p.49. Complejo Taliesin Fellowship. Spring Green, Wisconsin. En 1932 se quiso transformar el edificio de la Hillside Home School, construido en 1902, en el complejo de Taliesin Felloeship, la comunidad destinada a albergar la Escuela de Arquitectura, de reciente fundación. Al nore del edificio original se hizo en 1939 una gran sala de dibujo, con ocho habitaciones de estudiantes a cada lado. Debido al complicado entramado de vigas de roble, Wright denominó a esta sala "el bosque abstracto". Cuando se hubo terminado esta sala, todos los trabajos arquitectónicos se trasladaron de Taliesin a Hillside, a un cuarto de milla de distancia: el taller original de Taliesin se convirtió en el estudio particular de Frank LLoyd Wright.
p.59. Taliesin West. Casa y estudio de Frank Lloyd Wright. Scottsdale, Arizona. Ya desde su primera estancia prolongada en Arizona, durante 1927, Wright había deseado volver a esta región del desierto de Sonora, para escapar al riguroso invierno de Wisconsin. Finalmente, en 1937, viajó con su mujer a Phoenix a fin de buscar un terreno. En el desierto del norte de Phoenis, a los pies del monte McDowell, descubrieron una propiedad que Wright describió como "una vista sobre los confines del mundo". Gracias a la fértil imaginación de Wright, pronto se realizaron los planos para los nuevos edificios. Se buscaron las piedras y las arenas, se roturó el terreno y se realizó la carpintería para la mampostería de los muros.La estructura superior se inspiraba en la usada en el campamento del Ocatillo diez años antes, un armazón de madera de secuoya, con marcos de madera intercalados con un revestimiento de tela blanca. Pero, como en definitiva se trataba de dar a Taliesin Oeste mayor consistencia, Wright utilizó acero y cristal, proporcionando a este aspecto original "de campamento" un carácter más duradero.
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Págs. 305-327“La naturaleza y la máquina: Mies van der Rohe, Wright y Le Corbusier en los años 1930”.
págs. 317-319. Construido en el desierto de Arizona, en Maricopa Mesa, Paradise Valley. En realidad, era un pequeño asentamiento utópico donde la comunidad de Taliesin y la familia de Wright pasarían varios meses cada invierno. El esquema combinaba salas de delineación, un teatro, el patio de los aprendices, residencias y una pequeña sala de reuniones centralizada con la forma de una hogar, choza típica de los indios navajos. Los edificios se entretejían sobre un trazado de espacios interiores y exteriores apoyados en un basamento de pedruscos toscamente labrados y unidos con mortero.
La superestructura era en su mayor parte de madera, y la principal sala de delineación tenía una cubierta formada por vigas inclinadas paralelas, con lonas colgadas entre ellas. Había zonas rehundidas, pasajes abiertos, pérgolas y un estanque, este último colocado en un plataforma diagonal que dirigía la vista hacia el exterior, hacia la silueta de los pies circundantes. Las formas bajas y pegadas a la tierra de Taliesin West combinaban en una sola idea dos arquetipos del desierto; la “casa hoyo· medio enterrada y la tienda nómada. Wright estaba fascinado por los restos arqueológicos y las culturas indígenas del suroeste del país, y por la idea de un edificio realizado como una versión mimética del paisaje. El basamento toscamente labrado era una versión formalizada de los barrancos y cañones modelados por el agua, mientras que los “picos” de los perfiles de madera del edificio se hacían eco del contorno de las montañas lejanas, y de esos dedos verticales de los cactus que salían del suelo del desierto.
La geometría de planta libre tenia influencias de las pinturas de arena de los navajos o incluso de los motivos que se encontraban en sus cestas, vasijas y tejidos. Wright se sentía atraído por esa visión mitopoética de los fenómenos naturales que entendía que estaba detrás de las figuras abstractas de esos diseños, y le tenía intrigado la idea de que los edificios más antiguos de la zona podían haber derivado, miméticamente , de las vasijas o las cestas.
