Págs. 109- 135.“Las vanguardias en Holanda y Rusia”
OSA. En 1925 se formó un nuevo grupo profesional dentro de la facción constructivista, bajo el liderazgo intelectual de Moiséi Guinzburg (1892-1946) y los auspicios de Alexander Vesnin, que se llamó OSA (Unión de arquitectos Contemporáneos). Este grupo se oponía tanto a los racionalistas como al Primer Grupo de Acción, trataba de apartar la vanguardia de la retórica utópica de la tradición Prolektur y orientarla hacia una arquitectura fundada en el método científico y la injerencia rusa de una tendencia hacia la reintegración y la síntesis. Como señalaba León Trotski en su libro Literatura y revolución (1923): “Si el futurismo se sentía atraído por la dinámica caótica de la revolución…, el neoclasicismo expresaba la necesidad de paz, de formas estables”. Este era igualmente cierto para las vanguardias occidentales, donde -como veremos más adelante- hubo un retorno a la calma y la precisión neoclásicas como reacción en contra de la irracionalidad del expresionismo, el futurismo y el dadá.
El grupo publicó una revista, Arquitectura contemporánea y estableció estrechos vínculos con los arquitectos vanguardistas de Europa occidental El libro de Guinzburg El estilo y la época (1924) seguía de cerca el modelo de Hacia una arquitectura de Le Corbusier (aunque se oponía a la idea de las constantes platónicas) y estaba influido por el concepto de Kunstwollen formulado por Rielg. Osa planteaba una arquitectura de equilibrio en la que se reconciliarían las fuerzas estéticas y las tecnicomateriales; a ella se oponía ferozmente la ASNOVA de Ladovski por su actitud positiva y su síntesis en la tecnología.
Una manifestación anterior de estas ideas internacionalistas había sido la efímera revista trilingüe Vehch/Gegenstand/Objet publicada en Berlín en 1922 por El LissItsky – portavoz de la vanguardia rusa en Alemania -y por el poeta Ilia Ehrenburg. El objetivo principal de esta publicación – que en su mayor parte estaba escrita en ruso- era familiarizar a los lectores soviéticos con las corrientes europeas. La revista enfatizaba la autonomía del objeto estético: “No queremos ver la creación artística restringida a los objetos útiles. Toda obra organizada – sea una casa, un poema o una pintura- es un objeto plástico. El utilitarismo básico está lejos de nuestro pensamiento”. Aunque promocionaba ostensiblemente las últimas ideas constructivistas, la revista desatendía completamente la doctrina antiestética del Primer Grupo de Acción.
Los arquitectos OSA se concentraron en la vivienda y el urbanismo como principales instrumentos del desarrollo socialista. Guinzburg no era un defensor de la vida comunitaria en su modalidad más doctrinaria, según la cual debía aplicarse un estricto taylorismo tanto al trabajo como al tiempo de ocio, y la vida familiar debía quedar virtualmente abolida, pero pese a la importancia que Guinzburg concedía a las opiniones de la gente corriente, los tipos de viviendas que ofreció en su conjunto residencial de Narkomfin de Moscú (1928-1929) eran impopulares porque, con su superficie mínima, no permitían llevar esa vida desordenada de clan familiar a la que la gente estaba acostumbrada. Este edificio refleja la influencia de Le Corbusier en cuanto a su organización plástica y en lo relativo a la combinación de alojamientos familiares y servicios unitarios.
El campo del urbanismo, OSA quedó atrapada en la controversia entre los urbanistas y los desurbanistas. En este debate, los primeros proponían una descentralización moderada de las ciudades existentes, conservándolas en lo sustancial, y la creación de ciudades jardín suburbanas en la línea de Letchworth y Hampstead Garden Suburb, dos ejemplos realizados por Raymond Unwin en Gran Bretaña. Por el contrario, los desurbanistas propugnaban la demolición progresiva de las ciudades existentes, salvo sus núcleos históricos y la dispersión de la población por todo el campo. Las visiones desurbanistas de Guinzburg resultan evidentes en sus proyectos de concurso para la Ciudad Verde (una ciudad de ocio que debía constuirse cerca de Moscú) y para la ciudad siderúrgica de Magnitogorsk, en los Urales, una de las ciudades proyectadas como parte del primer Plan Quinquenal en 1928. Para Magnitogorsk, Guinzburg proyectó casas ligeras de madera sobre pilotis, adecuadas para una nueva clase de vida nómada. Estos planes se basaban en las teorías del sociólogo Mijail Ojitovich (1996-1937), que proponía una dispersión de la industria y unas relaciones equilibradas entre la vida urbana y la rural, apoyadas en el modelo de la propiedad universal del automóvil, inspirado en Ford. En sus proyectos, OSA adoptó el concepto de ciudad lineal tal como lo había propuesto el urbanista español Arturo Soria (1844-1920) y su discípulo Nicolai Miliútin (1889-1942), que también fue el cliente de las viviendas Narkomfin de Guinzburg
Págs. 159-181.“La Alemania de Weimar: la dialéctica de lo moderno, 1920-1933”
Un segundo flujo de ideas llego del constructivismo ruso, a principios de la década de 1920 un considerable intercambio cultural entre Alemania y la Rusia soviética. En 1922 se presentó en la gran exposición artística de Berlín la primera exposición de arte soviético. esto coincidió con la publicación de la revista de El Lissitzky. En 1921 se celebró en Dusseldorf el Congreso de artistas progresistas internacionales, orientación constructivista, y a este siguió un congreso constructivista en Weimar, eh 1922, organizado por un grupo escindido del Congreso de Dusseldorf, incluía a van Doesburg, el artista y fotógrafo húngaro László Moholy-Nagy, El Lissitzky y los artistas dadá Hans Richter, Hans Arp y Tristán Tzara. estos acontecimientos afectaron mucho a las opiniones existentes dentro de la Bauhaus .
