CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006.
Págs. 351-369“Las críticas totalitarias al Movimiento Moderno”
Una ampulosidad y un militarismo similares inspiraban el vasto Estadio Olímpico y sus edificios anexos (1936), situados a las afueras de Berlín. Este conjunto tenía la función propagandista adicional de impresionar al mundo con el renovado poderío alemán. Los monumentos nazis eran un poco como la oratoria de Hitler: enérgica, las críticas totalitarias al movimiento moderno repetitiva, pero en definitiva banal. Pretendían acallar la oposición con manifestaciones de una concordancia y una forma arrolladoras, Speer satisfacia las fantasías de Hitler y, en cierto sentido, llegó a ser el propio intérprete arquitectónico del Fuhrer.
---
PEEL Lucy, POWELL Polly, GARRET Alexander., Introducción a la Arquitectura del siglo XX. CEAC. Barcelona, 1990.
Págs.66-69.“Arquitectura estatal”
Paul Ludwig Troost fue nombrado arquitecto estatal, y construyó un grupo de edificios inspirados en el renacimiento para el partido nazi, en Munich. Su sucesor Albert Speer, que diseñó el estado Zeppelinfeld para las carreras de Nuremberg de 1934 en adelante. Speer quería que sus edificios se aguantasen mil años, por ello prefirió utilizar bloques gigantes de piedra como los antiguos romanos y no hormigón armado o acero. Todo lo que construyó era a escala imponente. Empezó un segundo estadio, el Deutsches Stadion, que albergaría 405.000 personas una vez acabado. Planeó una sala de reuniones para el centro de Berlín con una cúpula de 250 m de ancho, tres veces mayor que cualquiera otra del mundo. Speer planeó la construcción de un nuevo centro par Berlín, inspirándose en el estilo que caracterizaba la Roma imperial, pero ese plano así como la mayor parte de los demás nunca fueron llevados a su realización práctica.
---
RIVERA, David., La otra arquitectura moderna.Expresionistas, metafísicos y clasicistas. 1919 - 1959. Edit. Reventé. Barcelona, 2017.
Págs. 267 – 303.“La arquitectura del nazismo”.
Tras el éxito obtenido con el Zepperlinfeld, Speer siguió proyectando ambiciosos edificios para el conjunto, entre los que destacaba el impresionante Deutsche Stadion (‘Estadio alemán’;proyecto de 1937, no construido)....
... Probablemente, las únicas obras arquitectónicas construidas en la época nazi que pueden denominarse con justicia colosales sean los dos mayores edificios que se levantaron en Berlín a mediados de los años 1930: el Olympiastadion (‘estadio olimpiático’) y el aeropuerto de Tempelhof; por fortuna ambos se conservan, lo que permite hacerse una idea del efecto concreto que sobre el ciudadano habrían tenido la escala y la textura de Germania. Los dos edificios se construyeron con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de 1936, que se habían adjudicado a Berlín en 1931, justamente en la ultima época de la República de Weimar. Hitler quiso convertir el acontecimiento internacional en una gran operación de propaganda y movilizó todos los recursos disponibles para levantar en poco tiempo una serie de nuevas estaciones para el ferrocarril metropilotando de cercanías, el S-Bahn (incluida la del estadio olímpico, un austero proyecto racionalista de Alfred Ganander, el mejor arquitecto en la historia del metro de Berlín), un gran centro de exposiciones, un aeropuerto internacional y un nuevo complejo olímpico situado en la periferia al noroeste de la ciudad.
...El Olympiastadion y sus edificios anexos forman un conjunto más monumental todavía, aunque en este caso situado muy lejos del centro urbano. El arquitecto del estado, Werner March, había construido en 1928 los edificios clasicos del Deutshces Sportforum muy cerca de allí. El nuevo estadio sustituirá al viejo Deutshces Stadion construido en 1907 por Otto March, padre del nuevo arquitecto. March hijo quiso convertir el nuevo proyecto en un ejemplo de vidrio, pero Hitler no estaba dispuesto a permitir que su gran pieza de exhibición para los juegos olímpicos careciese de la necesaria monumentalidad. Probablemente debido a que March era miembro del partido nazi desde 1933, el dictador aceptó que continuase en su puesto, pero exigió tanto una ampliación en el tamaño del estadio como un cambio en su lenguaje. Según Speer, Hitler amenazó con cancelar los juegos si no se aceptaban sus exigencias estilísticas, y el propio Speer dedicó numerosas horas de trabajo nocturno para diseña el revestimiento pétreo y las superficies geométricas desnudas que proporcionarían al estadio su imponente solemnidad. […]
---