"Es la primera obra de Puig i Cadafalch en Barcelona, después de algunas obras realizadas en Mataró y Argentona. Se trata de una reinterpretación de la casa gótica: la planta baja está destinada a la cervecería “Els Quatre Gats”, punto de encuentro de las élites intelectuales más cosmopolitas del modernismo, los “enamorados del norte”, en palabras de Opiso. La planta noble se destina a la vivienda de los propietarios y las plantas tercera y cuarta a viviendas de alquiler. Puig recoge la vocación septentrional de los promotores con una composición basada en el gótico nórdico: una gran fábrica de ladrillo con profusos adornos de piedra, sustentada por siete grandes arcos ojivales y coronada por una galería bajo un gran alero, con esculturas de Josep Llimona y Eusebi Arnau, y forjas de Manuel Ballarín. Las tribunas de la planta noble y de la puerta principal incorporan una densa ornamentación flamígera. La casa se convierte en un potente punto de atracción de la sensibilidad propia de sus promotores."