Inprimatu

Villa Mairea

  • 1938 - 1939
  •  
  • MARSIO, Aino Maria
  • AALTO, Alvar
  •  
  • Noormarkku
  • Finlandia
imagenes/6691_1_33010937.jpg imagenes/6690_1_33010936.jpg imagenes/6689_1_33010935.jpg imagenes/9916_1_36010307.jpg obras/8297_57_36010308.jpg imagenes/6695_1_33010941.jpg imagenes/6697_1_33010944.jpg imagenes/5458_1.jpg imagenes/5454_1.jpg imagenes/5456_1.jpg imagenes/9921_1_36010311.jpg obras/8297_8.jpg obras/8297_46_33010938.jpg imagenes/6688_1_33010934.jpg imagenes/5459_1.jpg imagenes/9919_1_36010309.jpg imagenes/9922_1_36010312.jpg imagenes/6694_1_33010940.jpg imagenes/6687_1_33010933.jpg imagenes/6696_1_33010942.jpg imagenes/6698_1_33010943.jpg imagenes/6700_1_33010947.jpg imagenes/9920_1_36010310.jpg obras/8297_54_33010946.jpg imagenes/6699_1_33010945.jpg obras/8297_47_33010939.jpg

COLQUHOUN Alan., en La arquitectura moderna. Una historia desapasionada. Gustavo Gili.Barcelona. 2005. 


Págs. 193- 207.“Neoclasicismo orgánicismo y el estado del bienestar: La arquitectura en Escandinavia, 1910-1965”


En la villa Mairea en Noormarkku (1937- 1939), unos muros tensos y curvos con revestimiento de madera contrastan con otros de bordes nitidos, de ladrillo pintado en blanco. En el salón -que, al igual que la casa Tugendhat de Mies, combina distintas zonas de estar dentro de un único espacio-, unas pantallas de postes de madera agrupados al azar se convierten en metonimias del pinar visible a través de unos ventanales con lunas de pared a pared, creando así una síntesis de la tecnología moderna, la artesanía y la naturaleza. Este edificio, con sus elementos insólitamente yuxtapuestos y sus metáforas de la naturaleza, suponía una desviación radical de la lógica lineal de la nueva objetividad.


La villa Mairea fue construida para los empresarios Harry y Maire Gullichsen, para quienes Aalto trabajaba como arquitecto desde 1934, habiendo construido ya la fábrica de papel de Sunila y las viviendas de los trabajadores de la compañía (1936- 1939).


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CURTIS William. J.  La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 


Págs.329-349.“La expansion de la arquitectura moderna en Gran Bretaña y Escandinavia” 


Tal vez la obra más representativa de esta fase de la evolución de Aalto sea la Villa Mairea (1938-1941), constuida para Maire y Harry Gullichsen como una especie de villa, casa de invitados y retiro rural en Noormarkku. Los Gullichsen eran inmensamente ricos y dijeron al arquitecto que debía considerar el encargo como “una casa experimental”. Según parece, Aalto se planteó la villa Mairea como una oportunidad de reunir muchos de los temas que le habían estado preocupando en los años precedentes, pero que no siempre había podido introducir en edificios reales; de un modo muy similar, Le Corbusier había aprovechado la oportunidad ofrecida poruna acuadalada clientela para condensar en la villa Saboya los impulsos que le obsesionaban.


La planta de la Villa Mairea tiene forma de L modificada, un tipo que Aalto ya había usado con frecuencia y que volvería a usar a menudo. Era un esquema que creaba automáticamente un recinto semiprivado a un lado y un borde más exclusivo y regular, enfrentado al mundo público, en el otro; recordaba vagamente las casas de las granjas finlandesas, con “semipatios” que definían una comunidad volcada sobre sí misma y protegían a los habitantes y los animales de los vientos invernales. En la Villa Mairea, el césped y la piscina estaban situados en el ángulo de la L, con una serie de habitaciones orientadas hacia él. Las horizontales y los aleros de la composición principal eran un eco del plano del suelo, y la piscina curva armonizaba con la tipografía del bosque cercano. En contraste con estos rasgos “blandos” la fachada principal tenía un tono más rígido y ceremonial, e incluso poseía una especie de marquesina reelaborada en un lenguaje de pégola de jardín con ataduras, postes y tablillas.


