Arquitecto brasileño, uno de los fundadores de la arquitectura moderna en su país y diseñador, junto con Lucio Costa, de Brasilia, la nueva capital de Brasil. En 1929, se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de Río de Janeiro, que dos años más tarde dirigiría Lucio Costa. En 1932 comenzó su carrera profesional en el estudio de arquitectura de Lucio Costa y Carlos Leáo, y en 1934 obtuvo el título de ingeniero arquitecto.
En 1936 recibió el encargo, de diseñar el edificio del Ministerio de Educación y Sanidad de Río de Janeiro. A la influencia de Le Corbusier, asesor del proyecto, sumó una búsqueda de la adaptación del edificio al medio ambiente y una fértil imaginación. Desde ese momento profesó el funcionalismo arquitectónico, profundizando paulatinamente en las relaciones entre la arquitectura y el entorno.
Viajó a Estados Unidos en 1938 para participar en el proyecto del Pabellón de Brasil en la Feria Mundial de Nueva York. En 1947 viajó otra vez a Nueva York, como miembro del Comité Internacional de Arquitectos encargado del desarrollo del proyecto de la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El proyecto más ambicioso de la arquitectura latinoamericana en el siglo XX fue el diseño y la construcción de Brasilia, la ciudad que el presidente Juscelino Kubitschek soñaba con levantar como nueva capital del país y como símbolo de su régimen democrático. Lucio Costa y Oscar Niemeyer fueron, a partir de 1956, los encargados de llevar a cabo el proyecto. El primero se hizo cargo del diseño del plano sobre el que había de levantarse la nueva capital (sobre dos ejes entrecruzados), y el segundo se responsabilizó del diseño de los edificios emblemáticos de la ciudad (la residencia del presidente, el Congreso Nacional, la sede del gobierno y la Catedral, entre otros), en los que combinó de forma singular imaginación y racionalismo.
La ciudad de Brasilia se levanta, en forma de cruz con los brazos ligeramente arqueados, junto a un lago artificial; cada una de sus tres zonas (o niveles) tiene una función específica: residencial, oficial (monumental) y comercial ("gregario"). En la ancha avenida (200 metros) que la atraviesa de norte a sur se construyeron edificios de apartamentos en forma de arco. Cada bosque cuenta con viviendas, tiendas y un instituto de enseñanza primaria. La avenida Monumental, aún más ancha, se extiende de este a oeste y conduce a la Plaza de los Tres Poderes, donde se encuentran los edificios más importantes de la administración pública. En el centro comercial y cultural de la ciudad se cruzan las dos avenidas citadas. Muchos edificios de la ciudad son grandes construcciones de cristal y hormigón, de formas originales e imaginativas, en las que se refleja la influencia de Le Corbusier.
Ambos arquitectos concibieron el centro de la ciudad como un lugar simbólico en el que habían de situarse los tres pilares fundamentales de un Estado democrático: Gobierno, Parlamento y Justicia. Niemeyer se ocupó del diseño la Plaza de los Tres Poderes, con un edificio para la Corte Suprema Federal (1958-1960), un complejo para el Congreso Nacional (1958-1960) y otro edificio para el Ministerio de Justicia (1962-1970). La escala de todos ellos es monumental, y se conjugan los principios funcionalistas y racionales de Le Corbusier con la búsqueda de un efecto escultórico. La Catedral, con su torre en forma de corona, y el palacio presidencial (Palacio da Alvorada) son también creaciones notables. Su planificación urbanística y su arquitectura confieren a la ciudad una cierta unidad, caracterizada por la amplitud, la generosa perspectiva y las líneas curvas y rítmicas. La nueva capital, nacida de la nada en la Meseta Central de Brasil, fue inaugurada oficialmente el 21 de abril de 1960.
