Inprimatu

BROOKS PFEIFFER Bruce. Frank Lloyd Wright 1876-1959. Construir para la democracia. Edit. Taschen. Colonia, 2006.


p.35 Taliesin, en galés, significa cumbre luminosa. Wright escogió este nombre para su casa en el Suroeste de Wisconsin por dos razones; por su origen galés y por la situación de la casa sobre una colina. Este edificio bajo, de una sola planta, se ceñía a la cumbre de la colina, ofreciendo una vista impresionante sobre el lago del valle y las colinas circundantes. La otra cara de esta casa y estudio en forma de L alargada se abría a un jardín cerrado. Destruida dos veces por un incendio, el edificio actual, Taliesin III, es de mucho mayor tamaño, pero ha preservado las armoniosas ralaciones con la falda de la colina, los jardines y la cumbre. 


---


CURTIS William. J.  La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006. 


Págs. 113 – 129.“El sistema arquitectónico de Frank Lloyd Wright"


En 1909, Wright dejó a su esposa para irse a vivir con Mamah Borthwick Cheney, la mujer de uno de sus clientes. Al año siguiente se marchó con ella a Europa algunos meses, durante los cuales reunió dibujos de sus últimos años de actividad. Todos ellos los publicó en los llamados 'volúmenes Wasmuth' (1910-1911). A su vuelta a los Estados Unidos se retiró del ambiente de la vida suburbana y las responsabilidades familiares y se marchó a la campiña de Wisconsin, donde construyó 'Taliesin', una 'casa sobre la colina' en la que el sistema de la 'casa de la pradera' se amplió aún más para adaptarse a los niveles irregulares del terreno. En efecto, los ecos del estilo vernáculo rural e incluso de los estratos de roca surgieron incluso con mayor claridad; habría motivos justificados para llamar a ésta la manera 'rústica' de Wright. Taliesin se convirtió en su retiro y en su exaltación de la vida ideal vivida en un entorno 'natural'. Apartado del ambiente en el que originalmente había formado su arquitectura, Wright se sentía cada vez más dispuesto a explorar nuevos caminos. Los Jardines Midway (1913), un lugar de diversión en la parte sur de Chicago (que combinaba escenarios y restaurantes y bares al aire libre), ampliaron el tema de las horizontales interpenetradas para crear una especie de teatro social de patios, terrazas, pérgolas y niveles. Los ornamentos y las pérgolas entrelazadas de este conjunto adoptaban un carácter fantástico, a modo de esculturas abstractas que hacían referencia a figuras ocultas. Las decoraciones murales de Wright en el pabellón de juegos de la casa Coonley (1911-1912) se componían de discos de colores solapados y exploraban temas similares a los que estaban surgiendo en la pintura vanguardista en Europa. Pero el nuevo modo de vida de Wright se vio interrumpido por la tragedia en 1914, cuando su familia adoptiva fue masacrada por un criado loco en Taliesin y el fuego dejó la casa reducida a cenizas. La subsiguiente desorientación psicológica tuvo un considerable impacto sobre la trayectoria posterior de Wright como arquitecto.


Págs.217-240 .“Los rascacielos y la periferia suburbana en los Estados Unidos en el período de entreguerras” 


 Tras el desastroso incendio de Taliesin en 1914, pasó mucho tiempo en Japón supervisando el proyecto y la construcción del hotel Imperial en Tokio (1912-1913), un edificio complejo y orientalista sobre una planta clásica y regular, con unas ingeniosas cimentaciones a modo de raíces que consiguieron resistir el terremoto de 1922. Taliesin se fue reconstruyendo y ampliando gradualmente, incluso sobreviviendo a otro incendio en la década de 1920; era como un laboratorio vivo en el que Wright podía poner a prueba ideas arquitectónicas y paisajistas. Taliesin abrazaba su emplazamiento en la ladera, sus extensas horizontales se hacían eco de los estratos de roca y el conjunto adoptaba el carácter de un complejo japonés no muy distinto al palacio de Katsura. Al mismo tiempo, era un poema sobre la “convencionalización” de las inspiraciones naturales en la arquitectura, en el que las vetas artificiales y naturales se entretejían a escalas grandes y pequeñas. Desde este remoto refugio en la cumbre, Wright contemplaba el mundo con una visión que era más amplia y menos localizada que la que lo había guiado durante los años familiares relativamente estables pasados en el Chicago suburbano; se fue sintiendo cada vez más interesado por el vasto paisaje del continente norteamericano, por su sentido del lugar, su topografía y su memoria; su ámbito histórico se amplió hasta incluir los restos de las civilizaciones indígenas americanas, especialmente las de los estados del suroeste, pero también las ruinas precolombinas de Mesoamérica.

Igo