Inprimatu

FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la Arquitectura Moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1993.


págs. 144-150. El año 1917 presenció la creación de la famosa silla Roja/Azul diseñada por Rietveld. Esta simple pieza de mobiliario, basada en un sillón-cama plegable tradicional, aportó la primera oportunidad para una proyección de la estética neoplástica en tres dimensiones. En su forma, las franjas y planos de las composiciones de Van der Leck eran realizadas ahora como elementos articulados y desplazados en el espacio. Aparte de su articulación, la silla se distinguía por su uso exclusivo de colores primarios junto con un marco negro, combinación que, con la adición de gris y blanco, se convertiría en el esquema estándar de color del movimiento De Stijl. Su estructura permitió a Rietveld demostrar una organización arquitectónica abierta que estaba manifiestamente libre de la influencia de Wright. Todavía predicaba una Gesamtkunswerk, pero una que estuviera libre de las analogías biológicas del simbolismo sintético del XIX, es decir, del Art Nouveau. Pocos colegas de Rietveld, por no decir ninguno, pudieron haber previsto todo el potencial de las modestas piezas de mobiliario que éste siguió diseñando entre 1918 y 1920: el bufete, el cochecillo para bebés y la carretilla que, como derivados directos de la silla Roja/Azul, se montaban a base de listones y planchas rectilíneas de madera, simplemente ensambladas. No obstante, ninguna de estas piezas anticipó plenamente el entorno arquitectónico intentado por Rietveld en su diseño para el estudio del doctor Hartog, construido en Maarssen en 1920. En esta obra, cada pieza de mobiliario, incluido el aplique de luz suspendido, parecía "elementarizado", y el efecto consistía en implicar, como las posteriores pinturas de Mondrian, una serie infinita de coordenadas en el espacio. 


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CURTIS William. J.  La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 


Págs. 149-159.“El cubismo, de Stijl y las nuevas concepciones del espacio” 


Una obra capital del primer De Stijl fue el diseño de la silla roja-azul por parte de Rietveld pues con él se intentó encontrar un equivalente prácticoen tres dimensiones de uns pintura rectilínea abstracta. No cabe duda de que Rietveld recibió cierto estímulo de los primeros diseños de muebles de Wright (que tenían su propia genealogía en los ieales arts & crafts, la madera contada a máquina y la sencillez japonesa) pero en este caso el significado era un poco diferente. A pesar de que la silla era claramente un objeto singular y hecho a mano, pertendía tener la significación simbólica de un prototipo de arte maqunista y el carácter de un objeto estandarizado que manifestaba "la necesidad del numero y la medida, de la limpieza y el orden, de la estandarización y la repetición de la perfección y el buen acabado".  Los detalles de los montantes y los travesaños de la silla sugerían que cada elemento flotaba independientemente del otro, con la consecuencia de que todas las partes estaban suspendidas en un espacio tangible y contínuo. Probablemente este se concibió como una especie de equivalente tridimensional del espacio de las pinturas de Mondrian,  con esas líneas "que se extendían hacia el infinito". Pero la importancia de esta concepción espacial en la mente de los artista de De Stijl fue decididamente trascendental, se consideraba la auténtica concepción espacial del siglo XX: "una apariencia opticamente inmaterial, casi flotante". Este ideal iba a combinarse particularmente bien con las posibilidades de la construcción, con los voladizos de hormigón y con los efectos vibrantes y transparente del acristalamiento industrial en la arquitectura. 

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