págs. 150-155. "Entre las obras de arquitectura, una de mis preferidas, sin duda alguna, es el Banco de Santander en Vitoria.
Pocas veces he tenido la ocasión de hacer un edificio de tanta importancia con tanta libertad y en una ciudad que siempre me ha parecido, tanto en su parte antigua, como en su ensanche moderno de las más interesantes de nuestro país. El Banco de Santander, además, debía de edificarse en un lugar excepcionalmente céntrico e interesante de la ciudad, en su ensanchamiento contiguo a la calle Eduardo Dato que como es salbido es la arteria principal del ensanche. Todavía en esta parte relativamente moderna de la ciudad, se conserva el espíritu de la misma y módulos arquitectónicos muy singulares como pueden ser los miradores y cierres de cristal que tanto abundan en Vitoria.
Se hizo el proyecto adaptado a este lugar y al espíritu de la ciudad. La fachada más importante, que mira a la plaza del Arca, está en cierto modo dividida en dos partes, una que coincide groso modo con la plaza del Arca y otra que pertenece a la calle que sirve de continuación a la misma. En la zona que pertenece a la plaza del Arca, se despliegan una serie de elementos de arquitectura diáfana como si se tratara de miradores de acento vitoriano. Estos miradores tienen una estructura de madera y van como los más típicos de la localidad, pintados de blanco. La fachada -continuación de la plaza- así como la calle de San Prudencio, tienen un tratamiento parecido que consiste en muros de piedra donde alternan la sillería labrada con la mampostería y también aisladamente miradores o ventanas más pequeñas que siguen la misma línea.
Igualmente, en Vitoria son frecuentes las fachadas de mampostería y sillería que tienen tradición incluso en la arquitectura más rústica o popular.
Se conjuga también en este edificio el hormigón armado vito que juega un importante papel en elementos aislados pero muy significativos. Las cubiertas aparentes son de pizarra y le dan un sentido señorial al edificio aunque se trate de un ejemplo de arquitectura bancaria, es decir, de oficinas. Se tuvo especial cuidad igualmente en el diseño de la cerrajería, tanto exterior – especialmente en los arcos escarzanos de la planta baja-, como en los interiores de la sala de operaciones, escaleras etc. Se puede decir que en todo se buscó una unidad y una originalidad en la búsqueda de los ambientes interiores.
El edificio del Banco de Santander en Vitoria se proyectó en el año 1975 y fue una de las primeras edificaciones de importancia realizadas por el arquitecto para el grupo bancario que entonces presidía D. Emilio Botin."