DE ANDA ALANÍS, Enrique X., Candela 1910-1997. El dominio de los límites. Taschen. Colonia, 2009.
p.27 En un barrio de la Ciudad de México que en la década de 1950 pasó de ser residencial aristocrático a zona de galerías, restaurantes y centros nocturnos, se constuyó esta membrana de hormigón armado para alojar un cabaré. El interés que tiene esta obra (actualmente deaparecida), es el impulso a la diversificación de los cascarones de Candela, así como el inicio de ma modificación del espacio urbano con estructuras arquitectónicas ajenas a la morfología geométrica del racionalismo. El porpietario quería hacer un restaurante con área de baile dentro de un jardín, caracterizado por el árbol de jacaranda que después dio el nombre al lugar. Tradiconalmente este tipo de espacios había encontrado acomodo dentro de los hoteles, de tal suerte que la edificación ex profeso de una sala de baile de alto nivel social no era un tema frecuente en la Ciudad de México. Resulta peculiar la coincidencia de la planta de este edificio con el que Oscar Niemeyer había usado diez años antes en la "Sala de baile", que proyectó a orillas del lago Pampulha en Belo HOrizonte, Brasil.
La planta de este centro nocturno era un semicñirculo cuyo espacio estaba dedicado al érea de restaurante y a la pista de baile. Adosados hacia el exterior estaban los servicios sanitarios, el bar y la cocina. El volumen del edificio en forma de cuarto de esfera se vinculaba con el jardín por medio de dos aberturas, una formada por la intersección de un cilindor de planta triangular que abrigaba " la fuente del deseo" y la otra era un hypar que se abría hacia una casada artificial. El cascarón era un cuarto de esfera con abertura total hacia el árbol de la jacaranda en la parte frontal del edificio.
Esta estructura, junto con la bóveda del Centro Gallego del mismo año, fueron las únicas cubiertas sinclásicas que construyó Candela; la razón puede que radicara en el alto costo del armado de la cimbra. Para una superficie esférica o elíptica ( como el de la Jacaranda) el molde tenía que hacerse recortando cerchas de madera cada una de distinta medida que, al colocarse en paralelo, iban generando la forma esférica. La madera de las cerchas no era reutilizable, además de que su elaboración requería más tiemo que el procedimiento habitual ideado para los Hupars. La diferencia en el armado de moldes para las anticlásicas, era que las duelas de madera (reuitilizadas de 2 a 4 veces), se iban tendiendo sobre los puentes de apoyo; la madera, al ir generando la superfice, seguía exactamente la geometría del hypar.