Los jarrones eran una antiguo obsesión de Wright, que supuestamente mostraba que la realidad primordial de la arquitectura era “el espacio de dentro”. En Taliesin West (como en el Taliesin de Wisconsin), los jarrones estaban colocados en puntos clave, Wright era tanto el jefe como el chamán de su propia tribu.
Al igual que su homólogo en Wisconsin o las casas Malvarrosa o de la cascada, Taliesin West era una exaltación del paisaje norteamericano, sus recuerdo antiguos y sus ecos cósmicos. Pero también era la recapitulación de más de una década de experimentos arquitectónicos, algunos adaptados a las condiciones del desierto. Su antecedente inmediato era el campamento de Ocotillo, de madera y lona, que Wright y sus ayudantes habían construido a mano en 1927 a las afueras de Chadler (Arizona) como lugar de trabajo provisional para ocuparse del desafortunado proyecto de San Marcos in the Desert, un hotel embebido en el paisaje como una versión actual de un “pueblo” con terrazas, niveles escalonados y patios sombreados. El proyecto para una casa en la mesa exhibido en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1932 (seguramente una de las respuestas al Estilo Internacional), mostraba como los voladizos de hormigón podían usarse para formar una residencia poco elevada, con aleros profundamente sombreados y amplias horizontales que se hacían eco del plano del terreno. La pequeña casa Malcolm Willey, construida en Minneapolis en 1934, dio nuevo vigor al vocabulario de las “casas de la pradera” en un nuevo contexto, e introdujo el tema de una terraza y un recorrido de acceso diagonales como medio de desviar la vista hacia el horizonte. Taliesin West agrupaba todos estos descubrimientos, pero , de manera similar, estaba emparentado con numerosos edificios que se harían a finales de la década de 1930 y en la de 1940; la casa Pauson de 1940 (también en Arizona), con sus líneas horizontales, de madera que surgían de un basamento de roca, la Florida State College de 1939 (en el que fundían el paisajismo y la arquitectura) y multitud de proyectos de casas singulares en los que el arquitecto usaba gramáticas cada vez más complejas a base de círculos, diagonales y hexágonos para maridar los edificios y el paisaje.
Págs.371-391. “Internacional, nacional y regional: La diversidad de una nueva tradición”
Cuando estalló la I Guerra Mundial en 1914, la fase pionera de la arquitectura moderna había correspondido principalmente, a varias ciudades y centros industriales europeos y norteamericanos. En el túmulo de los años 1920, la arquitectura moderna cristalizó sus formas básicas, amplió su alcance funcional y geográfico, y prestó servicio a toda una variedad de visiones sociales y programas ideológicos de renovación con un amplio espectro político. Gradualmente, el dominio de los símbolos y los estilos anteriores se fue debilitando a medida que las nuevas formas ocupaban su lugar. En la década de 1930 la expansión, ampliación y diversificación continuaron, al tiempo que se establecían conexiones con otras tradiciones, recientes y antiguas,y que se alzaban lugares lejanos de Africa y Asia, América latina y Oriente Próximo. Pese al freno de la política reaccionaria y el tradicionalismo, la arquitectura moderna se estableció sobre unos fundamentos ampliamente asentados. En efecto, se trataba de una nueva tradición con varias corrientes intelectuales y territoriales, que seguiría desarrollándose y transformándose en el mundo de posguerra.