El primer cambio institucional dentro de la escuela (Bauhaus) se produjo en 1922, cuando el pintor suizo Johannes Itten fue reemplazado por Moholy-Nagy cómo responsable de Vorkurs. En contraste con Itten Moholy-Nagy introdujo en la escuela un enfoque constructivista objetivo que implicaba la manipulación de materiales industriales como el acero y el vidrio, así como técnicas mecánicas de montaje. la diferencia entre las ideas de item y las de Moholy-Nagy correspondían aproximadamente a la que había entre los racionalistas y los constructivistas Dentro la vanguardia rusa. El cambio de Vorkurs fue descrito más tarde por Josef Albers, compañero docente de Moholy-Nagy. Sin embargo, cómo señalaba Rainer Banham, el desplazamiento desde la subjetividad hasta el racionalismo maquinista no elimino el concepto de belleza ideal. Moholy-Nagy, al igual que Le Corbusier, creía en la conexión entre las máquinas de las formas platónicas.
El verdadero punto de inflexión se produjo en 1923, cuando la Bauhaus organizó su primera exposición con el nuevo énfasis técnico, el tema previsto debía ser arte y tecnología: una nueva unidad. Pero Gropius tenía también un programa más específicamente arquitectónico: programa que mostraría como decía él mismo, la arquitectura internacional desde un punto de vista completamente predeterminado, en concreto el desarrollo de la arquitectura moderna en la dirección dinámica funcional. Se construyó una casa modelo tenía muebles diseñados y fabricados por los talleres de la Bauhaus como prototipos para la producción en serie. El mobiliario elementalista de madera, basado en el Gerrit Th. Rietveld, pues diseñado por el todavía estudiante Marcel Breuer, y en 3 años más tarde tras incorporarse al equipo docente de la Bauhaus diseñaría la silla Wassily, qué tipo de acero inspiración constructivista.
Págs. 159-181.“La Alemania de Weimar: la dialéctica de lo moderno, 1920-1933”
Materialismo frente a idealismo: la aportación Suiza. La revista Suiza ABC representa materialismo radical del movimiento de la Neue Schlichkeit dentro del mundo de habla alemana. Publicada en 9 números entre 1924 y 1928, la revista estaba dirigida por un grupo internacional de arquitectos, entre ellos los suizos Hans Schmidt y Emil Roth, el holandés Stam y el ruso el Lissitzky. Arquitecto suizo Hannes Meyer también estuvo estrechamente vinculado a ABC. El impulso original para la formación del grupo surgió de las conexiones helvético-holandesas que habían pulsado dos arquitectos de la generación anterior así como del interés por parte de los jóvenes arquitectos suizos en el plan de este último para Ámsterdam sur.
Este grupo se oponía enérgicamente al enfoque idealista y estético de De Stijl. Como ha observado Jacques Gubler, ”mientras que De Stijl postulaba el carácter absoluto del arte y la forma elemental, ABC postulaba el carácter absoluto de la técnica y el material”. ABC creía que solo una dictadura de la ciencia y la tecnología sería capaz de satisfacer las necesidades colectivas de la sociedad. Existen conexiones obvias entre su filosofía y la del primer grupo de acción constructivista en la Rusia soviética.
A los proyectos a Stam y a Schmidtles interesaban primordialmente los sistemas de fabricación, en particular los del hormigón armado. pese a su postura contraria al arte, su principal preocupación era desarrollar un lenguaje arquitectónico que reflejase la producción en serie. Su discurso no era esencialmente distinto al de la Neue Schlichkeiten su conjunto, pero presumían de ser más riguroso científicamente. Las investigaciones de Stam sobre la prefabricación incluyeron reinterpretaciones de dos obras de Mies: un rascacielos de vidrio, de 1921-1922, el edificio de oficinas en hormigón, de 1922. Stam adaptó las ideas de Mies a las necesidades de la producción en serie: por ejemplo, la planta curvilínea del rascacielos de vidrio se transforma en un círculo; la estructura bidireccional del edificio de oficinas como en otra línea aditiva.
La postura teórica de Hannes Meyer también estaba próxima a la de la izquierda constructivista. Mayer sostenía que la arquitectura era simplemente un ejemplo de proceso técnico productivo: la depreciación de todas las obras de arte es indiscutible y no hay duda alguna de que su sustitución por un nuevo conocimiento exacto es solo cuestión de tiempo. El arte se está convirtiendo en invención y realidad controlada. Sus obras iniciales eran de ese estilo neoclásico típico del movimiento suizo de la Ciudad Jardín, en el que Mayer tuvo un papel muy activo. Tras su conversión, bastante tardía, al Movimiento Moderno en 1924, los proyectos que afrontó con Hans Wittwer oscilaron entre un constructivismo retórico y un árido racionalismo. Cuando sucedió a Gropius como director de la Bauhaus en 1928, Meyer impuso un régimen regular solamente productivista y reacio a la estética que dio un vuelco a la política diligentemente apolítica de Gropius.
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