Los interiores de la Villa Mairea estaban ricamente articulados con madera, piedra y ladrillo. Los espacios eran de tamaños variados, desde los espléndidos hasta los de una cabaña. El dormitorio principal estaba en el pináculo de la casa, con estupendas vistas del bosque y al estudio de pintura de Maire Gullichsen también se le dio cierto relieve. La planta baja era abierta y estaba en contacto permanente con el jardín. El salón, el comedor y la biblioteca fluían con soltura unos en otros, separados tan sólo por ligeros cambios de nivel o delicadas mamparas a modo de cercas. Los detalles de la villa Mairea sacaban al máximo partido las operaciones de tejer, envolver, atar y esterar con materiales tanto naturales como artificiales. Los postes que sostienen la marquesina de entrada están adornados con correas, mientras que los situados a ambos lados de la escalera principal se fijaron con pequeñas cuñas de madera. Aalto parece haberse complacido en una virtual “mitología del bosque” con respecto a la naturaleza de la estructura y el cerramiento, explorando distintos estados de la madera: desde las ramas toscas y las fibras hechas con ramitas partidas, hasta cilindros y tablones lisos.  Por un extremo, la casa descendía hacia una especie de ala “rústica” que envolvía por dos de los lados la piscina y contenía la sauna.  Esta ala por sí sola era emblemática de las crecientes preocupaciones “naturistas” de Aalto; evocaba una empalizada de madera con una cubierta plana volada rematada por una capa irregular de hierba. El espíritu de esta cabaña nórdica primitivista que se cierne sobre una oscura balsa de agua y está rodeada de pedruscos no podía estar más lejos del pristino solárium de la Villa Saboya, en sus evocaciones mediterráneas y sus imágenes nítidas y maquinistas. Pero en detalles como éstos, cada uno de los arquitectos conseguía condensar toda una visión del mundo y revelar su capacidad para transformar los rituales de la vida de clase media alta en materia para un sueño arquitectónico duradero.


La Villa Mairea estaba organizada como una serie de capas con metafóricos temas estructurales que se desplegaban a medida que se iba desde la entrada hasta el jardín, pasando por los interiores. Por ejemplo había ingeniosos juegos entre las columnas tubulares de acero,los pilares de hormigón, los postes de madera,  las vallas y los troncos de los árboles, se pasaba gradualmente por elementos estructurales modernos para llegar a la rusticidad informal de los palos y las estacas que cerraban el lugar por detrás. Estos detalles reforzaban una polarización subyacente entre “lo artificial” y “lo natural”. Las curvas de las formas libres de la villa Mairea adoptaban también varias identidades al tiempo que guiaban la figura humana casi físicamente a través del edificio. Se empezaba en la forma biomórfica de la marquesina de entrada y se acababa en la piscina serpenteante, pero por el camino había otras varias versiones de curvas que resolvían múltiples direcciones; el murete bajo de la entrada, la figura orgánica del primer escalón o la doble curvatura del ala privada de los Gullichsen. El recorrido sinuoso tal vez representaba la ingeniosa interpretación que hacía Aalto de una recepción vespertina en la que las formalidades de los invitados de la ciudad podían abandonarse para acabar en la amenidad desnuda de la sauna y en el hombre “natural” que ésta conlleva. De hecho, la Villa Mairea tenía su sitio en una extensa tipología de villas que abordaban temas muy antiguos relacionados con el contraste entre lo urbano y lo rural, lo cultivado y lo primitivo.


