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CURTIS William. J.  La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006.


Págs.33-51 .“La industrialización y la ciudad. El rascacielos como tipo y símbolo” 


En un ensayo escrito en la década de 1930, titulado ‘París, capital del siglo XIX’, Walter Benjamin evocaba la crisis de la representación provocada por el rápido cambio tecnológico. “ El desarrollo de las fuerzas productivas dejó reducidos a escombros los símbolos de los deseos del siglo anterior incluso antes de que se desmoronasen los monumentos que los representaban. En el siglo XIX, este desarrollo emancipó el arte de las formas constructivas, al igual que en el siglo XVI las ciencias se libraron de la filosofía."


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FRAMPTON Kenneth., Historia crítica de la  Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.  


Págs. 29-40.“Transformaciones técnicas: ingeniería estructural, 1775-1939” 


“Con el hierro, apareció por primera vez en la historia de la arquitectura un material artificial de construcción. Pasó a través de una evolución cuyo ritmo se aceleró en el transcurso del siglo, y recibió un impulso decisivo cuando resultó que la locomotora, con la que se habían estado haciendo experimentos desde la década de 1830, sólo podía ser utilizada sobre railes de hierro. El rail fue la primera unidad de construcción, el precursor de la viga. El hierro era evitado en la casas viviendas, y servía para arcadas, salas de exposición, estaciones de ferrocarril y otros edificios que cumplieran finalidades transitorias. Simultáneamente, se ampliaron las zonas arquitectónicas en las que se empleaba el vidrio, pero las condiciones sociales para su creciente utilización como material de construcción sólo surgieron un centenar de años más tarde. “ 


En Glasachitektur de Scheerbart (1914), todavía apareció en el contexto de una Utopía. 


Cfr. Walter Benjamin. Paris: Capital of the 19th Century, 1930


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MONTANER, J,M., La Modernidad superada. Arquitectura, arte y pensamiento del siglo XX. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 1997.


págs.59-88. “ El racionalismo como método de proyectación: progreso y crisis” 


El racionalismo es uno de los conceptos que más ha entrado en crisis desde la Segunda Guerra Mundial. Racionalismo y funcionalismo fueron interpretados por Theodor W. Adorno como mecanismos empobrecedores de las complejidades y cualidades de la realidad, aliados con el sistema capitalista que introduce continuamente unificación y cuantificación, que limita las cosas a mera utilidad y determinación económica. Lo que no está codificado, lo que no se deja numerar ni medir, no cuenta. Tal como ya había señalado Walter Benjaminla razón y el progreso tienen un carácter ambivalente: si por una parte comportan la mejora de la vida humana, el desarrollo tecnológico y el aumento de la socialización, por otra aportan instrumentos más perfeccionados de dominación del individuo y de explotación de la naturaleza.


... En la medida que la racionalidad instrumental está en la misma base de la modernidad, en los escritos de Walter Benjamin, Theodor W. Adorno, Maurice Merleau-Ponty o María Zambrano, la crítica al racionalismo y a la modernidad coinciden. Dichos autores han dejado claro que tanto un pensamiento estrictamente cartesiano y racional como una doctrina opuesta basada en la intuición esencial, son falsos. Todo pensamiento debe incluir la razón y la intuición como procesos básicos y complementarios.


págs.141-158.“Modernidad, vanguardias y neovanguardias”


Uno de los elementos característicos del arte de vanguardia de principios de siglo, tal como lo identifico Walter Benjamin, fue el ethos de la reproducción mecánica: el factor primordial de la manipulación de toda obra en aras a su reproducción en serie y a su representación dentro de los medios de comunicación. El nuevo universo de la copia transformaba totalmente el estatuto de la obra de arte. Paradójicamente, estos dos mitos modernos, la "originalidad" y la "reproductibilidad", son totalmente contradictorios: o se pone énfasis en el carácter original e innovador de la obra o se hace en su capacidad de repetición. De la misma manera que son antitéticos "originalidad" y "novedad": la originalidad remite a los orígenes ,a una sustancia arcaica que se recupera. En cambio novedad significa ruptura, búsqueda de lo que no tiene antecedentes…


… CONTRADICCIONES DE LAS VANGUARDIAS


Son muchos los ingredientes de las vanguardias esencialmente contradictorios. El discurso de la transgresión se pone siempre en primer término, pero, al mismo tiempo, se pretende que esta transgresión  se institucionalice y entre en la esfera de lo cotidiano. Las vanguardias artísticas solo pueden surgir bajo la premisa de la autonomía de la actividad artística, sobre una abstracción que se separa de la praxis de la vida cotidiana; pero, al mismo tiempo, una parte de las vanguardias -recordemos a Hannes Meyer y su texto El arquitecto y la lucha de clases, en el que se reclama el compromiso social de las vanguardias- también pretenden transformar esta misma sociedad. Arte y vida desean fusionarse sin conseguirlo nunca.


El sentimiento vanguardista de ruptura con el presente, de necesaria transformación rápida del mundo, aparece ya en el romanticismo. Los dramas de Friedrich von Schiller, por ejemplo, expresan la tensión entre un presente percibido como negativo y un futuro que posee la esperanza de cambio.


A pesar de su gran diversidad, las creaciones de las vanguardias artísticas y arquitectónicas destacan por unos principios formales básicos: falta de jerarquía y de centro, abstracción y carácter antirreferencial, reacción contra la tradición, utilización de mallas geométricas, mecanismos compositivos basados en el collage, búsqueda de formas dinámicas y transparentes, inspiración libre en el universo de la maquina. Todo ello parte siempre de una suspensión del peso de los condicionantes de la realidad.


Al mismo tiempo que la evolución del arte, a lo largo de todo el siglo XX, ha ido necesitando este mecanismo basado en la transgresión de los límites establecidos, el concepto de vanguardia ha ido evolucionando. Desde Paul Klee, Vasili Kandinsky, Piet Mondrian, Marcel Duchamp y los constructivistas hasta John Cage, Joseph Beuys o el minimal Art, el concepto de vanguardia se ha interpretado de maneras diversas.


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MONTANER J.M.,  Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Edit. Gustavo Gili. Barcelona, 2008. 


Si el campo de la teorías críticas arranca del marxismo heterodoxo de la Escuela de Fráncfurt —Walter Benjamin, Theodor W. Adorno, Gyargy Lukács y Herbert Marcuse— y en libros de Guy Debord y Manfredo Tafuri, lo más relevante se produce cuando activistas, artistas y arquitectos dan forma a esta posición teórica crítica.


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MONTANER J.M. MUXI Z., Arquitectura y política.Gustavo Gili. Barcelona, 2011. 


Págs. 27-78. “Historias”


En 1929, el mismo año que en Frankfurt se creaba una tradición bifronte – por un lado, el racionalismo de las Siedlungen coordinadas por Ernst Mayy del II CIAM y, por otro lado, la tradición crítica de la Escuela de Frankfurt con Walter Benjamin, Theodor W. Adorno y Max Horkheimer– el poeta y escritor Georges Bataille escribía un breve artículo sobre “Arquitectura” en la revista Documents, que iniciaba una nueva corriente de crítica a la arquitectura por su alianza con el poder. 

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