A diferencia de la leyenda de un “Estilo Internacional” sin fisuras, unificado e invariable, la imagen que surge de los años 1930, es la de una difusión en la que esos paradigmas recién inventados y dotados de un aura de modernidad y universalidad se ampliaron y al mismo tiempo se criticaron y en la que se encontraron nuevos usos y significados para las ideas generadoras y los principios genéricos. Aunque en algunos ámbitos la nueva arquitectura encontró una oposición y un rechazo encarnizados, en otros fue acogida y adoptada como un fundamento adecuado para la expresión cultural. Los estereotipos de la arquitectura moderna incluso quedaron incorporados aquí y allá a la práctica habitual de la tradición vernácula urbana. Aunque las soluciones prototípicas para el alojamiento tuvieron interpretaciones diversas en los climas cálidos y en los fríos, los grandiosos y utópicos planes urbanísticos para nuevas ciudades se quedaron en el papel, y tendrían que esperar a la aparición de la India poscolonial o el Brasil de posguerra para hacerse realidad. A la escala de un edificio singular o del paisaje, se realizaron varias obras de gran intensidad que evocaban los mitos medio velados de la sociedad. Basta pensar en las formas enigmáticas y los múltiples significados se edificios como Taliesin West de Wright, el pabellón suizo de Le Corbusier, la villa Mairea de Aalto, el crematorio del bosque de Asplund o el Hospital del monte Escopo de Mendelsohn, para darse cuenta de que la década de 1930 tuvo su correspondiente cuota de obras intemporales.
Cuando estalló la Guerra Mundial en 1914, la fase pionera de la arquitectura moderna había correspondido principalmente a varias ciudades y centros industriales europeos y norteamericanos. En el túmulo de los años 1920, la arquitectura moderna cristalizó en sus formas básicas, amplió su alcance funcional y geográfico, y prestó servicio a toda una variedad de visiones sociale y programas ideológicos de renovación con un amplio espectro político. Gradualemnte el dominio de los símbolos y los estilos anteriores e fue debilitando a medida que las nuevas formas ocupaban su lugar. En la década de 1930, la expansión, ampliación y diversificación continuaron, al tiempo que se establecían conexiones con otras tradiciones recientes y antiguas, y que se alzaban lugares lejanos de Africa y Asia, América Latina y Oriente Próximo. Pese al freno de la política reaccionaria y el tradicionalismo, la arquitectura moderna se estableció sobre unos fundamentos ampliamente asentados. En efecto, se trataba de una nueva tradición con varias corrientes intelectuales y territoriales, que seguiría desarrollándose y transformándose en el mundo de posguerra.
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pág. 1286... Y luego estaba Wright. El siempre había estado algo incómodo con la línea europea de la arquitectura moderna. La deuda de ésta con la obra temprana de Wright había sido reconocida abiertamente. Pero el no tenía nada que ver con el socialismo beligerante del Movimiento Moderno. Tenía sus propias ideas americanas acerca de un asentamiento urbano disperso basado en un individuo autosuficiente y en su coche. Así era Usonia. Él mismo eligió una vida retirada en el corazón de la naturaleza - en el bosque de Wisconsin o en el desierto de Arizona - rodeado de una extensa familia de discípulos. La tensión de la sociedad industrial no era para él; tampoco era para él la fe asociada a las milagrosas epifanías de la edad de la máquina. La alta tecnología tenía su lugar, como también lo tenían los materiales y los métodos tradicionales. Sobre todo, era partidario de las ventajas emocionales de la arquitectura. "Usonia exigía poesía y sentimiento" Y continuaba hablando oscuramente de una arquitectura orgánica, una arquitectura que combinaba los medios modernos con las formas de la naturaleza y su crecimiento. Hablaba de "cobijo no sólo como una cualidad espacial, sino espiritual".
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En los fecundos años treinta pueden reconocerse tres familias morfológicas en las obras del maestro americano, las representadas por el rectángulo, por el triángulo y por el círculo, que, no obstante su inédita articulación, recuerdan en diversas formas el cubismo, el purismo, el neoplasticismo y el arte abstracto...
... El edificio más emblemático de esta categoría es la casa-estudio de Taliesin West en Paradise Valley, cerca de Phoenix, de 1938. Pero no es sólo el desierto de Arizona donde se adoptan formas de matriz triangular, ni pertenecen sólo a los años treinta. La iglesia Unitaria de Madison, en Wisconsin, de 1947, dispone de un trazado de módulo triangular, quizá por motivos simbólico-semánticos; la Torre Price de Bartlesville, Oklahoma, de 1956, que retoma el antiguo proyecto de la St. Mark's Tower, de 1929, presenta la misma morfología para descomponer un bloque único en tantas caras polivalentes y ambiguas como exige una intención anticlásica....