 Se ha señalado anteriormente (véase capítulo 18) en relación con Wright, Le Corbusier y Mies van der Rohje, que la de 1930 fue una década en la que los imperativos del “maquinismo” se reconsideraron de manera radical a la luz de varias visiones e interpretaciones del orden natural. La transición de Aalto en la década de 1930 parece haber seguido un curso vagamente paralelo hacia una versión “biotécnica” de la modernidad y hacia una arquitectura de resonancias físicas y psicológicas más profundas.  La villa Mairea rechazaba una visión meramente “abstracta” del espacio y la reemplazaba por un enclave que estimulaba un sentido de pertenencia. Los episodios y los rituales de la vida cotidiana se exaltaban en una secuencia de “lugares” y puntos de definición. La planta del conjunto evocaba un organismo, incluso un pez curvo con cabeza, cuerpo y cola;  tenía también el carácter de un collage cubista en el que se ensamblaban diferentes cualidades, figuras, materiales e identidades. Las figuras sinuosas estaban enraizadas en los experimentos anteriores de Aalto en el diseño de mobiliario y cristalería, en las curvas de forma libre de Le Corbusier y en la pintura y la escultura abstractas y biomórficas de la década de 1930. El conjunto de la villa Mairea – con un campo de soportes estructurales, sus desmontes y sus veredas- era como una transposición del claro de un bosque a las formas de la arquitectura; era el tema de la “casa natural” pero dispuesto como una especie de espectáculo; la propia floresta a una distancia segura, actuando como telón de fondo y también como referencia final. La villa Mairea era la condensación de tantas ideas que resulta tentador verla como el punto de inflexión clave de la obra de Aalto, en el cual, por decirlo así, se desprendió de la última piel heredada y reveló su verdadera naturaleza. Las disciplinas formales del clasicismo, la filosofía y las formas del movimiento moderno internacional, y las enseñanzas eternas de un estilo vernáculo regional; todo ello contribuyó a lograr la síntesis, pero las fuentes quedaron completamente transformadas.  Despúes dela villa Mairea el estilo de Aalto quedó asegurado a un nivel profundo, y las variaciones se produjeron a partir de unos cuantos temas y formas fundamentales, susceptibles de aceptar combinaciones y nuevos significados aparentemente infinitos.  El resultado estaba profundamente ligado a ideas relativas a la condición humana, y los materiales a la intemperie, los espacios líricos y los efectos mágicos de la luz producían una perdurable poesía primaria que iba mucho más allá de los intereses meramente “modernos”.


La villa Mairea de Aaalto definió también una etapa de desarrollo del movimiento moderno, pues se apoyaba en los descubrimientos colectivos del “período heróico” al tiempo que los trascendía con un nuevo conjunto de impulsos; era, en efecto, “un importante adelanto con respecto al funcionalismo” y no simplemente una recaída en el formalismo decorativo. Era a ejemplos como éste a los que la generación de posguerra podía recurrir en su propio intento de romper con la servidumbre cada vez más restrictivas de las fórmulas heredadas, y en su propia búsqueda de una auténtica síntesis de lo local y lo internacional, de lo antiguo y lo moderno.


Págs. 453-469.“Alvar Aalto y las tendencias escandinavas”


Aalto pensaba que había configuraciones constructivas casi arquetípicas que expresaban las formas básicas de la sociedad humana; podía intuirlas tanto en las construcciones monumentales más antiguas; no existía oposición alguna entre las tradiciones ‘culta’ y ‘popular’ en lo referente a la búsqueda de los principios fundamentales. Uno de tales arquetipos era el patio o, para ser más precisos, el ‘remanso’, formado por una construcción perimetral orientada hacia dentro en tres de los lados, y unida a los alrededores por cascadas de escaleras y niveles. La villa Mairea(1938-1941) habia sido una variante de este esquema (véase el capitulo 19) y otra era la propia ‘casa de verano  experimental’ de Aalto en Muuratsalo (1953). Las variaciones sobre esta idea se repitieron en muchos de sus proyectos públicos (o casi públicos) de los anos 1950 y 1960, cuando era necesario un foco de atención que, no obstante, estuviese ligado a un contexto más amplio.


