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En Madrid, en una zona degradada junto al Paseo del Prado, justo enfrente de la Puerta del Jardín Botánico, se conservaba hasta hace muy pocos años el edificio abandonado de la antigua Central Eléctrica del Mediodía, una de las escasas muestras de arquitectura industrial en el casco histórico de la ciudad. En 2008 fue remodelado por la fundación La Caixa para crear un nuevo centro de arte en la capital, cuyo proyecto desarrollado por el estudio, Herzog & de Meuron (estudio que posee un amplio bagaje en cuanto al diseño y construcción de edificios culturales)  supo adaptar las nuevas necesidades del edificio y a su vez ensalzar la historia de la ciudad.


Caixa Fórum Madrid es un centro de arte situado en un enclave marcado por la tipología museística, y sin duda es un gran ejemplo de cómo una intervención puntual es capaz de generar presencia en el entramado urbano y al mismo tiempo mimetizarse con él, respetando las reminiscencias arquitectónicas de épocas anteriores.


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El antiguo edificio industrial proyectado en 1899, estaba formado por dos grandes naves paralelas con fachadas de doble vertiente, los muros de carga de ladrillo son reminiscencias de esa edad industrial temprana en Madrid. Tanto su materialidad como su silueta, fueron mantenidas por Herzog y de Meuron como referencia para la construcción del nuevo museo. Permitiendo dicha intervención multiplicar la superficie útil que inicialmente era de 2.000 m2 hasta llegar a los 10.000 m2. Esta ampliación era necesaria, puesto que el museo debía albergar ciertos espacios que no podían crearse en la superficie del edificio original.


La obra se distribuye en siete niveles: dos subterráneos, donde se ubican el restaurante y el auditorio, una planta baja que, a cielo cubierto, da continuidad a la plaza pública, y cuatro plantas sobre rasante, con salas de exposiciones de carácter acogedor, frente a zonas como el vestíbulo o la azotea, de gran amplitud visual.


Con el nuevo proyecto sobre el antiguo edificio, se establece un diálogo bidireccional entre lo tradicional y lo moderno a través del uso de nuevos materiales y la restauración de los ya existentes. Caixa Fórum Madrid alberga un sinfín de elementos que poseen identidad propia y que, a su vez, funcionan bien en conjunto.


El sentido urbano del proyecto ha resultado de especial importancia en el desarrollo e la obra. Desaparecida la antigua estación de gasolina, el viejo edificio industrial se ha interconectado con el Paseo del Prado (zona museística por excelencia), a través de una amplia plaza que conecta con  la entrada cubierta del museo, siendo el muro vegetal creado en una de las fachadas de la plaza, un reclamo más del amplio espacio público que contrasta con la compacidad del casco viejo de la ciudad.


 

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