En 1962 Niemeyer fue nombrado coordinador de la Escuela de Arquitectura de la recién creada Universidad de Brasilia. Ese mismo año viajó a Líbano para proyectar la Feria Internacional y Permanente en Trípoli. La noticia del golpe militar contra el presidente brasileño João Goulart, en 1964, le sorprendió de viaje por Europa e Israel, donde proyectó la Universidad de Haifa
Entre sus obras más destacadas de este período se encuentran la sede del Partido Comunista Francés en París (1967-1972) y la mezquita de Argel (1968) y la Universidad de Constantina (1969) en Argelia, entre otras.
Una vez finalizada la dictadura militar, regresó a Brasil y continuó su intensa actividad. Durante estos años realizó numerosas obras en su país, como el Memorial JK, un museo dedicado a Juscelino Kubitschek en Brasilia (1980); la sede de la Red de Televisión Manchete (1983); los sambódromos de las ciudades de Río de Janeiro (1984) y de São Paulo (1991); el Panteón de la Patria Tancredo Neves (1985), en Brasilia; el Memorial de América Latina (1987), un inmenso centro cívico de ocho hectáreas en São Paulo; o el Museo de Arte Contemporáneo (1991), en Niteroi.
En 1988 creó la Fundación Oscar Niemeyer y recibió el premio Priztker de Arquitectura. Un año después fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Artes. El Museo Oscar Niemeyer fue inaugurado en 2002 en la ciudad de Curitiba, al sur de Brasil. En 2007 se realizaron por todo Brasil homenajes para conmemorar el centenario del nacimiento del arquitecto, que, a pesar de su avanzada edad, tenía todavía en marcha numerosos proyectos, como el Museo Internacional de los premios Príncipe de Asturias.
Oscar Niemeyer transformó el hormigón en una material sensual y emocionante, con él dio forma a su idea de la arquitectura como "una cuestión de sueños, de curvas generosas y espacios amplios y abiertos”
La inspiración de Niemeyer nacía de la naturaleza, de las montañas de Río, como le decía Le Corbusier, o de las curvas de los cuerpos dorándose al sol de Copacabana, como él mismo confesaba, sonriendo a través del humo de uno de los cigarros que fumaba al atardecer.
En Brasilia, la única capital contemporánea declarada por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad, el resultado es la casa de la democracia más grande de Iberoamérica.
Niemeyer como hombre y como creador, era un renacentista completo: humanista de convicciones profundas, maestro en las artes gráficas, arquitectura e ingeniería, lector erudito, escritor prolífico, sensible a todas las formas del arte contemporáneo. El renacentista tropical. El humanista
En 1928, finalizados los estudios secundarios, contrajo matrimonio con Annita Baldo, hija de inmigrantes italianos. Entró a trabajar en el taller de tipografía de su padre y, en 1929, se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de Río de Janeiro, que dos años más tarde dirigiría Lucio Costa. En 1932 comenzó su carrera profesional en el estudio de arquitectura de Lucio Costa y Carlos Leáo, y en 1934 obtuvo el título de ingeniero arquitecto.
Naomi itzel González Ruiz
Oscar Niemeyer es conocido por su enfoque en el concepto de Genius Loci o "espíritu del lugar" en su trabajo como arquitecto. Para Niemeyer, cada lugar tiene una identidad y un carácter únicos, que se derivan de su historia, cultura y entorno natural. Como tal, siempre buscó crear edificios que respetaran y capturaran el carácter único de cada lugar.
Niemeyer creía que la arquitectura no debía ser una imposición sobre el entorno natural y cultural, sino que debía integrarse armoniosamente con él. En lugar de tratar de imponer su visión en cada proyecto, Niemeyer se esforzaba por comprender la esencia del lugar y trabajar dentro de sus límites. Para él, la arquitectura debía ser una respuesta a las necesidades del lugar y su gente, no un acto de ego.
