Inprimatu

Strada Nuova. Biennale de Venecia

  • 1980 -
  •  
  • MOORE, Charles Willard
  • HOLLEIN, Hans
  • BOFILL LEVI, Ricardo
  • KRIER, Leon
  • VENTURI, Robert
  •  
  • Venecia
  • Italia
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CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006


Pág.589-613“ El pluralismo de los años 1970” 


El movimiento posmoderno no era ni mucho menos algo únicamente propio de Norteamérica, como muy bien pusieron de manifiesto dos acontecimientos del mundo arquitectónico occidental en 1980. El primero fue una exposición celebrada en la bienal de Venecia el verano de este año y titulada ‘La presencia del pasado’. El núcleo de la muestra era una calle interior (La Strada novissima) flanqueada por variaciones de fachadas clásicas en forma de grandes maquetas de madera pintada, diseñadas por una selección de arquitectos de varios centros Europeos así como de los Estados Unidos (entre los participantes estabanGraves, Leon Krier, Hans Hollein y Paolo Portoghesi).


Otro gesto público del nuevo eclecticismo fue una reedición del concurso de 1922 para el Chicago Tribune, planteado más o menos como un ardid literario. Los concursantes (que procedían de todas las partes) se dieron un festín de historicismo, comparado con el cual el acontecimiento original parecía relativamente comedido. La bien organizada industria editorial se ocupó de que las nuevas modas y las frases en candelero se difundiesen rápidamente. Se alertó al mundo comercial de la presencia de una nueva moda de diseño, pero más allá del juego superficial había en marcha algo más: la aparición de una avant-garde passéiste (‘vanguardia partidaria del pasado’) que indicaba una pérdida de confianza en el proyecto moderno, tanto el social como el arquitectónico.


El movimiento ‘posmoderno’ fue muy promocionado y debatido a finales de los años 1970 y comienzos de 1980, pero era solo una entre diversas tendencias simultáneas, y había ciertos recursos estéticos, como la fragmentación, que cruzaban las líneas divisorias.


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TRACHTENBERG Marvin , HYMAN Isabelle ., Arquitectura. De la Prehistoria a la Modernidad.Akal. Madrid, 1990.


pág. 704-705. La exposición de 1980 The Presence of the Past que formaba parte de la Bienal de Venecia, recogía los sentimientos y estilo del movimiento posmodernista en su muestra principal La Strada Nuovissima. Se trataba de una calle que tenía veinte fachadas que habían sido diseñadas por Robert VENTURI, Charles MOORE, Ricardo BOFILL, Hans HOLLEIN y Leon KRIER entre otros. Dicha calle presentaba algunos de los diseños característicos asociados al postmodernismo, particularmente los órdenes clásicos interpretados de una manera exagerada y lúdica. En 1980 la plaza Central de la Exposición Internacional de la Biennale de Venecia fue la Strada Nova. Una calle estilo hollywoodiennse de fachadas simuladas y erigidas en el enorme arsenal del cinqueccento, estando cada una de las veinte fachadas (y los puestos de exposición que había tras ellas) diseñada por un arquitecto diferente del Segundo Modernismo entre ellos Venturi y Moore. La Strada Nuova proporcionó una revelación asombrosa al público, así como a los mismos arquitectos, de un nuevo estilo internacional dinámico, seguro de sí mismo y de una sorprendente amplitud y profundidad. Aunque el mundo los había alcanzado Venturi y Moore eran los espíritus que guiaban la muestra. El tema oficial de la exposición que más tarde viajó a Paris y los Angeles fue la presencia del pasado. El segundo Modernismo brotó no sólo con la exposición sino con los edificios reales, incluyendo algunos proyectos monumentales imponentes que sobrepasaban con mucho la obra temprana experimental de Moore y de Venturi. Los arquitectos están dejando de ver en su profesión una especialización restringida y amplían su campo de diseño al igual que los profesionales de comienzos del siglo XX. Parece ser que no existe nada tan pequeño como para no merecer la atención de los mejores arquitectos mundiales. Después de todo, un encargo es un encargo, ya sea de reloj o de una catedral. Uno se puede preguntar porqué los arquitectos pierden el tiempo con artículos tan insignificantes como candelabros o platos. De ambos lados del Atlántico se han abierto tiendas que sólo venden productos diseñados por arquitectos. Arquitectos de la fama de RobertVENTURI han diseñado teteras y candelabros. Aldo ROSSI y Michael GRAVES ambos han diseñado hervidores y ahora se están dedicando a los relojes de pared y de pulsera. Sus artículos a la última moda se corresponden con losobjetivos de la Werkbund, fundada 80 años atrás. --- El movimiento posmoderno no era ni mucho menos algo únicamente propio de Norteamérica, como muy bien pusieron de manifiesto dos acontecimientos del mundo arquitectónico occidental en 1980. El primero fue una exposición celebrada en la Bienal de Venecia el verano de ese año y titulada “La presencia del pasado”. El núcleo de la muestra era una calle interior (la Strada Novíssima), flanqueada pro variaciones de fachadas clásicas en forma de grandes maquetas de madera pintada, diseñadas por una selección de arquitectos de varios centros europeos así como de los Estados Unidos (entre los participantes estaban Graves, León Krier, Hans Hollein y Paolo Portoghesi). El otro gesto público del nuevo eclecticismo fue la reedición del concurso de 1922 para el Chicago Tribune, planteado más o menos como un ardid publicitario. Los concursantes (que procedían de todas las partes) de dieron un festín de historicismo, comparado con el cual el acontecimiento original parecía relativamente comedido. La bien organizada industria editorial se ocuñó de que las nuevas modas las frases en candelero se difundiesen rápidamente. Se alentó al mundo comercial de la presencia de una nueva moda de diseño, pero más allá del juego superficial había en marcha algo más; la aparición de un avant-garde passéiste o vanguardia partidaria del pasado, que indicaba una pérdida de confianza en el movimiento moderno, tanto el social como el arquitectónico.


