GIEDION S., “Hacia la sinceridad en la arquitectura” en Espacio, tiempo y arquitectura. Edit. Dossat. Madrid 1978.
Págs. 301-346. "Diez años después, en la Caja Postal de Ahorros de Viena (1904-1906), Wagner acentuó aún más la función del muro como una superficie plana. La fachada de este banco está cubierta con placas de mármol unidas mediante pernos de aluminio macizo cuyas cabezas se ven perfectamente.
El interior de la Caja Postal de Ahorros revela una asombrosa pureza de diseño. Es sin duda uno de los espacios más categóricos de los primeros años del siglo XX. Es algo característico de la obra de Wagner (y también de sus coetáneos) que esta pureza era consecuencia del contacto con los nuevos materiales. Wagner incluyó en este banco un patio interior con una cubierta de vidrio. Esos patios habían sido habituales desde mediados del siglo XIX. En la sala blanca de la Caja Postal de Ahorros, sin embargo, la bóveda de hierro y vidrio no se limita a cumplir los requisitos funcionales, sino que se funde en toda una expresión arquitectónica y llega a ser parte de ella.
En las formas puras y abstractas de esta sala de hierro y vidrio el toque del arquitecto ya no se advierte; sin embargo, su mano está presente en todas partes: en sus curvas, sus colores y el modelado de su espacio.
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PEVSNER, N., Pioneros del diseño moderno, desde W. Morris hasta Walter Gropius. Edit. Infinito. Buenos Aires, 2003
Págs. 161-186. Parece indudable, que Otto Wagner, aunque mayor de sesenta años, fuera estimulado con frescura por estos jóvenes discípulos o continuadores suyos, como lo atestigua la Caja de Ahorro Postal de Viena (fig. 128), su edificio más sorprendente. Data de 1905 y su vigoroso hall de operaciones, abovedado con vidrio, se anticipa en diez años y es la primera realización integral de su propia predicación. Históricamente hablando está tan liberado de toda inspiración de época por un lado y del Art Nouveau por otro, como cualquier otro edificio contemporáneo de Hoffmann y Loos en Austria, de Wright en Estados Unidos de Norteamérica y de Garnier y Perret en Francia.
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PEEL Lucy, POWELL Polly, GARRET Alexander., “Austria y los Secesionistas” en Introducción a la Arquitectura del siglo XX. CEAC. Barcelona, 1990.
Págs.18-21. "El crecimiento que obtuvo el Art Nouveau llegó tan rápido como sus primeras críticas. El Post Office Saving Bank de Wagner construido entre 1904 y 1906 en el centro de Viena revela una estética nueva, basada en la “verdad hacia los materiales” con su ornamentación austera. Igual que el trabajo hightech de Piano & Rogers y Norman Foster años más tarde, los componentes estructurales como los remaches y las tuercas aportan una riqueza de decoración. Aquí Wagner creó un edificio donde utilizó métodos de construcción modernos y materiales como el acero, el alunimio, el vidrio y el cemento para crear un gran vestíbulo aéreo. Desde el punto de vista actual,el interior del edificio parecía algo espartano. (Como atención simbólica a la sensibilidad pública, un par de grandes estatuas rematan las fachadas). Sin embargo aunque se notó la precaución de limitarse a una estructura esencial, las proporciones interiores y exteriores del edifico deben mucho a las convenciones clásicas en lo que respecta al orden y a la simetría de la misma."
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CURTIS William. J. “La búsqueda de nuevas formas y el problema del ornamento” en La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 3ª edición en español. 1ª edición 1986 (edición original 1982).
Págs.67-68 .La Caja Postal de Ahorros debñia ser una institucón popular, un banco para la gente corriente, y Wagner invocó y subvirtió en su solución las normas de la monumentalidad. Comparado con los monumentos neobarrocos de sus alrededores,el edificio parce severo y simplificado, aunque la planta se basaba en una disciplina esencialmente clásica. Algunos de los detalles, como el almohadillado abstracto o las esbeltas columnas metálicas de la marquesina de entrada, suponían sutiles inversiones de elementos constructivos familiares. La propia fachada estaban cubiertas con con delgadas placas de mármol con las cabezas de los tornillos expresadas y realizadas por brillantes capuchones de aluminio. En realidad, estas superficies lisas de piedra ( y el almohadillado inferior) están fijados con mortero a un muro de ladrillo, y los capuchones solo tenían una función temporal durante el montaje. No obstante, estas cabezas de tornillo subrayaban que el revestimiento era solo una capa, y aludían a la presencia del esqueleto de vidrio y metal que formaba la principal sala de operaciones situada en el corazón del edificio. De un modo bastante similar a Sullivan, a Wagner le interesaba no solo ‘expresa’ la función y la estructura sino simbolizarlas; e incluso utilizar algún artificio para transmitir la ‘verdad’. La sala de operaciones que ocupaba el dentro del edificio estaba bañada por la luz natural y podía verse en lo alto de las escaleras principales en el momento de entrar. En realidad consistía en una transformación de un tipo urbano frecuente durante el siglo XIX (la nave acristalada del ferrocarril) en una translucida metáfora social que evocaba honradez, transparencia, ligereza eficacia y disponibilidad: valores,todos ellos, apropiados para el propósito social del edificio. Los soportes de acero ensanchados hacia arriba y las curiosas chimeneas erguidas de ventilación sugerían una ligera retórica maquinista mas que una simple objetividad ingenieril, pero también suponía inversiones de las expectativas habituales de carga y soporte. Los detalles del vidrio configuraban una piel ingrávida de u blanco lechoso que difuminaba la luz natural, mientras que el suelo (que tenía justo debajo las cámaras acorazadas) estaba hecho con bloques de vidrio translucido. La ‘modernidad’ de la solución de Wagner se basaba en la originalidad y la luminosidad de su interpretación institucional y en su reintrepretación radical de las normas existentes para la arquitectura pública.