En resumen, el concepto de Genius Loci fue una parte integral del enfoque de Oscar Niemeyer como arquitecto. Él creía que cada lugar tenía una identidad y un carácter únicos, y su objetivo era crear edificios que respetaran y capturaran ese carácter único. Este enfoque ha llevado a la creación de algunos de los edificios más icónicos e influyentes del siglo XX, y ha ayudado a establecer a Niemeyer como uno de los arquitectos más importantes e influyentes de la historia.
Maria Aguirrezabal
«No es la línea recta la que me atrae, dura, inflexible, creada por el hombre. La que me atrae es la curva libre y sensual. La curva que encuentro en las montañas de mi país, en la sinuosidad de sus ríos, en las nubes del cielo y en las olas del mar. De curvas está hecho el universo, el universo curvo de Einstein»
Oscar Ribeiro de Almeida Niemeyer Soares Filho conocido como Oscar Niemeyer, fue un arquitecto brasileño nacido en 1907 en Río de Janeiro, Brasil. En 1928, finalizados los estudios secundarios en Copacabana, contrajo matrimonio con Annita Baldo. En ese momento entró a trabajar en el taller de tipografía de su padre y, en 1929, se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de Río de Janeiro. En 1932 comenzó su carrera profesional en el estudio de arquitectura de Lucio Costa y Carlos Leao, y en 1934 obtuvo el título de ingeniero-arquitecto.
En 1936 trabajó con Le Corbusier y Capanema. Como practicante del equipo de Lucio Costa, Niemeyer trabajó en conjunto con el arquitecto franco-suizo en el diseño del nuevo edificio para el Ministerio de Educación y Salud Pública, en Río de Janeiro, un hito de la arquitectura moderna brasileña. La arquitectura de Le Corbusier tuvo mucho impacto en la arquitectura brasileña de la época. A las innovaciones contenidas en el mensaje de Le Corbusier (la cubierta plana, la construcción sobre pilotes, el brise-soleil…), Niemeyer añade las suyas propias; el revestimiento exterior marmóreo, la estructura invertida, las curvas y las formas “barrocas” (ver enlace: Artículo. La belleza de la curva o por qué Niemeyer no es barroco).
En 1940 conoció al alcalde de la ciudad de Belo Horizonte, quien le invitó a proyectar una iglesia y un casino a orillas del Lago de Pampulha que se llamaría Conjunto de Pampulha. Esta obra tuvo gran impacto en su arquitectura. El conjunto se organizaba mediante áreas abiertas con vías de acceso alrededor de una laguna artificial. La idea del plan tenía un casino, un club, un salón para baile, una iglesia y un hotel. Niemeyer tuvo la ayuda del ingeniero Joaquim Cardozo y del paisajista Burle Marx para el proyecto. La novedad de las líneas de esa pequeña iglesia construida en homenaje a San Francisco le dio fama en todo el país. En su interior está decorada con azulejos y frescos pintados por Cándido Portinari. El casino fue transformado años después en el Museo de Pampulha, dedicado a la difusión del arte contemporáneo.
En 1945, ya con una trayectoria importante como arquitecto y con ideales muy establecidos, se unió al Partido Comunista de Brasil. Posteriormente, el entonces presidente Juscelino Kubitschek lo invitó a crear la nueva capital: Brasilia, que desarrolló junto con su antiguo mentor, Lucio Costa.
Durante la dictadura militar de Brasil, su oficina fue invadida por sorpresa, sus proyectos comenzaron a ser rechazados y se vio obligado a exiliarse en Europa en 1966. Después del final de la dictadura en los años ochenta, Niemeyer volvió a Brasil y obtuvo el Premio Pritzker en 1988.
La arquitectura de Niemeyer es también la de los ritmos acelerados de las articulaciones artísticas y técnicas que convergen hacia la amplia plenitud de las composiciones más diversas. Se trata de una arquitectura de origen internacional pero auténticamente brasileña. Sus innovaciones se transforman introduciendo elementos propios de las tradiciones indígenas que muestran la grandiosidad del paisaje brasileño. Ha configurado una arquitectura funcional surgida de una voluntad plástica.