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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna.Gustavo Gili. Barcelona, 1987. 


Pág.194-204.“Alvar Aalto y la tradición nórdica: nacional romanticismo y sensibilidad dórica 1895-1957” 


"En 1938 Aalto hizo su obra maestra del periodo anterior a la guerra: la villa Mairea, una casa de vacaciones construida para Mairea Gullichsen en Noormarkku. El croquis inicial para este edificio en forma de L hace una referencia explícita al romanticismo nacionalista: la planta del salón principal se refiere directamente a la planta del estudio de Gallen-Kallela en Ruovesi, de 1893. Ambas obras presentan también una chimenea prominente, enfoscada y escultórica, y una zona de estar escalonada que lleva finalmente a las escaleras de la entreplanta. Al igual que la casa de Munkkiniemi, la villa Mairea se compone de una mezcla de fábrica de ladrillo, mampostería enfoscada y revestimientos de madera.


Más que ninguna otra obra de Aino y Alvar Aalto anterior a la guerra, esta villa representa un vínculo conceptual entre la tradición racional constructivista del siglo XX y la herencia evocadora del movimiento romántico-nacionalista. Sus espacios principales, el salón y el comedor, bordean un patio jardín resguardado, colocado todo ello dentro de un claro aproximadamente circular abierto en el bosque. La masa geológicamente estriada' de la casa y el perímetro de contorno irregular de la piscina de la sauna indican una oposición metafórica entre la forma artificial y la natural, y este principio de dualidad rige en toda la obra. Así, la 'cabeza' del estudio con forma de proa de la señora Gullichsen se opone a la 'cola' de la sauna, y el revestimiento de madera de las habitaciones públicas contrasta fuertemente con el enlucido blanco de las zonas privadas. De modo similar, las operaciones formales complejas abundan por toda la casa: un ejemplo es la 'metonimia' de la marquesina de entrada, cuya pantalla de madera tiene un ritmo irregular que evoca el espaciado también irregular de los pinos en el bosque, un recurso que se repite en la barandilla de la escalera interior. Otra de esas operaciones, también en secuencia, es la repetición de la misma forma en las plantas del estudio, la marquesina de entrada y la piscina, que recuerda en todos los casos el perímetro irregular de un típico lago finlandés. Los acabados de la planta baja están también codificados como un paisaje interno en el que los cambios de los azulejos a las tablas o a las piedras rugosas del pavimento denotan sutiles transformaciones de ambiente y de situación a medida que uno se va moviendo, por ejemplo, desde la chimenea familiar hacia la sala de estar o al invernadero. Finalmente, la propia estructura se usa de modo simbólico para hacer referencia a los orígenes; como en la villa HvitträsK, la sauna represKnta la cultura autóctona: unida mediante un muro bajo de mampostería a la casa principal, es una construcción tradicional revestida de madera y con cubierta de hierba, levantada según los cánones o tradición vernácula finlandesa de la madera oposición a la tectónica sofisticada de la casa propiamente dicha."


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KOSTOF, S., Historia de la Arquitectura. Edit. Alianza. Madrid, 1985.


pág.1278 "...Escandinavia, consciente de sus inviernos hoscos y de sus tradición de madera y ladrillo, cuestionaba la prudencia del máximo acristalamiento, de los tejados planos y de los planos estucados.


En cuanto al norte de Europa, no tenemos más que mencionar al arquitecto finés Alvar Aalto. Un precoz y brillante converso al Estilo Internacional, Aalto se había selizado, hacia finales de los años treinta, a un modo líricoo que distanciaba su otra del racionalismo doctrinario de los germánicos. Su Villa Mairea responde cálidamente al denso bosque de abetos que la rodea. La madera brota tanto en el interior como en el exterior, en los techos de pizarra, las columnas unidas por mimbre amarillo, los tablones y listones verticales expuestos, y su mobiliario único de madera de abedul."