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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.
Págs.79-85.“La primavera sagrada: Wagner, Olbrich y Hoffmann, 1886-1912”
El estilo maduro de Wagner data de sus sesenta años, que es cuando completó su red del Stadtbahn de Viena en 1901. No queda ni un vestigio de su actitud italianizante en su oficina de telégrafos Die Zeit de 1902, ni tampoco en su obra de la Kaiserbad en 1906, ya que las dos parecen relacionarse, a través de su elegancia técnica y su cuidadoso revestimiento, con el estilo atectónico de Hoffmann. Sin embargo, la desmaterialización del Palais Stoclet parece haber sido anticipada por la obra maestra del propio Wagner, su Caja de Ahorros Imperial construida en Viena en 1904. A diferencia de sus alumnos secesionistas, Wagner siempre construyó para la realidad del presente más bien que para alguna remota utopía simbolista que buscara la redención estética del hombre. Así, su plano “Grosstadt” de 1910, con su jerarquía de unidades vecinales, fue proyectada como un futuro metropolitano racionalmente planificado y realizable. En toda su obra pública, Wagner construyó con gran precisión técnica para un estado burocrático al que forzosamente había de considerar como de una duración indefinida. Coronada por una pérgola honorífica, llena de coronas de laurel y flanqueada por unas victorias aladas cuyos brazos se alzan al cielo, la Caja de Ahorros representó la benevolencia republicana del Imperio Austro-húngaro en el apogeo de su poderío.
Como el Palais Stoclet, la Caja de Ahorros parece una gigantesca caja metálica, efecto que se debe en gran parte a las delgadas láminas pulimentadas de blanco mármol Stezing que están unidas a su fachada mediante remaches de aluminio. Su estructura superior a base de vidrio, sus puertas de entrada, su balaustrada y sus barandillas son también de aluminio, y también son de este metal los muebles del vestíbulo de las oficinas. Con su revestimiento de cerámica, iluminado desde arriba y con un piso de hormigón, en el que abundan las claraboyas para la iluminación del sostén, este vestíbulo existió hasta fecha reciente en su forma original. Su estructura de acero, carente de adorno, estuvo estrechamente relacionada con las normas industriales de iluminación y también con las instalaciones calefactoras en aluminio que flanqueaban su perímetro. Como ha observado Stantfor Anderson:
Los detalles de un edificio de ingeniería no nos son presentados a la manera sachlich de los pabellones de exposición o los cobertizos ferroviarios del siglo XIX; el concepto de un edificio de ingeniería nos es revelado, aquí, a través de los propios símbolos modernistas del edificio con sus materiales, estructura y equipos industriales a la vista.
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La Caja postal de Ahorros de Viena es la ópera más importante de Otto Wagner, que sigue siendo un símbolo de la arquitectura moderna y de la ciudad de Viena.
A finales del siglo XIX, la falta de espacio en la Caja Postal llevó a la construcción de un nuevo edificio que iba a ser una institución popular, y un banco para la gente de la epoca. Por estas razones, en 1903 se instituyó un concurso para la construcción del edificio que se edificaría en el centro histórico de la ciudad, junto a la Ringstrase y cerca del Canal del Danubio. Entre los 32 proyectos presentados, el ganador fue Wagner, que optó por un edificio de dimensiones monumentales.
Las obras comenzaron en 1904 y, como el edificio se construyó en dos fases, la primera se terminó en 1906, mientras que la segunda tuvo lugar de 1910 a 1912, cuando se finalizaron las obras.
El edificio tiene 6 pisos de altura y tiene un tratamiento de fachada diferente. Los dos pisos inferiores, de estilo neorrenacentista, están revestidos de placas de granito, mientras que los cuatro pisos superiores, de estilo corintio, tienen una cubierta de planchas de mármol sujetas a la estructura por pernos visibles y decorativos en forma de capuchones de aluminio, de ahí el apodo de "caja de clavos" que los vieneses dieron a la construcción.
En la parte superior, el edificio está coronado por dos ángeles de aluminio de 4,3 metros de altura del escultor húngaro Othmar Schimkowitz.
Los materiales utilizados para la fachada, como el granito y el mármol, son tan resistentes a la intemperie como el aluminio inoxidable, que era nuevo en ese momento.