Oscar Niemeyer nunca fue un erudito, nunca se interesó en las teorías, jergas o clichés. Su trazo torcido siempre fue preciso. Siempre llevó con él el peso de sus ideales. Descubrió la inspiración en el entorno, en las montañas, los ríos, las nubes y las olas del mar para diseñar por medio de las curvas en su arquitectura.
Raquel Jordana Anda
CURTIS William. J. La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006.
Págs. 395 – 415 “La arquitectura moderna en los Estados Unidos; inmigración y consolidación”.
Algunos de los dramas de la transmigración ya se habían escenificado en la década de los 30, cuando los arquitectos tan diversos como Aalto, Niemeyer, Sakakura, Barragán y Sertestaban ocupados en encontrar formas en sintonía con los climas locales y sus modos de vida. La obra de las figuras trascendentales de los años 30 también reflejaba una nueva sensibilidad con respecto a la naturaleza y el lugar como Wright y Le Corbusier.
...Otra de las características del amplio panorama posterior a la guerra fue “la victoria” internacional de la arquitectura moderna. De Rio de Janeiro a Sydney, de Tokio a Beirut. Difusión de imágenes estereotipadas exportadas por USA, y de la necesidad de las elites autóctonas de romper con las anteriores tradiciones coloniales del XIX, o bien con las tendencias nacionales o regionales existentes, que encontraban demasiado restrictivas.
En USA, la mayor parte de Europa Occidental, Japón, México y Brasil había inicios anteriores a la guerra. En otros lugares como India y Australia, la arquitectura moderna tuvo que partir prácticamente de cero.....
Juzgar y evaluar cómo este cuerpo extraño fue acogido o rechazado, o bien se acomodó al tejido cultural preexistente. En los años 30 arquitectos como Aalto, Niemeyer, Sakakura, Barragán, Sert estaban ocupados en encontrar formas en sintonía con los climas locales y sus modos de vida.
..... Algunos de los dramas de la transmigración ya se habían escenificado en la década de los 30, cuando los arquitectos tan diversos como Aalto, Niemeyer, Sakakura, Barragán y Sertestaban ocupados en encontrar formas en sintonía con los climas locales y sus modos de vida. La obra de las figuras trascendentales de los años 30 también reflejaba una nueva sensibilidad con respecto a la naturaleza y el lugar como Wright y Le Corbusier.
págs. 635-655.... "Universal y local. Paisaje, clima, cultura"
La reevaluación crítica de la arquitectura moderna avanzó a ritmo acelerado en los años de posguerra, a veces en un intento de encontrar el adecuado equilibrio entre los ideales progresistas de la modernización y la industrialización, los mitos nacionales y las fuerzas. naturales de unas regiones concretas. Después de todo, éste fue el periodo de los espléndidos logros individuales de arquitectos como el mexicano Luis Barragán, el japonés Kenzo Tange, el brasileño Oscar Niemeyer o el turco Sedad Hakki Eldem, que trabajaban en Medio de la tensión existente entre la influencia internacional y la interpretación de su sociedad en particular. El término 'regionalismo' se ha usado a veces para describir estas tendencias, pero no las explica adecuadamente a que puede implicar algo provinciano o periférico. Tanto los objetivos como los logros de dichos arquitectos trascendían sus situaciones locales. En todo caso, lo que querían era combinar diferentes `universalismos': Los que percibían en las obras fundamentales de los arquitectos modernos, y los que percibían en las subestructuras de sus culturas respectivas, algunas de las cuales (por ejemplo, México, Turquía o Japón) descansaban sobre los cimientos de antiguas civilizaciones y grandes tradiciones. A su vez, estos arquitectos aportaron nuevas ideas fundamentales al mundo más amplio de la arquitectura.
En la década de 1970, tanto el mapa político como el universo arquitectónico habían cambiado, lo que se plasmó en la concesión de un estatus y una validez mayores a las tradiciones no occidentales, así como en una actitud mucho más permisiva con respecto al uso del pasado....
