CENICACELAYA, J. RUIZ DE AEL, M., SALOÑA, I.,
El gusto neoclásico. Arquitectura del País Vasco y Navarra.
Edit. Nerea. San Sebastián, 2014.
pags. 87-91 "Ya en los epílogos del neoclasicismo, nos encontramos con el edificio más antiguo de todos aquellos que representan en la actualidad a las Diputaciones vascas, nos referimos a la Diputación Foral de Alava. De tardía y complicada realización, debido a la inestabilidad que provocaron las guerras carlistas durante este período cronológico, dicho edificio recibió el elogio del momento por parte de la crítica más especializada.
En el proyecto original del arquitecto vitoriano Martín Saracibar, que podemos conocer gracias a la pintura de Juan Angel Sáenz, se nos muestra un edificio que mantiene las constantes de sencillez, autonomía de los cuerpos, simetría y volúmenes de fuerte presencia que acentúan las luces y las sombras. Lástima que dicho proyecto fuera transformado años más tarde por el mismo arquitecto, añadiendo una planta superior, que a mi juicio le quita el carácter original.
El encargo parece que venía de largo, y ya en 1823 se habla de la necesidad de contar con un nuevo edificio, puesto que la tradicional institución de la Diputación, no disponía de un espacio propio para realizar sus reuniones, teniendo que acudir para ello al desaparecido Convento de San Francisco de la capital alavesa. Habiéndose celebrado así mismo reuniones de las Juntas Generales de Alava, en la casa del Diputado General y en algún que otro palacio como el del Conde de Villafuerte en la calle de la Pintorería.
La nueva edificación, enmarcada en una operación urbana de ampliar el espacio de la ciudad hacia el sur, se realizó en un solar situado extramuros, pero muy próximo al núcleo medieval. El nuevo edificio foral, tiene desde su origen un sentido de representación ciudadana. Su fachada principal, orientada a la ciudad antigua, se apoya en una plaza delantera, que desahoga el compacto núcleo medieval, al igual que lo hiciera con anterioridad la plaza del ayuntamiento, con la diferencia de que al no estar cerrada, se integra de forma más natural en el entorno, transformado el lugar con su presencia, sirviendo así mismo como telón de fondo.
Siguiendo el proyecto originario, la planta del edificio es de forma rectangular y en ella destaca en la parte trasera el volumen absidial del salón de plenos. Posee en fachada tres cuerpos diferenciados. El cuerpo central retranqueado, de mayor altura, al que se accede por medio de una escalinata representativa, que da paso a un pórtico adintelado tetrástilo de columnas toscanas, por el que se llega a un atrio de recepción y distribución. Y dos cuerpos laterales, con un zócalo rasgado horizontalmente, donde se abren vanos y tres balcones, que se destacan hacia delante del cuerpo principal, avanzando a modo de Cour d´Honneur.
Como ya hemos señalado con anterioridad, el proyecto de Martín Saracibar en este largo período de ejecución, tiene dos planteamientos diferentes. El primero de una sola planta que corresponde al proyecto de 1833 con un carácter marcadamente neoclásico y el añadido de la segunda planta por el propio Saracibar, obra que se finalizó en 1858. Este trabajo posterior modifica sustancialmente el proyecto original. Y si bien solucionó momentáneamente un problema de espacio representativo y administrativo, éste último todavía hoy en día no ha acabado de crecer, con la rehabilitación y construcción de nuevos edificios en torno al solar original. El purista proyecto, queda por tanto desbancado por la necesidad, añadiéndose no sólo una altura a los cuerpos construidos inicialmente, sino también complementos ornamentales que no aparecen en el proyecto original y han ido en detrimento de la primitiva belleza.
El espacio público frente a la Diputación, ha sido completado con jardines y figuras escultóricas de personajes notables en la defensa de los fueros alaveses, modificándose con cierta asiduidad el mobiliario urbano, ubicando y reubicando los distintos elementos de la plaza. Cambios y variaciones que también se han producido en el interior del palacio, buscando un equilibrio entre la solemnidad inicial de estos espacios y la cada vez más apreciada funcionalidad".