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Centro nocturno "La Jacaranda"

Centro nocturno "La Jacaranda" en Acapulco

  • 1957 -
  •  
  • SORDO MADALENO, Juan
  • CANDELA, Felix
  •  
  • Acapulco. Guerrero
  • México

DE ANDA ALANÍS, Enrique X.,Candela 1910-1997. El dominio de los límites.Taschen. Colonia, 2009.


p.55 "En la bahía de Acapulco, el puerto turístico más famoso de México, y en la zona de la costa que se desarrolló  a partir de 1950, se construyó a mediados de la década de los cincuenta el hotel "El Presidente", un prisma típico del período internacionalista de la arquitectura moderna. El diseño es obra de Juan Sordo Madaleno, arquitecto que se distinguió por la elegancia de las proporciones pero, sobre todo, por el minucioso esmero con que resolvió los detalles. El hotel está sobre el nivel de la Avenida Costera que transcurre al borde de la bahía; varios metros hacia abajo y de cara al mar, Candela depositó la cubierta en hormigón del centro nocturno "la Jacaranda" (hoy en día desaparecido).


Dentro de la abundante obra de Candela hay dos edificios cuya peculiaridad reside en la acertada relación formal con el ambiente acuático: el restaurante "Los manantiales" de Xochimilco y el centro nocturno "la Jacaranda" de acapulco. Este último estuvo situado sobre una terraza al borde de la playa, de tal suerte que sólo una porción de arena y rocas lo separaba del mar. Llegando a la playa el edificio se veía como una manta gigante que, por un golpe de viento, hubiera romado una cúpula tensada y fijada en tres puntos de apoyo. Desde el edificio del hotel, la cubierta lucía como una concha gigante que en nada desentonaba con el ámbito organico de la playa. La decisión de resolver el club nocturno bajo una membrana de hormigón totalmente abierta en sus costados y con esa sensación de masa de aire presionando una cubierta suave, fue una fórmula acertada en contraste con el volumen funcionalista del hotel.


La estructura de "La Jacaranda" fue una bócveda de aristas formada por las intersecciones de tres hypars, apoyados en tres puntos cubriendo una planta ligeramente triangular de alrededor de 300 m2. El interior constaba de tres plataformas para comedor y una pista de baile, los servicios sanitarios y el bar se encontraban en un local anexo e independiente de la bóveda. El paraboloide que se abría directamente al mar tenía un corte forntal de 45 grados, de tal forma que la zona interna siempre estuvo protegida de la luz directa del sol. Si en algún momento hubiera que hablar de sencillez estructural y del despliegue mínimo, pero justo de recursos  físicos con los que la arquitectura del siglo xX transformó la naturaleza, la estructura de "la Jacaranda" de Acapulco ocparía un puesto muy importante.


En el escrito "En defensa del formalismo", redactado quizá simultáneamente al desarrollo de esta obra. Candela insistió en la importancia de la intuición como camino para llegar a la solución de la forma. Su posición siempre fue a favor de usar el cálculo estructural para comprobar lo acertado en la configuración estructural, pero no como el medio per se para definir las características de la estructura. La tendencia actual, criticaba Candela, era pretender "que los cálculos estructurales sean capaces de darnos la forma de una estructura".


 

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