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FRAMPTON Kenneth.,  Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987. 


Pág.284-316-“Lugar, producción y escenografía; práctica y teoría internacionales desde 1962” 


Año tras año, el populismo norteamericana parecía ser cada vez más difuso en sus parodias eclécticas  : desde los caprichos Art Déco de, por ejemplo, la casa Brant  (en Greenwich, Connecticut, 1971) de Venturi  , y la casa Ehrman  (en Armonk, Nueva York, 1975) de Stern  , estrechamente relacionada con la anterior, hasta el denominado 'maquinismo popular'  (en realidad, neo-Art Déco) de los rascacielos de vidrio típicos  de Helmut Jahn  , edificios altos y con muros cortina modelados como gigantescos órganos Wurlitzer  . Éstas y otras divagaciones populistas indicaban que la simplicidad purgante de «lo estúpido y lo corriente»  (en palabras de Venturi) ya se habían dejado atrás  , junto con las casas Trubeck y Wislocki  , tan escasamente elegantes, que Venturi  había realizado en Cape Cod en 1970.


Simulando escenograficamente los perfiles de lo clásico y lo vernáculo y con ello,reduciendo la tectónica de la construcción a una simple parodia, el populismo tendía a socavar la capacidad de la sociedad para continuar con una cultura significativa de la forma construida.  La consecuencia de esto para la arquitectura en su conjunto fue una desviación seductora pero decisiva hacia una especie de 'patetismo chabacano'  , por usar la valoración acertada pero ambigua de Jencks  acerca de los efectos teatrales creados por Moore y Turnbull  en sus diseños para el Kresge College  (1974) en el campus de Santa Cruz de la Universidad de California. El cinismo que motivaba en última instancia semejantesoperaciones escenográficas fue luego abiertamente admitido por Moore , sobre todo en su descripción del proceso de diseño que llevó a la Piazza d'Italia  (1979) de Nueva Orleans, En1981 escribió:


Recordaba que los órdenes arquitectónicos eran italianos, con algo de ayuda de los griegos, y por ello pensamos que podríamos poner columnas toscanas, dóricas, jónicas y corintias por encima de la fuente, pero la tapaban, desdibujando la forma de Italia. Así que en lugar, de esa añadimos un 'orden de charcutería’ que pensábamos que podría parecerse a las salchichas que cuelgan de un escaparate, ilustrando así su situación un poco de dinero, así que pensamos en darnos el gustazo de levantar un frente de templo para indicar que nuestra piazza estaba ahí detrás. También hubo suficiente dinero para levantar un campanario junto al templo para manifestar así nuestra presencia y para que hiciera juego con las verticales del rascacielos que hay detrás. Algún día habrá tiendas alrededor, como en la plaza Ghirardelli, pero por el momento todo está aislado y un poco solitario


De su conjunto Sea Ranch (1964-1966), en Sonoma County, California, nada más terminarlo-, las obras domésticas de Frank Gehry  , sobre todo su propia 'anticasa' deconstruida (compárese con la 'antipintura' de Marcel Duchamp). Levantada en Santa Mónica en 1979, introdujeron un elemento genuinamente subversivo en la complaciente decadencia de la arquitectura populista norteamericana.  Sin embargo, esta resistencia creativa fue más que compensada por la absorción incondicional de dicho populismo norteamericano por parte de la corriente dominante europea  , una transferencia cultural efectuada por Paolo Portoghesi  en la sección de arquitectura de la Bienal de Venecia de 1980, que llevaba el seductor título doble de 'La presencia del pasado' y 'El final de la prohibición'. Resulta significativo que las fachadas de tamaño natural de la strada novissima  de Portoghesi  en el edificio del Arsenal  (figura 311) fuesen realizadas por decoradores de la industria cinematográfica italiana. La única excepción  fue el diseño de Leon Krier  , quien -sin duda por deferencia 'moral' a su admirado Heinrich Tessenow  (véase el libro de este último Handwerk und Kleinstadt  , 'La artesanía y la ciudad pequeña', de 1910)- insistió en construir su fachada con materiales reales.


 

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