Uno de los principales objetivos de la nueva arquitectura moderna, que tuvo que convivir hasta bien entrado el siglo XX (década de 1920), con otras arquitecturas predominantes, era mostrar a través de las nuevas construcciones el zeitgeist o espíritu de la época. Un espíritu marcado por la mecanización, la utilización de nuevos materiales, la ruptura con todo lo anterior y la búsqueda de nuevos modelos. El movimiento holandés De Stijl fue un motor importantísimo en este cambio que se produjo. Creadores como Mondrian, Theo Van Doesburg, J.J.P. Oud o Gerrit Rietveld, establecieron unos nuevos principios de composición elemental, geometría, abstracción, sencillez, integridad, superposición de planos, elementariedad… que inspirados por Wright, tuvo en los Paises Bajos su principal motor de cambio, apoyándose en una continuidad basada en la no participación de Holanda en la I Guerra Mundial.