Inprimatu

DE ANDA ALANÍS, Enrique X., Candela 1910-1997. El dominio de los límites. Taschen. Colonia, 2009.


p.31 Se trata de una de las obras emblemáticas de la arquitectura moderna internacional y uno de los exitos profesionales más importantes de su autor. Proyectada por el mismo Candela, esta obra maestra del género de membranas polidireccionales de hormigón fue un laboratorio de exploración de las posibilidades espaciales que ofrecía la geometría de los hypars. Sobre un solar en esquina de forma rextangular con el eje mayor norte-sur, y dentro de un barrio residencial de la ciudad de México, se proyectó una planta cuyo acceso se abre al sur ocupando prácticamente todo el espacio. La fachada central se encuentra levemente retranqueada pra evitar que se alineara con las construcciones vecinas, creando así un atrio de acceso; el flanco oriental se inclina con una nave secundaria que precede a una capilla y, hacia el oeste, se abre la iglesia con dos hileras de cuatro columnas torsionadas. No hay crucero, pero sí exaltación del presbiterio mediante la elevación de la estructura y el cambio de la intensidad luminosa. 


Juan Antonio Todaaa, colaborador de Candela en esta construcción. refiere que hay 21 modelos distintos de hypars y ue los que forman la nave principal, se inclinan de tal modeo que la vertical resultante ejerce un empuke ascendiente que hizo necesario aplicar una capa de peso muerto sobre la unión de las dos baterías de hypars enfrentadas. A pesar de este recurso, el efecto interno es de elevación (a la manera gótica), siempre teniendo presente la sensación de ingravidez. Ricard Neutra dijo dentro de la nave que solo dos centímetros le separaban de la divinidad. en este momento del progreso en la concepción mental de las estructuras de hormigón, la tradición constructiva gravitacional ya estaba colapsada; los pesos ya no descendían en vertival desde la cima al subsuelo, sino que la geometríaa de las dobles curvaturass había invertido el sentido de las fuerzas sin poner en riesgo la estabilidad de lo construido. 


Si nos imaginamos las obras de Candela durante su construcción, podemos intuir momentos de gran expectación; el instante, por ejemplo, de la retirada total del molde de madera, que es el momento en que toda la estructura de hormigón se acomoda, se articula y se apoya por sí sola dejando que su peso avance hacia la tierra. Uno puede imaginarse la emoción de Candela y sus colaboradores al ver cómo, al retirar el soporte de madera, iban apareciendo todas esas superficier curvadas, enfrentadas una con la otra, quilibradas sobre postes torcidos; cómo la luz encontraba otras vías de acceso para obscurecer ciertas partes del recinto llenando otros de claridad, y cómo el espacio, que apenas encontraba acomodo entre las figuras geométricas insólitas,  se iba congestionando con la carga dinámica de la ornamentación. Candela decía que el cálculo solo confirmaba la validez de la propuesta geométrica. Ove Arup, amigo suyo y una de las mentes privilegiadas del siglo XX en la aplicación de la matemática al cálculo de estructuras, dino en relación a lo mismo: "el diseño (de la estructura) se inicia con un sentimiento estructural obtenido por medio de la experiencia y guiado por cálculos proximados. En este proceso produce más y  mejores resultados la amplitud para hacer la correcta conjetura inicial, que una gran cantidad de matemáticas".


La naturaleza del espacio interior de la Virgen Milagrosa es absolutamente inédita, nunca antes se había dado algo semejante, ni el mismo Candela pudo haber imaginado el resultado. Se trata de un espacio de alto contenido expresionista, sobre todo por las torsiones de las formas y la gran cantidad de claroscuros generados a partir de lo que aperentan ser superficies planas; esto motiva una diferencia notable respecto al espacio barroco americano, cuya intensidad deviene de las protuberancias de las formas y de los reflejos unidos al claroscuro. Lo nédito aparece porque nadie antes había sido capaz de construir tal cantidad de hypars juntos, diferentes, albeados y formando un "ámbito"; si heos de señalar con precisión los hitos que han marcado el alcance del penamiento arquitectónico contemporáneo, la experiencia de esta inglesia es sin duda uno de ellos. 


No se puede dejar de mencionar la calidad plástica de la concepción de la iluminación y la iconografía, debida casi en su totalidad al arquitecto José Luis Benlliure. La luz penetra, bien sea por rendijas que iluminan muros o cubiertas, o a través de vidrieras policromas: por otra parte, las aplicaciones de mosaico de tipo veneciano y la expresión "angélica" de los personajes religiosos son de una gran calidad artística. 

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