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PEVSNER, Nicolaus ., Pioneros del diseño moderno. De William Morris a Walter Gropius. Ed. Infinito. Buenos Aires,2003.


Págs.109-136 .“La ingeniería y la arquitectura en el siglo XIX” 


La historia del hierro como un material de utilidad más que auxiliar en arquitectura, comienza cuando la inventiva de la revolución industrial hubo descubierto cómo se podía producir hierro industrialmente, vale decir, después de 1750. Pronto se hicieron intentos para sustituir la madera o la piedra por el hierro. El primer caso hasta ahora registrado es una extravagancia en 1752: una chimenea con columnas portantes de hierro fundido, en Alcobaca, Portugal. En Francia, hacia las décadas del 1770 y 1780, se desarrollaron usos más estructurales, con la escalera del Louvre diseñada por Soufflot en 1779-81 y con el teatro del Palais Royal por Victor Louis en 1785-90. Si en su Palacio Orlov en San Petersburgo, Rinaldi empleó vigas de hierro, eso indicaría precedentes aún no descubiertos en Italia o Francia. Algunos ejemplos tempranos comparables en Inglaterra son la linterna de hierro diseñada por Soane en 1792 sobre la oficina de valores del Banco de Inglaterra, las vigas de hierro del Palacio de James Wyatt en Kew (1801) la bóveda de hierro y vidrio de Nash en la galería de cuadros de Attingham Park en Shropshire (1810) y el Theatre Royal en Plymouth (1811-14) de Foulston, donde la madera fue prácticamente reemplazada por hierro fundido y forjado. En el continente, Ludwig Catel había sugerido ya en 1802, un techo de hierro para el proyectado Teatro Nacional en Berlín, y en 1806, Napoleón quiso que su Templo a la gloria de la Grande Armée fuese erigido proscribiendo la madera, empleando solamente piedra y hierro. Después de 1820 pueden enumerarse más casos. En Londres, el Museo Británico de Smirke tenía en su parte más antigua, la Biblioteca del Rey, vigas de hierro que databan de 1824; las del Wilkins' University College , Londres, son de 1827-28. En cuanto a las iglesias, se colocó un techo de hierro sobre las bóvedas de piedra de la catedral de Southwark, también en Londres, probablemente entre 1822 y 1825 y en la catedral de Chartres en 1836-41.


FRAMPTON, K., Historia crítica de la arquitectura moderna. Edit. Gustavo Gili. Barcelona,1987. 


pág.12-19  Transformaciones culturales: la arquitectura neoclásica, 1750-1900.


"Esta construcción ‘translúcida’ se hizo realidad en la iglesia de Ste-Geneviève de París, de Jacques-Germain Soufflot, comenzaba en 1755. Soufflot -que en 1750 había sido uno de los primeros arquitectos en visitar los templos dóricos de Paestum- estaba decidido a recrear la ligereza, la espaciosidad y las proporciones de la arquitectura gótica a base de elementos clásicos, por no decir romanos. Con este objetivo, adoptó una planta de cruz griega, con la nave central y las laterales formadas por un sistema de cúpulas rebajadas y arcos semicirculares apoyados en un peristilo interior continuo...


...El tramo central del siglo XIX fue testigo de la división de la herencia neoclásica en dos líneas de desarrollo estrechamente relacionadas: el ‘clasicismo romántico’ de Schinkel. Ambas ‘escuelas’ se enfrentaron con la misma proliferación decimonónica de nuevas instituciones y hubieron de responder igualmente a la tarea de crear nuevos tipos edificatorios. Diferían ampliamente en el modo de alcanzar estas cualidades representativas: los clasicistas estructurales tendían a enfatizar la estructura (línea seguida por Cordemoy, Laugier y Soufflot), mientras que los clasicistas románticos tendían a acentuar el carácter fisonómico de la propia forma (línea seguida por Ledoux, Boullée y Gilly). La primera ‘escuela’ se concentró más bien en tipos como prisiones, hospitales y estaciones de ferrocarril, como en el caso de figuras como E.-J. Gilbert y F.-A. Duquesney (diseñador de la Gare de l’Est de París, de 1852), mientras que la segunda se orientó más bien hacia las construcciones representativas, como los museos y bibliotecas universitarias de C.R. Cockerell en Inglaterra o los monumentos más grandiosos erigidos por Leo von Klenze en Alemania (sobre todo ese Walhalla sumamente romántico completado en Ratisbona en 1842)".

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