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Stilarchitektur und Baukunst

  • MUTHESIUS, Hermann
  •  
  • Mülheim-Ruhr : K. Schimmelpfeng
  • , 1902.

BANHAM, R., Teoría y diseño en la primera era de la máquina. Edit. Paidos. Barcelona, 1977.


Págs. 84-93.“La estética fabril” 


La Faguswerke de Alfeld, que Gropius y Meyer comenzaron a proyectar en 1911, y cuya construcción duró hasta 1913, se considera con frecuencia como el primer edificio del Movimiento Moderno propiamente dicho, el final de la fase pionera de la arquitectura moderna. Poca duda cabe de que esta elevada estima se debe, en parte, a la relación personal de Gropius con los historiadores del Movimiento Moderno, y también, en parte, a los accidentes de la fotografía: mediante una selección hostil de fotografías,' es posible hacer aparecer a ese proyecto como no más «moderno» que el barrio de Eppenhausen, por ejemplo, construido por Behrens en 1907. La modernidad de este grupo de edificios es visible, en efecto, sólo en las partes de los dos costados donde el taller mecánico y la central eléctrica presentan paredes vidriadas hacia el Sur. Dado el contraste tan marcado entre estos dos bloques y la convencional regularidad neoclásica de los demás edificios, cabría suponer que —como la estructura informal de la planta y las formas marcadamente esculturales de la planta extractora de polvo hayan sido una consecuencia impensada de la innerste Wesen del programa funcional. El resto de la fábrica concuerda con el alcance y las intenciones de la práctica e ideas corrientes entonces en el Werkbund; pero estos bloques vidriados, con ventanales que se elevan en forma continua a través de tres plantas y enlazan los ángulos del edificio, sin machones en las esquinas, se destacan como innovaciones de importancia, si bien quizá no fueron proyectados hasta comienzos de 1913, cuando Gropius y Meyer ya estaban trabajando en el pabellón del Werkbund para la Exposición de Colonia (1914).


Todavía carecían, sin embargo, del apoyo que podía prestarles la experiencia acumulada en círculos del Werkbund sobre la estética de cerramientos vidriados, y una seria investigación visual sobre este tema no parece haberse intentado hasta comienzos de la década 1920-1930. No obstante, si bien faltaba la práctica, los escritos teóricos de Muthesius se habían adelantado sobremanera a su tiempo. Mucho tiempo atrás, Muthesius había comenzado a reunir ese repertorio de obras maestras novecentistas de cristal y hierro que sería ampliado por Meyer, por J. A. Lux, Lindner y Steinmetz, y que recibiría su forma definitiva en la obra de Giedion Bauen Frankreich, de 1928. Ya en su forma Stilarcbitektur und Baukunst, de 1902, Muthesius enumera el Palacio de Cristal, las dos Bibliothèques de Labrouste, la Galerie des Machines y la Torre Eiffel, y comenta el <> de la Exposición del Centenario de Chicago en mantener el nivel alcanzado por exposiciones anteriores. A este repertorio de obras maestras reconocidas se agrega un elogio general de las estaciones de ferrocarril, mercados cubiertos, museos y grandes tiendas. Y aun cuando no siguió desarrollando esta lista, en ocasión de su participación en un simposio sobre diseño de fábricas publicado en el Jahrbuch del Werkbund correspondiente a 1913, Muthesius afirma:“Buena cantidad de estructuras de ingeniería, puentes, estaciones ferroviarias, faros ysilos son estéticamente aceptables”.


Por otra parte, aunque esta lista incluye estructuras de tipo fuertemente plástico (faros,silos), la precedía una excursión a la manera de Lethaby en el diseño de máquinas que desplaza decididamente el énfasis hacia el otro extremo. “El sentido contrario aparece en la invención de la rueda de bicicleta, con sus radios de alambre y su neumático. En la actualidad nadie encuentra nada anormal en este objeto, y la estructura liviana de los radios nos impresiona por delicada y elegante”.


Podría esperarse un eco de estos sentimientos en el proyectista de las transparencias de la Faguswerke y el pabellón de Colonia, pero cuando las reflexiones humanas e inteligentes de Gropius sobre el diseño de fábricas muestran algunas preferencias estéticas, éstas marchan en sentido contrario a la tendencia de Muthesius: “Comparada con otros países europeos, Alemania posee una clara ventaja en la estéticade edificios fabriles. Pero en la patria de la industria, en los Estados Unidos de Norteamérica, existen grandes edificios fabriles cuya majestad oscurece inclusive lasmejores obras alemanas de esta categoría. Los silos para almacenaje de cereales enCanadá y América del Sur, los depósitos de carbón de los principales ferrocarriles y lasmás recientes fábricas de los trusts industriales estadounidenses pueden comportarse, por su abrumadora fuerza monumental, con los edificios del antiguo Egipto”.


 Y continúa el tema monumental cuando elogia los edificios de Behrens para la AEG calificandolos de Denkmaler vin Adel und Kraft. No es esta la cualidad que Muthesius consideraba admirable cuando seleccionaba, como destinarias de sus elogios, la Torre Eiffel, las estaciones ferroviarias o las ruedas de bicicleta y la posición teórica de este último distaba bastante de contar con el apoyo de los hombres de criterio práctico.


 

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