CURTIS W., La arquitectura moderna desde 1900.Phaidon. Hong Kong, 2006.
Págs.. 491-511.“Proceso de asimilación. Ame. Latina, Australia, Japón”.
En Brasil, los cimientos de un movimiento moderno nacional se pusieron en la década de 1930, cuando arquitectos como Lúcio Costa y Oscar Niemeyer(tomando a Le Corbusier como uno de sus puntos de partida) centraron el espíritu progresista del estado brasileño en torno al importante proyecto del Ministerio de Educación en Río de Janeiro (página 386). La arquitectura moderna supuso una clara ruptura con el eclecticismo anterior pero también abrió el camino a una mitología autóctona basada en una reacción metafórica al paisaje mismo. Las obras de Niemeyer a principios de los años 1940 (como las de Pampulha) en lo que tal vez tuvieron más éxito fue en establecer los términos de un lenguaje moderno brasileño, recurriendo para ello a una interpretación práctica y lírica de las condiciones tropicales en unos edificios de carácter esquelético o transparente, animados por complejas curvaturas en la planta y la circulación. Pero el propio Niemeyer era perfectamente consciente del limitado papel social desempeñado por su arquitectura en este periodo inicial, y más tarde afirmaría que le habría gustado hacer «una aportación más realista» que reflejase «no sólo los refinamientos y la comodidad, sino también una colaboración positiva de la sociedad». Un dilema de esta índole afectaría a este arquitecto y al conjunto los arquitectos que trabajaban en países 'en desarrollo' su arquitectura, para llegar a construirse, tenía que convertirse con frecuencia en el elegante juguete de una minoría rica y exigua...
...Las cubiertas curvas y flotantes y las interpretaciones dinámicas de Niemeyer señalaban un polo de la arquitectura latinoamericana de posguerra; los muros compactos y los patios laberínticos de Barragán, otro. Si el primero estableció alguno de los términos de una expresión moderna tropical para condiciones cálidas y húmedas, el segundo hizo algo análogo para las cálidas y secas. La interpretación del clima no era un ejercicio simplemente práctico y geográfico, sino también cultural y poético, y algunos de los resultados más ricos se conseguían cuando la anatomía espacial completa de un proyecto estaba a tono con el modo de vida.
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CURTIS, W.,La arquitectura moderna desde 1900. Edit. Phaidon. Hong Kong, 2006.
págs.685-689."Conclusión: modernidad, tradición y autenticidad"
sta feliz coincidencia de circunstancias históricas e intenciones estéticas duró poco, pero no obstante cambió muchos de los fundamentos formales, espaciales, estructurales y simbólicos de la arquitectura. Desde los primeros días del siglo XX, las condiciones y las intenciones han seguido cambiando, y las convenciones de la arquitectura moderna se han extendido y agitado en nuevas combinaciones, pero no han sido revisadas en lo fundamental. Los arquitectos que por vez primera heredaron la tradición moderna en los años 1930 (Aalto, Terragni, Martienssen, Niemeyer, Barragán, Lubetkin y los demás) asimilaron los principios de los edificios paradigmáticos y ampliaron sus enseñanzas. Ni siquiera las reformulaciones exigidas por el cataclismo de la II Guerra Mundial desplazaron la mayoría de las premisas establecidas en el periodo ‘heroico’.
