Págs. 305-340... " De hecho, la época estalinista se puede identificar directamente con la modernización general de la vida rusa, un proceso traumático gigantesco que implicó un enorme sufrimiento para la población y que sólo pudo acometerse desde la estructura de un estado autoritario. Naturalmente, la arquitectura desempeñó un importante papel en esta ambiciosa transformación, pero la compleja naturaleza de ese papel se ha malinterpretado intencionadamente en las historias de la arquitectura moderna. Según Leonardo Benévolo, por ejemplo, la arquitectura estalinista fue un lamentable paso atrás, puesto que borró "totalmente una de las investigaciones más extraordinarias y audaces para definir el carácter de la ciudad moderna en antítesis con la ciudad tradicional" (es cedir, puesto que usurpó el lugar del Constructivismo). Y todo ello, en beneficio de "pesadas y ampulosas obras monumentales y, más adelante, el horrendo Palacio de los Soviets" como sentenciaba Bruno Zevi en 1950, con su característica falta de objetividad.
En la razón de ser y en el lenguaje de la arquitectura estalinista existen elementos y circunstancias que contribuyen a darle sentido y que presentan más bien el episodio constructivista como una anomalía efímera. Anatole Kopp, estudioso del Constructivismo ruso, fue el primero en intentar desvelar los rasgos de la arquitectura stalinista en el libro que todavía constituye el estudio más serio sobre el tema: L´architecture de la période stalinienne. También Kopp partía del consabido tópico según el cual la arquitectura de este período representaba "un fracaso global" (aunque no explicaba realmente en qué consistía ese fracaso), serio al que nedie la suryaba con provecho en su contexto político y social. En resumen el historiador y arquitecto franco-ruso daba cuenta del modo en que la estratificación y los hábitos culturales de la sociedad rusa habían sobrevivido a la Revolución de Octubre y habían vuelto a salir a la luz a partir de 1930, lo que tuvo consecuencias muy visibles en el ámbito de las profesiones. En este marco cultural y material, la visión intelectual de los constructivistas era prácticamente inviable, y la arquitectura estaba obligada a presentarse de un modo simbólico y monumental. "