Pintor estadounidense perteneciente al expresionismo abstracto. Tras su permatura muerte en un accidente de tráfico, dejó un legado de 400 pinturas y alrededor de 500 dibujos.
Sus comienzos artísticos se desallon en New York (1930-40), destacando entre sus obras iniciales el mural que realizara para la nueva casa de Guggenheim en julio de 1943. Tras su matrimonio con la pintora Lee Krasner, desarrolló en su casa de la ciudad de Springs (New York) su técnica de pintura de grandes "salpicaduras" con las que se sentiría permanentemente identificado, aplicando la pintura a sus lienzos desde todas las direciones, dando a estas una cobertura total de superficie.
Con esta nueva manera de pintar, desafió la tradición occidental de utilizar caballetes, llevando a cabo la pintura con la fuerza de todo su cuerpo, quedando esta reflejada en sus lienzos, recibiendo el calificativo de "Jack el salpicador".
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FUSCO Renato de ., “La arquitectura orgánica“ en Historia de la arquitectura Contemporánea. Ed. Celeste. Madrid,1992.
Págs.351-381 ."Si descartamos la distinción de Giedion, demasiado simplista, de que «a través de la historia se perpetúan dos tendencias distintas -una hacia lo racional y geométrico, otra hacia lo irracional y lo orgánico». Intentaremos definir en un primer momento las características invariantes de la arquitectura orgánica..."
...Renunciando a realizar correcciones y rectificaciones fáciles de este esquema, lo daremos por válido aunque sólo sea por cuanto nos permite diferenciar inmediatamente un edificio orgánico de otro racional, pero intentaremos añadir otras especificaciones y desarrollar algunas reflexiones. Es significativo que para hablar de arquitectura orgánica deba siempre tomarse como referencia el parámetro racional, bien entendido en su sentido histórico (la racionalidad del arte clásico) o bien desde el punto de vista sincrónico (el racionalismo europeo de entreguerras). Los arquitectos orgánicos sostienen así, por una parte, su tendencia, partiendo de un punto seguro, y por otra tratan de poner en duda tanto la tradición del pasado como la de lo «moderno»; aparecen entonces en la escena internacional culturas nuevas y más jóvenes, como la americana y la escandinava, nuevos centros culturales tienden a sustituir a las viejas capitales europeas; el París de Picasso y de los cubistas es desplazado tras la guerra por la Nueva York de Pollock y de la pintura informal, que pose un indudable carácter orgánico. Sin embargo, volviendo al modelo clásico y racional, contra el que actúa la arquitectura orgánica, aunque bajo la forma de una continuidad correctiva, su persistencia demuestra su fuerza y la escasa probabilidad de contraponerle una alternativa sólida, como ha sido comprobado posteriormente.
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