págs.59-88. “ El racionalismo como método de proyectación: progreso y crisis”
En el campo de la arquitectura, la mayoría de corrientes hegemónicas desde los años cuarenta han arrancado de una crítica parcial o total al racionalismo. El organicismo y el empirismo, expresado en Alvar Aalto y otros arquitectos nórdicos, se adherían a un racionalismo empírico y acumulativo. El expresionismo de Hans Scharoun, manifestado en obras como la sala de conciertos de la Filarmónica de Berlín (1956-1963), parte de experimentar fenómenos reales como el público escuchando música y otorgándoles una forma nueva, sin ningún a priori. O la arquitectura brasileña, desde la forma expresiva de Oscar Niemeyer, que margina la funcionalidad y precisión constructiva en defensa de la sensualidad y el irracionalismo, hasta el expresionismo de Lina Bo Bardi basado en una búsqueda programática y fenomenológica de una actividad artística que supere los condicionantes del racionalismo. Todos estos casos son buena prueba de que las experiencias más renovadas han partido de una corrección del racionalismo inicial sin renunciar, en ciertos casos, al funcionalismo.
Págs.159-180. ... Más tarde, el expresionismo abstracto y el Art Brut enriquecieron las morfologías de los arquitectos de la “tercera generación”: la fuerza liberada por el Dripping de Jackson Pollock - gestual y desinhibido- o por los monigotes ingenuos y espontáneos de Jean Dubuffet sirvió para inspirar las formas de cluster o racimo propuestas por Alison y Peter Smithson, George Candilis, Alexis Josic y Shadrach Woods, Aldo Van Eyck y otro arquitectos del Team X. Se trataba de una reacción de carácter formal contra la limitación de repertorios morfológicos establecidos por el racionalismo. Dichas formas se pueden rastrear en propuestas de morfologías urbanas, en tipologías edificatorias e, incluso, en los interiores de las llamadas “oficinas paisaje” de los años 70. En las configuraciones libres y ameboides utilizadas en los años 50, en obras de arquitectos como Jose Antonio Coderch, Oscar Niemeyer o André Bloc, se evidencian las influencias de las figuras desarrolladas por Joan Miró, Hans Arp y Alexander Calder....
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MONTANER Josep Maria., La modernidad superada. Arquitectura, arte y pensamiento del siglo XX . Gustavo Gili. Barcelona, 2002.
págs.25-58 “Espacio y antiespacio. Lugar y no lugar en la arquitectura moderna”
Louiis Kahn-sobre cuya sintonía con Heidegger ha vuelto insistentemente Norberg-Schulz- constituye un caso especial. Si bien recrea la idea de lugar en los interiores -que quedan totalmente cualificados por la luz, los valores simbólicos, las texturas, las formas, el confort-, en cambio su arquitectura, pensada como volúmenes autónomos, no interpreta el contexto como factor diferenciador. Esto es claro, por ejemplo, en el Instituto Indio para la Formación de Mandos, en Ahmedabad (1962- 1979) que tanto podría ser un college prototípico para Harvard como una obra concreta para la India. En muchas ocasiones, para Louis Kahn, Oscar Niemeyer o Roberto Burle Marx, el desafío es el de la transformación, el de crear lugar donde no existe, transformar el no lugar americano en lugar. En esto su actitud puede relacionar- se con la metáfora planteada por Heidegger: el puente que transforma el paisaje, aportando un "lugar" que une las dos riberas pero que a la vez hace que una se contraponga a la otra. Según Heidegger "el lugar no antes de la construcción del puente /... se origina sólo a partir del puente". No responde, por tanto, a una idea de integración sino de transformación.
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FRAMPTON Kenneth., “Regionalismo crítico: arquitectura moderna e identidad cultural” en Historia crítica de la Arquitectura Moderna. Gustavo Gili. Barcelona, 1987.
Págs. 317-331.El regionalismo se ha manifestado, por supuesto, en otros lugares de América: en Brasil, durante la década de 1940, en las primeras obras de Oscar Niemeyer y Affonso Reidy ; en Argentina, en la obra de Amancio Williams , sobre todo en su casa puente en Mar del Plata , de 1943-1945, y más adelante, en el Banco de Londres y América del Sur (1959) en Buenos Aires, obra de Clorindo Testa ; en Venezuela, en la Ciudad Universitaria de Caracas, construida entre 1945 y 1960 según el proyecto de Carlos Raúl Villanueva"
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