El aluminio también está presente en el interior del edificio en sus más de 800 pomos, para los sellos de las puertas y los dispensadores de aire caliente de la sala de caja.
Así como la funcionalidad, la higiene y la facilidad de mantenimiento este material, junto con el vidrio, da a la obra un aspecto más ligero. El techo de la sala de cajas, es una membrana de cristal encorvada que se extiende por la sala, cuelga en la parte baja de unos soportes de hierro chapados de aluminio. La elección del material del techo es fundamental en cuanto a la iluminación que entra por él y se refleja en el suelo de ladrillo de hormigón translúcido.
El arquitecto austriaco prestó gran atención a los detalles y también diseñó los muebles de la oficina, interruptores, lámparas y alfombras.
El mobiliario, en particular, se caracteriza por su sobriedad casi minimalista.
La Caja Postal de Ahorros de Viena no es sólo un símbolo de modernidad sino también la obra que define los ideales arquitectónicos de Wagner.
El uso del hormigón armado como material de construcción, el empleo de materiales como el vidrio y el aluminio para el revestimiento, las formas mínimas y funcionales de la obra, absolutamente innovadoras para la época, han permitido la entrada en la era moderna del siglo XX, dejando atrás la tradición arquitectónica clásica del siglo XIX; de esta manera Viena se une a Chicago y Berlín entre los fundadores de esta nueva era para la arquitectura.
Ivan BERTELLI
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La Caja Postal de Ahorros de Viena, es uno de los símbolos de la arquitectura vienesa y una de las obras más importantes de Wagner. La proyectó a los 62 años, finalizándola cumplidos los 71, en ella se comprime la obra de su vida, definiendo sus ideales arquitectónicos.
La antigua caja se ubicaba en el antiguo monasterio de la orden dominicana, en el interior de la ciudad. Ante la falta de espacio de la antigua sede, se convocó un concurso público en 1903 para realizar un nuevo edificio, con un programa específico para el nuevo emplazamiento en el Stubenviertel. Wagner salió vencedor de 32 proyectos presentados, siendo finalizada la obra en 1912. El edifico, al permitir la variación de espacios interiores desde sus orígenes, gracias a que las paredes no eran fijas, ha sufrido múltiples variaciones y reubicaciones de los espacios bancarios. No obstante las partes más significativas, como fachada y el patio interior han mantenido la esencia del proyecto wagneriano.
La amplia manzana de planta pentagonal que ocupa la institución bancaria en su nuevo edificio, está próxima al canal de Danubio, y algo metida con respecto a la Ringstrase, una de las más importantes vías de comunicación de la ciudad de Viena. En todo caso en un solar representativo de la ciudad ( Viena I), entre los edificios históricos y los edificios historicistas de carácter representativo.
La construcción destaca en su parte central de la fachada principal, con respecto al resto de la fachada, mediante una marquesina en el primer piso, una balconada sobre el segundo piso y el remate de aluminio. Se expresa en su aspecto exterior a través de 6 alturas, cuyo tratamiento en fachada resulta distinto. Diferenciando entre los dos pisos inferiores y los cuatro superiores. El zócalo de dos pisos, a la entrada, ha sido revestido con placas de granito redondeadas para conseguir mayor efecto plástico de horizontalidad. Los cuatro niveles restantes tienen una cubierta de planchas de mármol sujetas a la estructura por pernos visibles y decorativos en forma de capuchones de aluminio. El tratamiento de los materiales y la desaparición de los estilos históricos o las flores modernistas, hace que el edificio tenga una fidelidad estética a las técnicas constructivas. A pesar de ello esta fachada no está desprovista de cierta monumentalidad y en absoluto de carácter.
El interior es la zona destinada a los clientes, y se utilizan también materiales modernos y coetáneos, que Wagner defendió por su funcionalidad, higiene y fácil mantenimiento. Aluminio en sus más de 800 picaportes, herrajes, aparatos de alumbrado, rejas de calefacción, radiadores de aire caliente, material que no necesitaba limpieza alguna. El pavimento había sido fabricado con ladrillo de hormigón traslúcido para abastecer la luz natural a la oficina de correos, situada bajo esta sala. El techo de la sala de cajas, es una membrana de cristal encorvada que se extiende por la sala como una frágil tela de araña, cuelga en la parte baja de unos soportes de hierro chapados de aluminio, que atraviesan de manera perceptible el techo de la sala. Las nuevas técnicas y construcciones, así como los nuevos materiales, aumentan la sensibilidad por lo ágil, lo funcional, lo orgánico, lo casi esquelético, lo desmaterializado, lo abstracto. Dotando a este espacio de un carácter solemne y una gran calidad.
Wagner le dedicó mucha atención a los detalles y diseñó los muebles de las oficinas, incluso los interruptores y las alfombras, mostrando especial cuidado con la zona de dirección en el primer piso.
En esta obra de Wagner, al igual que en el trabajo de Piano & Rogers y Norman Foster muchos años más tarde, los componentes estructurales como los remaches y las tuercas aportan una riqueza de decoración.
M. J. RUIZ DE AEL