CAMPBELL James W.P., La biblioteca. Un patrimonio mundial. Edit. Nerea. San Sebastián, 2013.
pág.158. "Juan V de Protugal pudo permitirse sufragar construcciones sinuosas gracias a las enormes reservas de oro descubiertas en Brasil. Así que cuando, el rector de la Universidad de Coimbra le escribió solicitándole un donativo para ampliar las pobres instalaciones que albergabanentonces la biblioteca de la institución, recibió con asombro la respuesta de que el rey prefería un plan mucho más ambicioso; deseaba proporcionar a la universidad un nuevo edificio completo que además se dotara con una esplénda colección de libros a la altura de la construcción. El plan propuesto conlleva la ampliación del patio del palacio ya existente en un tercio de sus dimensiones, de forma que se pudiera acceder directamente desde dicho patio a la biblioteca que se construiría encima del edificio previo. No se escatimarían gastos. El resultado fue una biblioteca Barroca de extraordinaria opulencia cuyo interior estaba recubierto de pan de oro y decorado con pinturas, obras de estucado y esculturas de gran valor.
El edificio se divide en tres salas. No existe una justificación estructural evidente para esta insólita división, sino que todo sirve al propósito de coneguir el efecto deseado. Cada una de las salas es portadora de un significado diferente. Este mismo objetivo podría haberse logrado, como se hizo en otros lugares, con una única estancia, cuyo techo estuviera dividido en tres campos diferentes, pero sin duda tres salas resultan más espectaculares y los tabiques de madera que dividen el espacio proporcionan espacio adicional para más estantes. Otra utilidad de estos tabiques es la de ocultar unas estanterías rectas que dan acceso a las galerías laterales.
La primera sala aparece iluminada únicamente desde un lateral debido al ala comunicante, mientras que las demás reciben luz por ambos lados. El techo resultante, es que la biblioteca se va haciendo cada vez más luminosa. La primera estancia contenía libros de historia y literatura, la segunda de derecho y ciencias naturales, y la tercera de teología y derecho canónico. En la primera el techo muestra a unos querubines con libros procedentes de las cuatro partes del mundo (Africa, Asia, Europa y América). La imagen incluye la leyenda "Regocíate en que estos libros decoren las estanterías". El techo de la segunda sala va regido por una figura a la que un letrero identifica como "la universidad, rodeada de sus atributos. Honor, Virtud, Fortuna y Fama". En torno a estos atributos podemos contemplar otras figuras que representan a autores latinos - Virgilio, Ovidio, Séneca, Cicerón - en referencia a las raices clásicas de la formación universitaria. La última sala la preside un enorme retrato del monarca, rodeado de trompetas y coronas que no deja lugar a dudas sobre quien fue el responsable de aquella empresa. El techo de la estancia simboliza el afán enciclopédico de sintetizar la totalidad del conocimiento. Las facultades de Teología, Derecho, Naturaleza (Medicina), Matemáticas, Filosofía, Bellas Artes y Música aparecen todas representadas. La madera de las estanterías está pintada de distinto color según la habitación - verde en la primera, rojo en la segunda y negro en la tercera - además de estar completamente cubierta de una rica decoración que imita la técnica del lacado chino.
La construcción de tan esplendida biblioteca se inició en 1717. Los trabajos de cantería se concluyen en 1722, con las obras del interior ya comenzadas. Se contrató a dos artistas lisboetas Antonio Simoes Ribeiro y Vicente Nunes, para pintar el techo y se encomendó a un espacialista endecoración, Manuel da Silva la labor de los lacados de imitación. Cuando todo ello estuvo terminado, el ebanista italiano Francesco Realdino construyó seis mesas magníficamente ornamentadas. El conjunto estuvo finalizado en 1728."