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LATHI Louna., Alvar Aalto 1898-1976. Paraíso para gente modesta. Edit. Taschen. Colonia, 2006.


págs. 41-47. " La casa en la calle Riihitie que Alvar Aalto plenificó y construyó a mediado de los años treinta era un edificio verdaderamente sencillo en el que estaban su despacho y su propia vivienda. Sin embargo, la Villa Mairea en Noormarkku, al oeste de Finlandia, es una lujosa residencia, en cuyos planos y en cuya realización el arquitecto pudo dar rienda suelta y libertad a sus ideas, sin tener que ceñirse a limitaciones financieras. Maire y Harry Gullichsen, los queencargaron la villa Mairea, habían entablado amistad con los Aalto. Maire, la adinerada heredera de la empresa Ahlström, era una galerista amante del arte y del diseño que había estado ampliamente ligada a la escena artística europea. El matrimonio Gullichsen, muy vinculado al modernismo de los años treinta, animó a Aalto a que crease algo nuevo y extravagante. 


Aalto diseñó su primera propuesta a escala 1:100 en el invierno de 1938. El plano preveía un edificio en forma de L contres alturas en la parte de la entrada y dos en la parte del jardín. El jardín estaba rodeado por un muro y contaba con una sauna y una piscina de forma ondulada. El centro de la casa formaba un vestíbulo interior elevado. En abril de 1938 Aalto firmó una propuesta de modificación suprimiendo el vestíbulo interior elevado. La denominada "Proto-Mairea" preveía tanto en la primera como la planta baja diferentes niveles de techo ysobrelevaciones así como una sucesión de habitaciones para invitados. También llama la atención que la galería de arte esté en un edificio aparte, detrás de la piscina. Ya se había empezado los cimientos de "Proto Mairea" cuando Aalto decidió modificar una vez más los planos. Se cambiarían la planta haja original y las habitaciones y la galería de arte separada se fundía en una enorme sala de diferentes usos. En el piso inferior se encuentran las salas de representación y vida social, en el piso superior las habitaciones privadas y los cuartos para invitados además del taller de Mairie Gullichsen. En total existen más de cuatrocientos bocetos de la casa, los últimos de ellos fechados en enero de 1939.


La villa Mairea está situada en lo alto de una suave colina en unbosque de pinos. Cuando uno se va acercando al edificio, la primera impresión es de una fachada clara, modernista, que luce entre los árboles. A medida que uno se aproxima, empiezan a destacar los ricos detalles y sus alusiones metafóricas. Aalto ha resaltado con frecuencia la significación del paso entre el exterior y el interior, el espacio intermedio por el que se dirige al visitante desde fuera hacia dentro. El techo que cubre la entrada está sostenido por troncos de árboles jóvenes con corteza, colocados de pie uno al lado del otro, que dan a este espacio un toque crepuscular incluso a plena luz del día. Dentro de la casa, la mirada se dirige casi instantáneamente a otro "bosque" tras el que se oculta la escalera que conduce al piso superior. A su lado se abre un amplio y luminoso ventanal al partio interior, que se puede entender como un símbolo del paisaje de las palyas finlandesas con muros de piedra y una sauna. Al sur, un pequeño montículo artifical encuadra en panorama. Aalto empleó una simbología del bosque parecida en el pabellón de a Exposición Universal de Paris. 


En la villa Mairea se pueden encontrar muchos paralelismos con su propia casa. Por ejemplo, las habitaciones para recepciones públicas y trabajo se encuentran ubicadas en la planta baja y las habitaciones privadas en el piso superior. También el uso de los listones de madera oscuros y estrechos para recubrir las paredes es común en ambos proyectos. la sauna con el techo cubierto de turba, las paredes de piedra, la puerta de madera tradicional y otras muchas soluciones son una muestra más de la construcción tradicional y popular finlandesa. Al mismo tiempo, en los ricos detalles de la casa se pueden adivinar ciertos rasgos de la antigua arquitectura japonesa en lo referente a las proporciones y al uso de los materiales. Aunque Aalto nunca estuvo en Japón, mientras estuvodedicado a los planos de la Villa Miarea, solia llevar un kimono que le había regalado el embajador de Japón.


