienes con demasiada frecuencia se han ocupado exclusivamente de la reorganización del cuerpo de la propia ciudad. Las parkways o “vías parque”norteamericanas -tal como se desarrollaron a comienzos de los años 1920 y en 1930; coincidiendo, por cierto, con el florecimiento de la arquitectura contemporánea en Europa- pusieron de manifiesto en su tratamiento global el hecho de que eran uno de los elementos de la ciudad contemporánea, uno de los elementos nacidos de la visión de nuestra época.
¿Qué es una parkway? La definición de parkwaynunca se ha establecido exactamente. La «definición legal definitiva de una vía parque» -como señalaba Henry V. Hubbard- «es un parque simplificado con una carretera que lo atraviesa. Es decir, una vía parque es primordialmente para la circulación, pero principal o exclusivamente para una circulación placentera.» En este sentido, la vía parque no es algo nuevo. Pero considerada en relación con la ciudad contemporánea, la vía parque moderna -tal como se desarrolló en los Estados Unidos a comienzos de los años 1930- es claramente distinta de la descrita en la definición legal habitual. Como elemento de la ciudad futura, la vía parque reinstauraba los derechos tanto del tráfico rodado como de los peatones; armonizaba las funciones de ambos; al separarlos definitivamente uno de otro, daba plena libertad a ambas circulaciones. De esta separación surgió la ley fundamental de la vía parque: que debe haber una absoluta libertad de movimiento, un flujo circulatorio mantenido uniformemente en todos los puntos sin interrupción ni interferencia.
Para asegurar este flujo constante, no se permitía ningún cruce al mismo nivel, ni los propietarios de las fincas colindantes tenían derecho de acceso directo: en los cruces, las direcciones opuestas o convergentes se organizaban por separado mediante el uso de pasos elevados y de ramales de enlace en “hojas de trébol”. Es interesante señalar que, ya sea por tradición o por coincidencia, las primeras vías parque se crearon en la misma zona que los grandes sistemas de parques de los años 1930: en Nueva York. Hacia 1858, el gran arquitecto paisajista norteamericano, el anciano Frederick Law Olmsted, en su plan para el Central Park de Nueva York, introdujo pasos subterráneos para el tráfico rodado transversal, cortando para ello la calzada en la roca.