La Villa Mariea es una de las principales obras de Alvar Aalto; en ella pudo recoger un muestrario completo de sus capacidades. Aalto se desligaba así del funcionalismo formal definitivamente y ponía en práctica el lenguaje formal arquitectónico que de alguna manera se haría característico en sus creaciones posteriores. Sin embargo en la obra de Aalto, la variedad de detalles y la elegancia sensorial es algo excepcional."


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TRACHTENBERG Marvin, HYMAN Isabelle., “ Segundo Modernismo. Postmodernidad” en Arquitectura. De la Prehistoria a la Postmodernidad. Edit. Akal. Madrid, 1990. 


Págs. 688-689  "... Si comparamos por ejemplo el mejor edificio residencial de Aalto, su villa Mariea de 1938-39, con la Ville Savoye o Fallingwater, puede que nos preguntemos a qué viene tanto jaleo. En esta extensión suelta e informal no existe ningún signo de forma convincente que  era el ideal modernista, ninguna imagen excepcionalmente fotogénica y fráfica. De hecho, las virtudes de la obra de Aalto salen mal en las fotografías. Aaalto creó, bastante....


A finales de la década de 1930. los aspectos personales y contramodernistas de la biblioteca impregnan el estilo de Aalto. Este se ve mejor en la Villa Mairea (llamada así por la esposa artista del patrón más importante de Aalto). Por supuesto la influencia modernista está presente en el techo plano de la villa (en una tierra de nevadas masivas), en sus volúmenes vigorosos y simples y en las superficies planas, pero entran otros elementos. La base de la villa está revestida con granito gris y gran parte del resto con bandas estrechas de teca y otras maderas  con un resultado de texturas que atraen el sentido del tacto. Las ventanas están dispuestas estrictamente para promover vistas e iluminación y cuelgan en el exterior con persianas venecianas de madera de teca. Aunque la influencia de Wright es evidente en las líneas extendidas horizontalmente, en ningún sitio está la explosión de formas en voladizo de Wrihgt que se aleja hacia el paisaje. En cambio el edificio está modelado de una forma pragmática y funcional; en la parte trasera hay un pórtico con forma de L, techado con césped, que contiene la sauna y medio cerca la zona de la piscina (una escena más japonesa en su sensibilidad a los materiales y formas naturales que occidental); en la parte delantera hay una entrada de forma libre y a un lado una logia colocada concéntricamente debajo del estudio de la segunda planta. El rasgo dominante extremo de la villa es este estudio, que descansa parcialmente en apoyos delgados. Se podría muy bien considerar la réplica de Aalto a la superestructura de la Villa Savoye; en la Villa Mairea no tenemos una mampara geométrica y  "clasicista", sino un estudio cercado y de paneles de madera que parece el tocón de algún árbol primitivo del bosque finlandés donde se encuentra el edificio. Esta imaginería naturalista, riqueza sensorial y fluidez se extienden por el interior de la villa, donde una gama de rasgos contramodernistas similares se contraponen a la planta simple y rectilínea. Estos incluyen el techo de paneles de madera y el estarimado, que está dividido caualmente, algunas veces diagonalmente, entre varios materiales de madera y mampostería. Grupos de delgados palos de madera ocultan la espaciosa escalera; algo de lo más revelador es que las columnas e acero, auqneu sispuestas en una red de dominó  corbuseriana en la zona de la sala de estar, están envueltas de cuero, pero sólo hasta la altura que alcanza una mano. Cuando Aalto escribió, un año después de Villa Mairea, que el propósito de la arquitectura es "armonizar el mundo material con la vida humana", claramente no estaba pronunciando palabras vacías.. "


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